En la 22ª edición del Festival Nits de Cinema Oriental de Vic (o en su nombre internacional, Asian Summer Film Festival, ASFF), celebrada del 15 al 20 de julio de 2025, se han proyectado un total de 37 largometrajes y 4 cortos, todos en versión original con subtítulos en catalán. El director del festival, Quim Crusellas Padrós, responsable de la programación junto a Domingo López, indicó en la clausura que «el festival destaca, edición detrás edición, por la gran cantidad de estrenos que programa, y ya se ha convertido en una importante ventana de exhibición de cine asiático en el continente europeo. En esta edición ha habido 32 premieres en total, entre las que hay 13 internacionales y 3 mundiales. Dicho de otro modo, hay tres filmes asiáticos que se exhibirán en público por primera vez en el marco del festival, y hay trece que lo harán por primera vez fuera de sus países de origen».
El Jurado oficial del Festival estaba formado por la cineasta Denise Castro, el actor Eduard Alejandre y la actriz Ariadna Cabrol, que presentó la película india que coprotagonizó hace tres lustros, Zindagi Na Milegi Dobara (2011), en una sesión de recuperación de títulos emblemáticos del cine asiático, recordando en esta ocasión una producción que se desarrollaba en diferentes localidades de España, al relatar el viaje de tres amigos con motivo de la despedida de soltero de uno de ellos, en un periplo que comenzaba en la ciudad de Barcelona.
El Jurado otorgó el Gran Premio del Festival a la película inaugural, Stuntman (Mou tai dou, 2024), dirigida por los hermanos hongkoneses Albert i Herbert Leung, que recogieron en persona el galardón por ser dos de los invitados internacionales del certamen. En el fallo del jurado se argumentaba «el gran valor técnico y artístico de la producción, además de reconocer su capacidad de explorar de una manera apasionada las dificultades de hacer un filme, invitando, a la vez, a reflexionar sobre este arte que tanto nos hace soñar». La película es un emocionante homenaje al cine de acción de Hong Kong de las décadas de los setenta, ochenta y noventa, en especial a los especialistas de acción o dobles de riesgo, que tuvieron una contribución fundamental en la popularización de las míticas producciones que marcaron una época. En cierta manera, esta película de ficción enlaza con el documental visto hace tres años también en Vic, que daba a conocer el trabajo de varias generaciones de especialistas, en concreto, en la producción Kung Fu Stuntmen (Long Hu wu shi, 2020). Stuntman también fue la preferida de la prensa acreditada del certamen, que le concedió el Premio de la Crítica.

El Jurado también otorgó una Mención Especial a la película de clausura, Pyre (2024), con guion y dirección de Vinod Kapri, que recogió en persona el galardón junto con parte del equipo indio de producción, todos ellos invitados internacionales del festival. En el fallo del jurado se destacaba como «la película desprende una gran sensibilidad con un tema poco tratado como es el abandono y la soledad de las personas mayores, explicado de forma muy poética y con sentido del humor». En la presentación de la película en L’Atlàntida-Centre d’Arts Escèniques d’Osona, sede principal del festival, el director y guionista explicó al público presente que la dedicaba a «todas las parejas de ancianos que todavía caminan cogidas de la mano». La historia trascurre en una pequeña, dispersa e inhóspita aldea rural en la cordillera del Himalaya, mostrando la rutina del día a día de una pareja de ancianos que viven completamente aislados, con unos problemas de salud que se van agravando en paralelo a la marcha de sus pocos y únicos vecinos, mientras denuncian la pérdida de sus ancestrales tradiciones, personalizadas en la pira funeraria que ellos mismos deciden construirse, ante la incerteza de lo que pasará con el que quede vivo de los dos, cuando uno de ellos fallezca en su hogar, que no es más que la montaña donde viven. Pyre también fue la preferida del público a través del voto popular, que le concedió el Premio Gat de la Sort, con una puntuación de 4,7 sobre 5, una de las más altas de la historia del festival.
En la programación también destacaron varias películas que tenían en común la importancia de la educación y las barreras a las oportunidades que sufren las niñas y mujeres de diferentes países y en diferentes épocas. En la Bassa de Los Hermanos, el lugar donde empezó hace más de dos décadas el festival, pudo verse la película de animación japonesa Totto-Chan: The Little Girl at the Window (Madogiwa no Totto-chan, 2023), dirigida por Shinnosuke Yakuwa, Yûta Kanbe y Kunio Katô, que adapta la novela homónima de 1981, escrita por la actriz y presentadora de televisión Tetsuko Kuroyanagi, de noventa y un años en la actualidad. Nacida en Tokio en 1933, la novela narraba su propia experiencia personal al asistir a la escuela de Tomoe, después de haber sido expulsada de la anterior por su rebeldía, a pesar de su corta edad. La historia acontece entre 1940 y 1945, justo antes y durante la Segunda Guerra Mundial, con todo lo que ello supone en su devenir personal y familiar. La obra era también un homenaje al director y profesor de la escuela, Sosaku Kobayashi (1893-1963), que implementó una metodología pedagógica poco convencional y avanzada para la época. La novela se convirtió en un gran éxito de ventas, traducida a más de treinta idiomas, convirtiendo a su autora en la primera mujer que conseguía un éxito similar en el país, con unas ventas estimadas de más de veinticinco millones de libros. En 2023 publicó la continuación de la novela original, describiendo su experiencia justo después de finalizar la contienda bélica. La película de animación tiene previsto su estreno en España en los próximos meses, distribuida por Jonu Media.

La siguiente película que destacar procede de Corea del Sur, FAQ (Makgeolriga alryeojulgeoya, 2023), ópera prima de Kim Da-min, que también firma el guion, un debut fascinante a partir de plantear la fantasía como instrumento de denuncia social, en concreto, del sistema educativo en general y de la obsesión enfermiza de los padres en particular por prepararte para el futuro. La historia está protagonizada por una niña de apenas diez años que realiza siete extraescolares, además de una intensa carga lectiva en clase normal, y no solo durante la semana, sino también durante el fin de semana. Realiza tres actividades lunes, miércoles y viernes, dos martes y jueves, y dos más el sábado y domingo, e incluyen escritura creativa, ciencias, arte, calculo diferencial e inglés, entre otras actividades. También incluye un idioma que sea especialmente difícil para un coreano, por lo que los padres deciden que estudie persa. La niña se preguntará una y otra vez porqué tiene que estudiar todo eso y durante casi dieciséis horas al día (en la película se ve que sale de la última actividad a las 21h y después de cenar tiene que hacer deberes, de hecho, en una escena, se levanta, supuestamente, de madrugada a hacer los deberes, y su madre se siente orgullosa cuando la descubre).
La niña le preguntará a su profesor de inglés y este le indica que se lo pregunte a su madre. Su madre, a la pregunta de para qué sirve estudiar tanto, le contesta que lo sabrá cuando sea mayor. Por cierto, de ahí el título internacional, acrónimo de «Preguntas frecuentes» (en inglés, FAQ, Frequently Asked Questions), aunque alejado de la traducción del título original, que sería más o menos «Lo mejor de lo mejor». Y eso es lo que se espera de la juventud en una sociedad hipercompetitiva, que tenga la capacidad para poder competir profesionalmente al máximo cuando llegue a adulta, aunque veamos algunos síntomas de que no todo es de color de rosa: su madre tuvo que renunciar a un trabajo de éxito por culpa de una depresión y, posteriormente, por el nacimiento de su hija. Y vemos como el hermano de su madre vive en la calle, aparentemente después de pasar un suplicio similar. En el caso del padre intuimos que trabaja con esa intensidad a la que aspiran todos. La película nos alerta en un mensaje final desesperanzador en una escena postcréditos, cuando contemplamos a una niña pequeña lituana que le indican que debe de aprender coreano.
Y no solo está pasando en Corea. De algo similar en Japón ya nos advertía el cineasta Hirokazu Koreeda en su película De tal padre, tal hijo (Soshite chichi ni Naru, 2013), de la que también escribió el guion, donde narraba las consecuencias de la educación de un niño dirigida por un padre que es un exitoso hombre de negocios adicto al trabajo. La película coreana ganadora del festival en 2023, Next Sohee (Da-eum So-hee, 2022), de la directora July Jung, hacía referencia a un caso real, donde las exigencias de las prácticas en empresa de una adolescente acabó en el suicidio de la joven (véase el artículo Las consecuencias de la gamificación del trabajo).

Dos películas planteaban la falta de oportunidades y los obstáculos a los que se deben de enfrentar las niñas y las adolescentes cuando quieren practicar lo que más les gusta. En la película china Football on the roof (Wu ding zu qiu, 2024), dirigida por Feiyu Liao, una ópera prima protagonizada por un grupo de niñas adolescentes que viven en un remoto pueblo de montaña en la provincia sureña de Yunnan, en la región de Honghe, una población donde existe una gran densidad de edificación en la pendiente de la montaña, por lo que solo pueden jugar al futbol, literalmente, en los pequeños tejados de alguna de las casas del pueblo. Como dice su inesperado entrenador (un exfutbolista caído en desgracia tras una grave lesión), «el fútbol es como la vida»: tienes que prepararte, tienes que luchar, y a veces se gana y a veces se pierde. Pero la realidad es que en ese pequeño pueblo, los niños sí que tenían espacio y equipamiento para poder jugar, mientras las niñas jugaban donde podían sin ni siquiera el calzado adecuado, utilizando pomelos como pelota, y no es broma. Una odisea de las jugadoras que ha enganchado al público y jurado en su recorrido en China y en festivales internacionales, ganando galardones destacados.
Por su lado, la película de Corea del Sur, Victory (2024), dirigida por Park Beom-su, se inspira en una historia real acontecida en 1984, trasladada a 1999 en esta adaptación, con cambios importantes para su dramatización. Relata la creación del primer equipo de animadoras de secundaria en Corea, en este caso protagonizado por una pareja de estudiantes que les gusta el baile y practican siempre que pueden en los baños de la escuela, ante la falta de un lugar para poder hacerlo. La propuesta de poder convertirse en animadoras del equipo masculino de futbol provoca que la dirección acepte ceder un espacio para que puedan ensayar, convirtiéndose en el refugio de nueve jóvenes adolescentes que tendrán que practicar mucho para poder mantener el local y, sobre todo, esperar a que ganen los chicos, puesto que el director piensa que la animación hace aumentar el rendimiento de los equipos. En este caso, parece que lo consiguieron.

Por último, hay que destacar la película china Like a rolling stone (Chu zou de jue xin, 2024), de la directora Yin Lichuan, que también firma el guion junto a Mei Ah. La historia se inspira en la vida real de Su Min, nacida en 1964, una mujer de más de cincuenta años que ha dedicado toda su vida a la familia: en su adolescencia tuvo que abandonar su ilusión de estudiar en la universidad para poder trabajar al ser la mayor de varios hermanos, su padre la obligó a entrar en una fábrica, de la que, por cierto, la despedirían pocos años después. Allí conoció al que sería su marido, y volvió a someterse a los designios de otro hombre, aun más esclavizada con la llegada de su única hija, y maltratada por el mal humor y los comentarios despectivos de su pareja durante treinta años. La mujer acaba trabajando gratis durante tres años en el negocio de su hermano pequeño mientras continúa cuidando de su hogar, hasta que su hija tiene gemelos y se debe de encargar de los pequeños para que su hija pueda dedicarse a su profesión. Una hija que la había defendido para que hiciera su vida cumpliendo con sus sueños, pero que le acaba pidiendo que los vuelva a retrasar para poder ella cumplir con los suyos, al fin y al cabo, es obligación de la madre ayudar a su hija y a sus nietos, eso sí, mientras el abuelo se va a pasar el día con sus amigos, una pareja de la que no pudo divorciarse por la presión familiar.
La protagonista se ha pasado toda su vida esperando: esperando a que sus hermanos crecieran, esperando a que no la despidieran de su trabajo, esperando a que su hija crezca, esperando que sus nietos crezcan, esperando a poder estudiar, esperando toda una vida a que le llegase su momento, mientras soportaba un maltrato psicológico por parte de su marido, que le llevó a tener una crisis depresiva, llegando a autolesionarse. Ha ido toda su vida de un lado para otro, como esa piedra del río al que da nombre el título internacional de la película, aunque con un final esperanzador en este caso (el título original en chino se podría traducir como «La decisión de partir»). Su Min aprobó el carné de conducir (a pesar de las burlas de sus profesores en al autoescuela), se compró un coche después de pelearse con su hermano al reclamar el sueldo que se merecía, y decidió recorrer el mundo a sus cincuenta y seis años. Y desde 2020 recorre la China narrando su aventura en las redes sociales, convirtiéndose en un icono feminista, con más de doscientos mil kilómetros recorridos por el momento y miles de seguidores. En 2024 solicitó el divorcio, aunque ya hacía un lustro que era libre, como ella misma reconoce. En diciembre de 2024, Su Min fue nombrada por la BBC como una de las 100 mujeres más inspiradoras a nivel internacional… y una sala de cine de Vic fue un ejemplo más de esa capacidad de inspirarnos.



Catalunya Plural, 2024 