El Premio del Jurado Ecuménico del Festival Internacional de Cine de Berlín de 2024 fue otorgado a la película Mi postre favorito (Keyke mahboobe man, 2024), escrita y dirigida por Maryam Moghaddam y Behtash Sanaeeha, una pareja que firmaba su tercera película concebida a cuatro manos. Los aficionados al cine recordarán las dos anteriores: The Invincible Diplomacy of Mr Naderi (2018), que narra la historia de un hombre que quiere hacer la paz entre Irán y los Estados Unidos, y El perdón (Ghasideyeh gave sefid, 2020), en la que una viuda iraní descubre que su esposo, ejecutado por un crimen, era en realidad inocente. La película explora temas como la pena de muerte, la injusticia y las dificultades que enfrentan las mujeres en la sociedad iraní, y fue la que proyectó a sus creadores a nivel internacional.
A la ceremonia de entrega del galardón en Berlín en febrero de 2024 no pudieron asistir ninguno de los dos. Aunque ya hacía semanas que se sabía que el gobierno iraní les había retirado el pasaporte para restringir la posibilidad de viajar al extranjero, amenazados además de enfrentarse a «acciones legales en relación con su trabajo como artistas y cineastas». Los directores del festival Carlo Chatrian y Mariëtte Rissenbeek emitieron un comunicado donde pedían a las autoridades iraníes que devolvieran los pasaportes y levantasen todas las restricciones que impedían a Maryam Moghaddam y Behtash Sanaeeha viajar a Berlín para unirse a los demás directores y talentos cinematográficos internacionales, pero nunca obtuvieron respuesta. Aunque la actriz, escritora y directora Maryam Moghaddam ya sabía lo que es eso, puesto que no era la primera vez que le ocurría. Tras meses de interrogatorios, un año después fueron condenados a catorce meses de cárcel con suspensión de pena durante cinco años (quizás con ánimo censor), acusados de producir contenido obsceno y de atentar contra la moral pública en la película Mi postre favorito. También se les acusó de propaganda contra el régimen, consecuencia de mostrar la realidad de la sociedad iraní ante el espejo. Tanto ellos como el productor también deberán de hacer frente a una multa de 400 millones de riales iraníes (poco menos de nueve mil euros), cada uno.
El festival de Berlín era el lugar ideal para el estreno mundial de la película, ya que contó con el apoyo del World Cinema Fund de la Berlinale y, anteriormente, participó como proyecto en el Berlinale Co-Production Market 2020, donde recibió el prestigioso premio Eurimages Co-Production Development Award. La película esta finalmente coproducida entre Irán, Francia, Suecia y Alemania, hablada en farsi y protagonizada por la actriz Lili Farhadpour y el actor Esmaeel Mehrabi, interpretando personajes de setenta años, los dos viviendo solos desde hace décadas, ella viuda y él divorciado.
Las autoridades iraníes recrudecieron la represión tras las protestas generalizadas que surgieron por la muerte en septiembre de 2022 de la joven kurda Mahsa Amini, fallecida bajo custodia policial tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo (léase el artículo La revolución femenina que cambiará Irán). Precisamente, una escena en que la protagonista salva a una de varias jóvenes detenidas por la policía de la moral en pleno parque, acusadas de que se les veía ligeramente un mechón de pelo (y no es broma), es el desencadenante de lo que acontecerá después. La anciana se enfrentará al rudo policía que está a punto de mostrarse violento con ella (incluso le recrimina que tampoco lleva el pañuelo bien puesto), pero ante la insistencia y firmeza deciden retirarse, eso sí, llevándose en la furgoneta a las que ya se encontraban detenidas. Una vez que quedan solas, Mahin le dirá a la joven, aliviada de haberse ahorrado una detención y quién sabe qué más, que debe de enfrentarse a esta policía de la moral, indicándole que en el fondo son cobardes, aunque peligrosos por las armas y por si van en manada.
Esa breve e improvisada lección le animará a ella misma a empoderarse, y pensar cómo salir de su rutina diaria de dormir, cocinar y comer sola, con las pocas conversaciones con su hija que vive en el extranjero (reconoce que ella no se quiere ir del lugar donde ha vivido toda su vida, y por el miedo de perder todo su patrimonio), y los muy esporádicos encuentros con sus amigas. Esa decisión de ser ella la que da el primer paso para hablar con un hombre al que ella ha identificado como soltero será el detonante de una preciosa velada en la que iremos contemplando algunas de las prohibiciones y miedos con los que viven los iraníes en general y sus mujeres en particular. Un desenlace inesperado aún mostrará con mayor crudeza la realidad cotidiana de una clase media que vive coartada por la situación política del país.
El inicio del rodaje, que se realizó en secreto, coincidió con la muerte de Mahsa Amini, por lo que todos en la producción supieron en seguida a lo que se exponían, especialmente la protagonista de la película, Lili Farhadpour, puesto que la acusación de producir contenido obsceno y de atentar contra la moral pública especialmente se refería al hecho de que su personaje, en la intimidad de su casa, no solo no lleve un hiyab cubriendo la cabeza, sino que se atreviera a bailar y, lo que es peor, que invitara a su casa a un hombre que acababa de conocer. Los directores afirman en la publicidad de la película que «es una historia sobre la realidad cotidiana de las mujeres de clase media en Irán y una mirada cercana a la soledad de una mujer al entrar en la tercera edad. Las realidades de la vida de las mujeres en Irán casi nunca se han contado, y aun así, la película es un relato lúdico sobre la esperanza y la alegría de vivir, así como sobre lo absurdo de la muerte».
La película finalmente se ha estrenado en España en agosto de 2025 con un cierto retraso. Y coincide en la cartelera con otra película con una intención similar, en esta ocasión basada en hechos reales: Leer Lolita en Teherán (Reading Lolita in Tehran, 2024), dirigido por Eran Riklis, que adapta la novela homónima de 2003 de la autora iraní Azar Nafisi, traducida a treinta y dos idiomas y publicada en castellano por Duomo Ediciones, con traducción de Maricarmen Bellver, y que ya lleva siete ediciones. Nafisi, nacida en 1955, narra su experiencia personal cuando vuelve a su país en 1979 para impartir clases de literatura inglesa en la Universidad de Teherán, después de realizar estudios en Estados Unidos, y poco antes de la revolución iraní y el posterior ascenso al poder del Ayatollah Jomeini, que acabó imponiendo una teocracia, donde la autoridad religiosa tenía y tiene un poder político central y vinculante. Este régimen supuso la implementación de la Sharía (la ley islámica), la restricción de libertades individuales y la supresión de la oposición política, con la consiguiente censura también en el ámbito universitario.
En 1995, la profesora decidió reunirse en secreto en su domicilio con siete de sus alumnas, con el objetivo de leer clásicos occidentales prohibidos en el Irán revolucionario, con el subyacente peligro implícito si hubiera trascendido la finalidad de sus encuentros, y todo ello después de soportar tres lustros de represión (el libro lo escribió en el exilio, en Estados Unidos). Los encuentros se realizaban cada jueves por la mañana en el domicilio familiar, sin la presencia del marido, evidentemente. En esas reuniones clandestinas analizaban diferentes obras literarias, incluidas algunas consideradas polémicas por la sociedad iraní postrevolucionaria, como Lolita (1955), de Vladimir Nabokov, o Madame Bovary (1856), de Gustave Flaubert, y de autores universales como El gran Gatsby (1925), de F. Scott Fitzgerald, Daisy Miller (1878), de Henry James, y Orgullo y prejuicio (1813), de Jane Austen, entre otras, intentando entenderlas e interpretarlas desde su propia idiosincrasia.

Leer Lolita en Teherán se presentó en la décima edición del Festival Internacional de Cine de Barcelona-Sant Jordi (BCN Film Fest), celebrada en abril de 2025, y contó con la presencia del director israelí Eran Riklis. En la presentación reconoció la modernidad de la denuncia realizada a pesar de narrar hechos ocurridos en la década de los ochenta y noventa del siglo XX. La actriz iraní Golshifteh Farahani también deberá de sufrir la persecución de la policía de la moral en la película, la obligatoriedad de llevar siempre cubierta la cabeza y gran parte de su cuerpo y la prohibición de poder hablar con un hombre en público que no sea familiar directo. Adiós a las conversaciones con su viejo profesor, con el que compartía su pasión por los libros. Jugarse la vida para poder intercambiar lecturas, esa era la realidad en ese momento.
Una vez publicada la sentencia de 14 meses de prisión para la pareja de cineastas Moghaddam y Sanaeeh en mayo de 2025, el Centro de Derechos Humanos de Irán, con sede en Nueva York, comentó que «los artistas de Irán soportan importantes penurias, como una censura cada vez mayor, detenciones arbitrarias y la amenaza constante de repercusiones legales por expresar su disidencia a través de su obra». El veredicto llega después de que la comunidad cinematográfica mundial se uniera en apoyo de los directores con una petición de más de tres mil cineastas, entre cuyos firmantes se encontraban Pedro Almodóvar, Juliette Binoche y Mohammad Rasoulof, autor iraní que ganó el Oso de Oro del Festival Internacional de Berlín en 2020 por la película La vida de los demás (Sheytan vojood nadarad, 2020). Rasoulof, que tuvo que huir de su país, fue condenado en 2024 por la República Islámica a ocho años de prisión y flagelación y al pago de una multa y la confiscación de sus bienes. El tribunal consideró que las películas y documentales de Rasoulof eran «ejemplos de connivencia con la intención de cometer un delito contra la seguridad del país», todo ello con la intención de que no pudiera estrenar su última película, La semilla de la higuera sagrada (Dane-ye anjir-e ma’abed, 2024), rodada en secreto en Irán. Película que se puede ver en la plataforma Filmin, después de ser nominada al Oscar como Mejor Película Internacional por Alemania. La mejor manera de apoyar a todos ellos es yendo al cine a ver sus obras… mientras podamos.



Catalunya Plural, 2024 