Su explicación es multicausal y responde a dinámicas de organización social y a patrones de comportamiento. Uno de los fenómenos que da contexto a explicar la brecha salarial de género es la división del tiempo dedicado a la crianza de la infancia entre las parejas. La literatura académica del mundo económico describe como, el hecho de tener menores a cargo, suele agravar las diferencias salariales y de carrera profesional entre hombres y mujeres. El impacto más grande, o al menos el que es más relevante a nivel estadístico, es tener el primer hijo o hija. El nacimiento de la primera criatura supone un cambio en la distribución del tiempo de la pareja, pasan de ser 2 a ser 3 y un neonato requiere tiempo, cuidados y atención. Hay que tener en cuenta que en este artículo cuando hacemos referencia a parejas hablamos de aquellas compuestas por hombres y mujeres, por lo tanto, a parejas leídas como heterosexuales. Quedan fuera del análisis las familias monoparentales y o no leídas como heterosexuales. El impacto de la socialización de género y la división del trabajo asalariado y de los cuidados han hecho que, en este tipo de parejas, sean las mujeres quienes tradicionalmente se hagan cargo de esas tareas, es decir, quienes reducen su tiempo de ocio personal o limitan el desarrollo de su carrera profesional para dedicarlo a la crianza. Esta norma social, que es una ejemplificación perfecta del impacto del patriarcado, es uno de los motivos por los cuales desde diferentes gobiernos se incentiva que los permisos de paternidad y maternidad estén igualados. Mediante esta intervención desde la política pública se busca mitigar el impacto de los roles de género tradicionales en la crianza de las criaturas y la división del tiempo en pareja.

Siguiendo en esta línea, este agosto el Gobierno Español ha introducido novedades en los permisos de paternidad y maternidad para dar respuesta a una exigencia de la Unión Europea, que ya había sancionado a España por el incumplimiento de la Directiva Europea de conciliación. Hasta el 2023, los progenitores podían solicitar hasta ocho semanas no remuneradas para el cuidado de los menores de 8 años; ahora se añaden dos semanas adicionales y remuneradas. Además, el permiso por nacimiento se alarga de unas 16 a 17 semanas, y en el caso de las familias monoparentales, mayoritariamente compuestas por mujeres, se amplía hasta 28 semanas. Estas mejoras tendrán efecto retroactivo para niños nacidos a partir del 2 de agosto de 2024.

Ahora bien, ¿hasta qué punto estos permisos consiguen realmente reducir la desigualdad en la crianza y en el mercado de trabajo? La evidencia académica e internacional nos permite ver las primeras intuiciones y resultados al respecto.

En el ámbito español, el uso de permiso de paternidad ha aumentado notablemente desde el 2018, sobre todo a raíz de la introducción de la obligatoriedad, que tuvo un efecto significativo en su utilización. Aun así, cerca del 75% del tiempo de permiso se concentra en las semanas en que las que la madre también está en casa, cuestión que limita el impacto en términos de corresponsabilidad efectiva. A pesar de estas limitaciones, y siguiendo con lo que apuntábamos anteriormente, el efecto de los permisos no se reduce en el corto plazo. La literatura especializada, que examina  tanto el caso español como también otros países, muestra que los niños nacidos después de reformas que ampliaban los permisos reservados a los hombres acaban desarrollando normas sociales menos estereotipadas y actitudes más igualitarias en materia de género. También existe evidencia que explica cómo los permisos de paternidad igualitarios pueden impulsar a algunas parejas a organizarse y repartirse el tiempo y las tareas de manera más igualitaria, de forma que el impacto en la división de tareas por género podría verse mitigado. En consecuencia, las mujeres podrían dedicar más tiempo y energía a trabajar en el desarrollo de su carrera profesional o a su ocio privado, siendo los hombres los que asuman más responsabilidades, las cuales antes asumían ellas, en el ámbito doméstico. 

La igualdad en los permisos de paternidad puede ayudar, y de hecho lo hace según la evidencia citada en el artículo, a dividir de manera más igualitaria las tareas de cuidados entre hombres y mujeres, al inicio de la crianza. Como toda norma social, hace falta que este entorno igualitario se siga reproduciendo durante toda la crianza de la criatura, no solo durante los primeros meses. Tal y como hemos mencionado anteriormente, tener menores a cargo es uno de los motivos que explican el desarrollo de la brecha salarial de género, especialmente en parejas leídas como heterosexuales, en las cuales las mujeres asumen más carga de trabajo que los hombres. Para ir un paso más allá hay que cuestionarse también las propias dinámicas internas dentro de la pareja y no únicamente esperar a que desde las políticas públicas se avance en esta línea. Por lo tanto, Pedro, Franciso y Carlos, ¿os hacéis cargo de vuestras criaturas como lo hacen vuestras parejas?

Share.
Leave A Reply