La tercera película dirigida por Quentin Tarantino, Jackie Brown (1997), resultó polémica en un primer instante cuando sorprendió al no contener las escenas violentas que tanto le había caracterizado en los dos grandes éxitos anteriores: Reservoir Dogs (1992) y Pulp Fiction (1994), esta última ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes, y de un Oscar y un Globo de Oro al mejor guion. Jackie Brown era justamente el nombre del personaje protagonista, interpretada por la mítica actriz Pam Grier, una azafata de vuelo que hace de correo para un traficante de armas, hasta que un día es sorprendida en la aduana. Una mujer protagonista con una edad cercana a los cincuenta años, con unos diálogos que marcaban el carácter, la fuerza y la iniciativa del personaje. Convertida finalmente en la película más humanista de Tarantino, también es recordada por superar el conocido como «Test de Bechdel».
El Test de Bechdel es un método sencillo y contundente para evaluar la brecha de género en las películas, y se considera que pasa el test si cumple con tres requisitos: (1) que aparezcan al menos dos personajes femeninos, (2) que los dos tengan un nombre concreto, y (3) que esos dos personajes interactúen entre sí en una conversación que no tenga a un hombre como tema central, independientemente de que estén hablando de su pareja o de su padre o hermano. En 2025, solo cuatro de las diez nominadas a Mejor película en los Premios Oscar lo cumplía: Anora (ganadora), Dune: Parte 2, Emilia Pérez (película francesa) y Aún estoy aquí (película brasileña). El test es una métrica extremadamente sencilla, y puede ser que haya películas protagonizadas por mujeres que no la cumplan, pero, a su vez, resulta una forma útil de calibrar la presencia activa de personajes femeninos en las películas de Hollywood y lo bien definidos y completos que son esos papeles, y sorprende la gran cantidad de películas muy populares en las últimas décadas que no la cumplen (para más información, se puede consultar la página web del test, que incluye una lista de las películas y la indicación de si han aprobado el test o no).

Las reglas aparecieron por primera vez en una historia corta de Alison Bechdel, titulado The rule (1985), en el que en la primera viñeta la autora le da las gracias a Liz Wallace por la idea, de ahí que también se le conoce como el Test Bechdel/Wallace. La autora también reconoció que le inspiró la lectura del ensayo Una habitación propia (A Room of One’s Own, 1929), de Virginia Wolf (1882-1941), en el que denunciaba con datos la subordinación de las mujeres en la literatura y hasta esa fecha, sorprendiendo que cincuenta y cinco años después (o casi un siglo después ahora) siguiera vigente tan contundente denuncia. Alison Bechdel salió del armario en 1980 y se convirtió en todo un referente del activismo por los derechos de los homosexuales, destacando especialmente su obra cómica Unas lesbianas de cuidado (Dykes to Watch Out For, 1983-2008), donde precisamente se publicó la pequeña historia The Rule, en concreto en su página 22 de la colección original, conocida por su acrónimo DTWOF.
DTWOF fue una de las primeras representaciones de lesbianas en la cultura popular, con una intencionalidad costumbrista y cómica, muy conocida en diferentes periódicos (publicado en más de cincuenta cabeceras alternativas), que se popularizó a partir de las ediciones de las recopilaciones en libros independientes, manteniéndose en activo durante veinticinco años de forma continuada, una de las tiras queer más exitosas y extensas en el tiempo. Los personajes eran ficticios pero inspirados en lo que acontecía a su alrededor y en consonancia con las noticias reales que sucedían en la sociedad estadounidense, lo que favorecía el debate y la opinión entre los personajes que interactuaban entre ellos.

La novela gráfica autobiográfica Fun home (Fun Home: A Family Tragicomic, 2006) la catapultó como autora destacada a nivel nacional e internacional, considerada una de las obras de ficción más destacada de aquel año, y destacada también en lo que llevamos de siglo. Un trabajo que le ocupó durante siete años, donde relata, entre otras interioridades, el descubrimiento de la homosexualidad de su padre y la de ella misma. El éxito desbordante de esta obra y los cambios importantes que se estaban produciendo en la sociedad estadounidense le hizo decidir por abandonar la tira DTWOF, coincidiendo con la victoria de Barack Obama, que finalmente ostentó la presidencia de Estados Unidos entre 2009 y 2017. La autora pensó que todo cambiaría en positivo, recordando que salió del armario con apenas veinte años, justo cuando ganó las elecciones Ronald Reagan (1911-2004), que fue presidente entre 1981-1989, con todo lo que supuso la política republicana en aquella década.
En 2015, Bechdel se casó con la artista Holly Rae Taylor, gracias a la sentencia del Tribunal Supremo del 26 de junio, donde reconocía el matrimonio igualitario como un derecho constitucional a nivel nacional, obligando a los que aún prohibían estas uniones a levantarlas. Pero solo un año después ganaba las elecciones, por primera vez, Donald Trump, cuatro años aciagos entre 2017 y 2021. En 2022, el Congreso aprobó la Ley de Respeto al Matrimonio para blindar a nivel federal estos derechos, derogando la Ley de Defensa del Matrimonio de 1996 y asegurando que ningún estado pueda no reconocer las uniones legales realizadas en otro estado. En medio llegó una pandemia global. Y a finales de 2024, volvería a ganar Trump.

Bechdel decidió realizar una nueva novela gráfica que reflejara cómo veía ella la sociedad del momento, desde su madurez como persona y artista, ante los retos que podría suponer una posible nueva victoria republicana. El resultado es Consumida (Splent: A Comic Novel, 2025), con guion y dibujo de Alison Bechdel, y color de Holly Rae Taylor, que ya había realizado labores de colorista con anterioridad, y que en este caso tiene un papel muy importante en su elaboración, no solo por ser una primera lectora crítica y motivadora, sino por coprotagonizar la historia. La pareja en la vida real aparece en la portada de la novela gráfica, emulando el cuadro American Gothic (1930), del pintor Grant Wood (1891-1942), parodiando la mítica imagen del granjero con un tridente acompañado de su hija con delantal, que enaltecía las labores propias del campo y del hogar. Publicada en castellano en septiembre de 2025, apenas tres meses después de la versión estadounidense, por el sello Reservoir Books del Grupo Editorial Penguin Random House, con traducción de Rocío de la Maya.
La historia acontece entre 2021 y 2023. La autora reconoce que por un condicionante de tiempo, entre revisiones, coloreado y maquetación, tuvo que acabar la obra antes de saber quién ganaría las elecciones de noviembre de 2024, aunque estaba totalmente convencida que ganaría la candidata demócrata, Kamala Harris. No fue así, por lo que algunos de los presagios negativos que augura la autora en Consumida resultan cortos viendo lo que está dando de sí los primeros meses de la presidencia de Trump en este 2025. La autora reconocía en una rueda de prensa que la población estadounidense está en un estado de shock permanente, a la expectativa de la próxima decisión aparentemente precipitada, y con qué exabrupto lo hará.

Bechdel realiza un ejercicio de metaficción con varias decisiones que resultan extremadamente interesantes. Por un lado, escoge narrar el propio proceso de creación y escritura de su siguiente ficción, con todo lo que implica: búsqueda de ideas, proponer una historia concreta, negociar con su agente, y buscar el tiempo para realizar el trabajo detallado de escritura y dibujo, en su caso, con todas las interrupciones que acontecen a lo largo de los dos años que dura el trabajo creativo (más o menos, lo que costó en la realidad, mucho menos que otras veces, quizás porque tenía muy claro lo que quería contar, como ella misma reconoce). Por otro lado, determina que la historia parezca autobiográfica, al otorgar el protagonismo a la pareja ficticia de Alison y Hol con numerosos elementos comunes con la realidad, aunque resulta hilarante que Hol está, en este caso, al frente de una granja de cabras, mientras que se convierte en una famosa influencer en las redes sociales con sus vídeos de trabajos en el campo en general y del cuidado de las cabras en particular.
Bechdel recupera a sus míticos personajes de DTWOF, ahora ya en la sesentena (que ayudará a visibilizar el deseo sexual en la menopausia), lo que permite exponer como algunas de las luchas habituales del siglo XX y que se pensaba ya superadas, como la del derecho al aborto o la disminución de las diferencias sociales, pueden volver atrás, ahora en un contexto de postpandemia y de cambio climático, que añade una nueva dimensión ante la potencia de las inclemencias del tiempo, en todos sus aspectos, de frío, calor, viento, lluvia o nieve, así como sus consecuencias, como los incendios devastadores en Quebec (Canadá) en el verano de 2023 o las inundaciones catastróficas en Vermont, que se describen en la novela gráfica, ya que es la localidad donde vive la pareja, en la ficción y en la realidad. También dio tiempo para denunciar en algunas páginas la represión de la policía en la universidad, ante los estudiantes y profesores que protestaban por la situación que estaba aconteciendo a finales de 2023 en Gaza. Dos años después, lo de 2023 en Gaza se ha quedado corto. Y hay que recordar que en ese momento el presidente de Estados Unidos era Joe Biden.

Alison, el personaje que emula a Bechdel en la novela gráfica, pretende enseñar a sus lectores (o espectadores, si consigue convertirlo en serie de televisión, lo que, presumiblemente, le dará más difusión y le hará ganar más dinero), a «liberarse del capitalismo consumista y a llevar una vida más ética». Y lo hace sincerándose a través de las contradicciones cotidianas que debe de lidiar continuamente. Como recordar que en los años noventa denunciaba a Amazon por el impacto que podía realizar en el pequeño comercio en general y en las librerías en particular, mientras hoy en día realiza una gran parte de sus compras (algunas sin sentido) a través de esa plataforma, al reconocer la facilidad para comprar y las ventajas de que te lo traigan directamente a tu domicilio, y más cuando vives en una granja apartada. Bechdel decide prepararse ante este nuevo reto creativo leyéndose el ensayo El Capital. Crítica de la economía política (Das Kapital. Kritik der politischen Ökonomie, 1867), de Karl Marx (1818-1883).
De Marx recupera los títulos de sus capítulos mientras expone lo difícil que es no ser víctima del nuevo capitalismo consumista. En una de las viñetas se pregunta «¿Cómo es posible que el trabajo de una autora de cómics esté mejor pagado que el de una enfermera, una maestra o una agricultora? Piensa en su hermana Sheila, la típica americana que malvive dando clases de arte en primaria… mientras Alison, la contracultural, se está forrando», y añade «No es de extrañar que Trump ganara en 2016». Esa doppelgänger pesimista, cansada y confusa probablemente contrasta con la Alison original, aunque la autora reconoce los continuos conflictos que aparecen en su vida cotidiana, mientras reaparecen otros en la sociedad que pensaba ya ganados, con el desconcierto que genera. Aunque, en Consumida, al final, hay una brizna de esperanza.



Catalunya Plural, 2024 