Hacer política hoy
La visión de la ciudadanía sobre la política no pasa por un buen momento. Algunas encuestas la sitúan como la principal preocupación de la gente. La extrema derecha manipula esta sensación negativa y se presenta como una opción antisistema o fuera del sistema: no parece importar que Santiago Abascal haya vivido toda la vida de fondos públicos gestionados por el PP y por Vox o que Sílvia Orriols sea a la vez diputada y alcaldesa de Ripoll solo con seis concejales de diecisiete. Tampoco se penaliza que Donald Trump haya pasado de presentarse como defensor de la libertad a desplegar el ejército en varias ciudades e intentar controlar los medios de comunicación. O que Isabel Díaz Ayuso considerara una muestra de libertad poder tomar una cerveza en una terraza de Madrid durante la pandemia mientras morían cientos de personas mayores en sus residencias o que defienda la libertad de Israel de perpetrar un genocidio en Gaza mientras ella honra al equipo ciclista creado para blanquear la imagen de ese Estado. Afortunadamente, la dignidad de una buena parte de la ciudadanía ha quedado patente en las movilizaciones contra la participación de un equipo de Israel en la Vuelta ciclista a España, en el apoyo a la Flotilla que se dirige a Gaza o en las protestas contra la nefasta gestión del presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, durante la DANA del año pasado.
Una rueda de prensa en la Superilla
En este contexto tan complicado se agradecen gestos de cargos públicos que ayudan a dignificar la política. El pasado día 22 de septiembre, a las puertas de las Fiestas de la Mercè, la concejala de Barcelona en Comú, Janet Sanz, convocó una rueda de prensa en la superilla del Eixample para anunciar que antes de que acabe el año dejará sus responsabilidades en el Ayuntamiento de la capital catalana.
Janet Sanz quiso invitar a algunos compañeros y compañeras para que la acompañaran en este momento importante para ella: todo el grupo municipal encabezado por la co-coordinadora de los Comuns, Gemma Tarafa, la presidenta del grupo parlamentario Jéssica Albiach, la co-coordinadora de los Comuns, Candela López, o el diputado en el Congreso Gerardo Pisarello. Pero también invitó a algunas personas que en 2015 habíamos apostado, desde ambos lados, por el encuentro entre la tradición del PSUC representada en Iniciativa y la de los activistas que venían del 15-M: el exministro Joan Subirats, los exdiputados Xavier Domènech o Josep Vendrell, y quien definió como su “padre político”, el exconcejal de ICV, Ricard Gomà, uno de los principales pensadores del país en lo que respecta a las políticas públicas. También se refirió a Ada Colau, Ernest Urtasun, Jaume Asens y David Cid que por diversos motivos no pudieron estar presentes.
Una decisión personal
La decisión de Janet ha sido meditada y pensada. Con cuarenta y un años lleva 14 como concejala. Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas, considera que es tiempo de emprender una carrera profesional, para no eternizarse en un cargo público y no quedar prisionera de él. Aunque se ha dicho que deja la política, yo entendí que deja la política institucional, que no es lo mismo. Nunca me ha convencido la actitud de los políticos que cuando dejan el cargo público abandonan también la actividad política, como si al no ser diputado o concejal ya no compensara militar en un partido. La inmensa mayoría de las personas que forman parte de un partido democrático lo hacen sin aspirar a ejercer ninguna responsabilidad orgánica o institucional.
Una decisión política
La decisión de Janet también admite una lectura política. Dejando claro que no aspira a ser cabeza de lista en 2027 permite que Barcelona en Comú abra un proceso de primarias para elegir a un o una cabeza de lista a finales de este año, con tiempo suficiente para preparar la campaña de las próximas municipales, en las que intuyo que, dada la situación de ERC y Junts, sin Ernest Maragall y Xavier Trias, Barcelona en Comú aparecerá como alternativa a las políticas grises y ambiguas de Jaume Collboni.
La política municipal tiene como principal característica la proximidad con la gente y poder contemplar las realizaciones que se han generado desde el Ayuntamiento. Janet Sanz recordó en la rueda de prensa algunos de los hitos conseguidos desde su área, como el impulso al tranvía, las obras en las Ramblas, la Via Laietana o la Meridiana, la apuesta por los juegos infantiles o el proyecto Protegim Escoles y, sobre todo, la superilla. Estas políticas le costaron a la alcaldesa Ada Colau y a la propia Janet recibir durísimas críticas de los poderes fácticos de la ciudad y verse sometidas a querellas y demandas, todas desestimadas, en un claro episodio de lawfare. Ella se refirió a esas heridas. Pero, tal como subrayó, esas realizaciones quedan para siempre en Barcelona: nadie se atreverá a echarlas atrás porque cuentan con el apoyo de la mayoría de la población.
Seguro que alguien piensa que este artículo es demasiado elogioso. No niego que está hecho desde la amistad. La política debe servir para transformar la realidad, pero, además de proporcionarte algún enemigo, te permite hacer amigos y amigas.


Catalunya Plural, 2024 