La población del ámbito metropolitano de Barcelona, formado por las comarcas del Baix Llobregat, el Barcelonès, el Maresme, el Vallès Occidental y el Vallès Oriental, donde viven 5 millones de personas, crecerá en 230.000 habitantes (un 4,5%) en los próximos diez años y alcanzará los 5.296.694 empadronados en el año 2034, según las últimas proyecciones del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat), publicadas el pasado mes de julio y que toman como base el censo de 2024.
Es un salto más modesto que el que se espera para el conjunto de Cataluña, que en el mismo período aumentaría un 6,8% hasta superar los 8,5 millones de residentes de derecho. Es decir, se espera que los territorios no metropolitanos atraigan más nuevos habitantes que la aglomeración barcelonesa y, por lo tanto, se reduzca un poco el desequilibrio demográfico entre territorios. Aun así, en 2034 las cinco comarcas metropolitanas concentrarán todavía el 62% de los catalanes (eran el 63,5% en 2014).
Las proyecciones de población hacen previsiones de futuro a partir del análisis de los datos reales de fecundidad, esperanza de vida y flujos migratorios a los que se aplican diferentes hipótesis de evolución. Los resultados se presentan a escala municipal, comarcal, de veguería, provincial y de toda Cataluña, como herramientas útiles para anticipar necesidades en equipamientos escolares y otros servicios públicos, vivienda e infraestructuras, aunque deben tomarse con prudencia porque factores imprevisibles, como una recesión económica, pueden alterar los escenarios esbozados. El Idescat elabora y publica sus proyecciones con periodicidad quinquenal.
Cada proyección de población se presenta desglosada en tres escenarios: bajo, medio y alto. En el escenario medio, que el Idescat considera el más plausible, el ámbito metropolitano moderaría la expansión demográfica de la década anterior (2014-2024), que fue del 7,3% (el 7,7% en Cataluña). En el período 2014-2034 la población metropolitana habrá crecido un 12,2%, de 4,7 a 5,3 millones (el 15% la de toda Cataluña), como muestra el gráfico siguiente.
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La previsión de los demógrafos es que el núcleo de la región metropolitana, la parte más densa, crezca por debajo de la media, mientras que los territorios menos urbanizados y más periféricos, como el Maresme y el Vallès Oriental, crezcan por encima, aunque esto puede depender de las políticas urbanísticas que se desarrollen a escala metropolitana y local. En principio, de los 127 municipios metropolitanos, en 120 se espera que aumente la población y solo en 7 que disminuya.
Una tabla detalla a continuación los municipios que pueden engrosar más el censo en porcentaje, en la que Gualba, pequeño pueblo del Baix Montseny, figura en primera posición, con el 22%, y también destaca Sant Just Desvern como la única población de más de 20.000 habitantes en el top ten de la expectativa ascendente.
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A continuación, otra tabla recoge los municipios perdedores netos, que son siete, con Badia del Vallès a la cabeza, y los tres que crecerán menos porcentualmente. Estas localidades tienen en común que disponen de términos municipales reducidos o que han experimentado recientemente fases de expansión posiblemente agotadas.
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Como en años anteriores, el factor clave del crecimiento de las comarcas metropolitanas en la próxima década serán las migraciones, mientras que la evolución natural (la diferencia entre nacimientos y defunciones) continuará siendo negativa (de hecho lo es desde 2018). En el período 2024-2033, solo un grupo reducido de 13 municipios metropolitanos tendrá crecimiento natural positivo, 1 puede esperar saldo nulo y el resto (113) crecimiento negativo. El fenómeno no es exclusivo de la metrópoli, sino que es general en toda Cataluña, donde solo 85 municipios de los 947 registrarán previsiblemente más nacimientos que defunciones en el horizonte de 2034.
En la tabla siguiente figuran los únicos 13 municipios metropolitanos con expectativas de crecimiento natural, entre los cuales destacan por la dimensión Sant Cugat del Vallès, Montcada i Reixac y Sant Adrià de Besòs.
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A continuación se detallan los 10 municipios que representan el polo opuesto, en los que se espera que las defunciones superen ampliamente a los nacimientos a lo largo de los próximos diez años. Todos son de tamaño pequeño o mediano.
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Por el contrario, en el mismo período 2024-2033, se espera un saldo migratorio positivo en 124 municipios metropolitanos y negativo solo en 3. Para el conjunto de Cataluña el Idescat calcula una llegada neta de 654.000 habitantes procedentes de otras comunidades o del extranjero, mientras que en el ámbito metropolitano la diferencia entre el número de altas y bajas en el padrón en esos mismos diez años se estima en algo más de 300.000.
El municipio número 1 como receptor neto de migrantes en la década presente sería Barcelona, con 75.374, seguido de l’Hospitalet, con 17.527. Las tablas siguientes muestran los municipios ordenados en razón del peso relativo que tendrá el saldo migratorio respecto de la población registrada el 1 de enero de 2024, sea a favor o en contra. Las listas se parecen bastante a las que representan el crecimiento absoluto de los municipios, y no es casual: la llegada de nuevos vecinos es el factor clave de la dinámica demográfica metropolitana y catalana.
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Si se mantiene la baja natalidad y se mantiene o aumenta la esperanza de vida, el envejecimiento de la población metropolitana se acentuará la próxima década. El Idescat augura que en las cinco comarcas barcelonesas la proporción de residentes de 65 años o más, que suele equipararse a jubilados y pensionistas, pasará del 19,5% al 22,5% en 2034, dos puntos más, mientras que el grupo más joven (de menos de 16 años, alumnos de las enseñanzas obligatorias) se reducirá del 14,4% al 12,1%. Por su parte, el grupo central (de 16 a 64 años, considerada la franja de edad laboral) se mantendrá alrededor del 65%.
La evolución sería común a todas las cinco comarcas metropolitanas, si bien el Maresme destaca por la profundidad del cambio: las personas de 65 años y más podrían aumentar 4,8 puntos, mientras que los escolares bajarían 3,4 puntos, como muestra el gráfico siguiente.
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El cambio demográfico que anticipa la proyección se hace más visible comparando el índice de envejecimiento: la proporción entre los residentes mayores de 65 años y los de 0 a 15 años. Cuando el índice es 100 quiere decir que los dos grupos de edad tienen el mismo peso. En 2024, había 26 municipios metropolitanos con un índice de envejecimiento por debajo de 100, es decir, con más niños y adolescentes que personas mayores. En 2034 no habrá ninguno; en cambio, 47 municipios (de 127) tendrán un índice de envejecimiento de 200 o superior, es decir, vivirán el doble o más del doble de personas mayores que de niños y adolescentes. En 2024 eso no ocurría en ningún lugar.
La tabla siguiente muestra cómo algunos municipios del Maresme como Canet de Mar y Caldes d’Estrac pueden acercarse dentro de diez años al índice 300, es decir, a la proporción de tres jubilados por cada escolar.
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En el extremo opuesto, y a pesar de que el envejecimiento será un fenómeno generalizado, hay ciertos municipios metropolitanos que resistirán mejor la tendencia, como los que encabezan la tabla siguiente y que ya han aparecido destacados en listados anteriores por su dinamismo: Sant Just Desvern y Sant Cugat del Vallès.
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El presidente Salvador Illa y otros dirigentes del Govern aluden a menudo a “la Cataluña de los 10 millones” como un horizonte a medio plazo para el que debemos preparar el país y sus infraestructuras. Independientemente de si es deseable o no, el Idescat solo ve posible alcanzar esta cifra de población en el año 2052 en el escenario alto de sus proyecciones, que considera menos factible: haría falta que la natalidad repuntara y el crecimiento natural fuera positivo a partir de 2029, y que el saldo migratorio favorable se mantuviera alto.
Las proyecciones contemplan un tercer escenario, el bajo, en el que el crecimiento natural sería aún más negativo y se frenaría la inmigración. En este caso la población de Cataluña se estancaría e incluso tendería a disminuir a partir de 2054. El gráfico muestra las diferentes posibilidades.
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Las proyecciones de población, aunque no son exactamente predicciones ni mucho menos profecías, se puede decir que se cumplen… a veces
. En la proyección para el período 2021-2041, basada en el censo de 2008, el Idescat calculó que en 2021, en el escenario medio, Cataluña ya tendría 8 millones de habitantes, cifra alcanzada oficialmente tres años más tarde, en 2024. El siguiente estudio, con base 2013, se quedó corto: estimaba que se alcanzaría la cifra de 8 millones en 2027 en el escenario alto, pero se llegó tres años antes. Y es que hay factores, como una crisis sanitaria global, que no entran en los algoritmos.
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Catalunya Plural, 2024 