En la discusión de la mañana, la brecha solo hizo que ampliarse entre el Govern y los comuns, estos últimos siendo el foco de los intentos del Govern por llegar a un entendimiento. El partido de Jèssica Albiach se ha opuesto a aprobar la propuesta mientras el proyecto Hard Rock siga formando parte de los planes del ejecutivo. Rechazar esta demanda ha sido la decisión del Govern para no alienar a otro aliado crucial: el PSC considera fundamental el macroproyecto. ERC ha acusado a los comuns de jugar tácticas electorales, y Albiach ha censurado al ejecutivo por no dominar a los socialistas.
Tampoco ha fructificado un entendimiento entre Aragonès y Junts: mientras que Albert Batet propuso un acuerdo condicionado a la disminución del impuesto de sucesiones y del IRPF, el Govern ha calificado esta proposición como “insincera”. El ejecutivo sostiene que no es oportuno reducir los impuestos en estos momentos, argumentando que tal medida resultaría en una disminución de los fondos disponibles para el sector público.
Esta reprobación representa un severo revés para Pere Aragonès, el president de la Generalitat, quien está considerando la posibilidad de adelantar las elecciones. Para abordar la retirada del proyecto presupuestario, Aragonès ha programado una reunión extraordinaria del Consejo Ejecutivo esta tarde, con el objetivo de establecer el consenso gubernamental necesario. Frente a la escasez de respaldos en el Parlament y una debilidad parlamentaria sin precedentes, Pere Aragonès, el president de la Generalitat, podría plantearse convocar elecciones. Las siguientes horas serán determinantes.


