En el año 1903, Theodor Herzl, líder del movimiento sionista, se enfrentaba a una de las decisiones más críticas y controvertidas de su vida política: aceptar o rechazar una oferta que podría haber alterado el curso de la historia judía. En medio de los pogromos y persecuciones antisemitas que azotaban Europa del Este, en especial tras los devastadores pogromos de Kishinev, el gobierno británico ofreció una solución inesperada: un territorio en África Oriental como refugio temporal para el pueblo judío.
El llamado Plan Uganda, aunque en realidad hacía referencia a una región en la actual Kenia, fue propuesto por Joseph Chamberlain, secretario colonial británico, en una reunión con Herzl en abril de 1903. La idea surgió como respuesta a la urgencia de encontrar un lugar seguro para los judíos perseguidos, mientras se seguía trabajando por el objetivo final de establecer un hogar permanente en Palestina, entonces bajo control otomano
El sexto congreso sionista: el inicio de la controversia
En agosto de ese mismo año, Herzl presentó la propuesta en el Sexto Congreso Sionista, celebrado en Basilea. Consciente de las tensiones internas, Herzl explicó que el Plan Uganda no sustituiría la aspiración de retornar a Palestina, sino que sería una medida temporal para aliviar el sufrimiento de miles de judíos. Sin embargo, su presentación provocó un intenso debate. Algunos delegados, especialmente de Europa del Este, vieron el plan como una traición al sueño sionista de regresar a la tierra ancestral, mientras que otros lo percibieron como una solución pragmática a las urgentes necesidades de su pueblo.Tras discusiones apasionadas y un congreso lleno en el que algunos delegados incluso abandonaron la sala en protesta, se aprobó por una estrecha mayoría de 295 votos a favor y 178 en contra la decisión de enviar una comisión a investigar las condiciones del territorio ofrecido.
La misión en África y el rechazo definitivo
A finales de 1904, una comisión de exploración fue enviada a África Oriental para evaluar la viabilidad del territorio. Los informes sobre el territorio propuesto en África Oriental fueron el resultado de una expedición que envió el Congreso Sionista en 1904 para evaluar la viabilidad del Plan Uganda. Esta comisión fue encabezada por el explorador británico Alfred St. Hill Gibbons, el orientalista suizo Alfred Kaiser y el ingeniero sionista Nahum Wilbush. Los informes presentados por estos expertos indicaron que el territorio, ubicado en el altiplano de Guas Ngishu en la actual Kenia, tenía un clima favorable para el asentamiento europeo, pero planteaba serios desafíos debido a la fauna salvaje (leones y otros animales peligrosos), la resistencia de la población nativa, especialmente los masái, y las dificultades logísticas para establecer una colonia.
En 1905, en el Séptimo Congreso Sionista, la comisión presentó su informe y la propuesta fue formalmente rechazada. El movimiento sionista reafirmó su compromiso exclusivo con Palestina como único destino viable para un hogar judío. Este rechazo consolidó la centralidad de la Tierra de Israel en la narrativa sionista y marcó el fin de cualquier intento serio de buscar alternativas fuera del Levante mediterráneo.
Aunque el Plan Uganda fue descartado, su impacto perduró. El episodio puso de manifiesto las tensiones internas en el movimiento sionista y provocó la formación de la Organización Territorialista Judía, liderada por Israel Zangwill, que continuó buscando territorios alternativos en otras partes del mundo, aunque sin éxito duradero. Sin embargo, el fracaso de estas iniciativas solo sirvió para fortalecer la convicción de que la verdadera patria judía debía estar en Palestina. El Plan Uganda también dejó un legado en la diplomacia británica. A pesar de su fracaso, fue el primer intento de una potencia imperial por reconocer formalmente los esfuerzos sionistas, sentando las bases para lo que sería la Declaración Balfour en 1917, cuando el gobierno británico apoyó oficialmente el establecimiento de un hogar judío en Palestina.
Otras propuestas para una patria judía fuera de Palestina
Además del conocido Plan Uganda, a lo largo del tiempo existieron otras propuestas para establecer un hogar judío en territorios distintos a Palestina. Estas propuestas, impulsadas por diferentes gobiernos y grupos sionistas, reflejaban la urgencia de encontrar un refugio seguro para los judíos perseguidos, especialmente en Europa del Este.
1. El Proyecto Ararat en los Estados Unidos (1825):
Una de las primeras iniciativas fue propuesta por Mordecai Manuel Noah, un diplomático y periodista estadounidense que intentó crear una colonia judía en la isla de Grand Island, cerca de las cataratas del Niágara, en Nueva York. Noah nombró al proyecto “Ararat”, en referencia a la montaña bíblica donde, según la Biblia, se posó el arca de Noé. Sin embargo, la iniciativa fracasó, ya que no atrajo suficientes colonos judíos.
2. El Proyecto de la Patagonia (1890):
Durante el apogeo del sionismo territorialista, el escritor y líder sionista Theodor Hertzka propuso la colonización de partes de la Patagonia, en Argentina y Chile, como una solución para establecer una patria judía. Aunque esta idea fue discutida, nunca pasó de las primeras fases de consideración.
3. El Proyecto de la Península de Sinaí (1902):
Antes de que se presentara el Plan Uganda, Theodor Herzl intentó negociar con el gobierno británico la posibilidad de establecer una colonia judía en El-Arish, en la península del Sinaí, un territorio cercano a Palestina pero bajo control británico. El proyecto fue considerado inviable debido a la falta de agua y la resistencia de las autoridades egipcias.
4. El Proyecto de Birobidzhan (1928):
En la Unión Soviética, el gobierno de Stalin estableció el Óblast Autónomo Judío en Birobidzhan, cerca de la frontera con China, como parte de una política que pretendía ofrecer una patria dentro de la Unión Soviética para los judíos. Aunque recibió cierto apoyo, el proyecto nunca logró atraer a una población judía significativa y fue en gran medida una táctica propagandística del régimen.
5. La Propuesta de Madagascar (1937):
En los años previos a la Segunda Guerra Mundial, algunos sectores del gobierno nazi plantearon la idea de deportar a la población judía de Europa a la isla de Madagascar, bajo control francés en ese momento. Este plan, conocido como el “Plan Madagascar”, nunca se implementó y fue reemplazado por las políticas genocidas de exterminio en la Europa ocupada.


