La digitalización de las tareas laborales, del estudio y del ocio nos hacen pasar parte del día con la mirada fija en pequeñas o grandes pantallas. Y este esfuerzo ocular de forma mantenida durante mucho tiempo puede generarnos fatiga visual, un trastorno oftalmológico que se conoce como astenopía. Del sobreesfuerzo que hacen los ojos, manteniendo la musculatura ocular en tensión, no se es consciente porque suele ser mayor el interés por terminar una tarea o el entretenimiento que brinda un audiovisual, un juego o la lectura en una pantalla digital .

Hasta que los síntomas del estrés ocular se hacen más presentes. Entre los más frecuentes –explican especialistas en soluciones oftalmológicas para calmar estos síntomas del laboratorio STADA– encontramos la sequedad ocular. La fatiga provoca una deficiencia en la producción de flujo lagrimal, el líquido que se encarga de mantener la superficie del ojo lubricada. Como consecuencia, el ojo se seca y se produce la sensación de tener arena, provocando irritación, visión borrosa y picor. También se puede producir una hipersensibilidad a la luz, ojos lagrimosos y dolor de cabeza, ya que se genera un aumento de la tensión que puede llegar a provocar cefaleas o, en casos más graves, migrañas”.

Ante este trastorno cada vez más común de fatiga ocular, los especialistas recomiendan realizar descansos visuales de la pantalla del ordenador al menos una vez cada hora. En esta pausa, conviene enfocar algún punto en la lejanía para ayudar a destensar la musculatura ocular y hacer que el ojo no pierda la capacidad de ese enfoque lejano que, precisamente por la fijación en distancias cortas prácticamente continuada, está haciendo aumentar en los últimos años la miopía.

Tal y como explican en el canal de l’Escola de Salut de l’Hospital de Sant Joan de Déu, “cuando enfocamos de cerca, estamos estimulando la acomodación del ojo para poder enfocar en distancias cercanas y no relajamos la musculatura y el ojo intenta adaptarse. El globo ocular se alarga y se hace más miope. Lo mismo ocurre con los niños lectores compulsivos: en este sentido, no está demostrado que las pantallas sean peores, pero lo que sí generan es más adicción”.

En cuanto a la fatiga ocular, según un estudio de la farmacéutica STADA, nueve de cada diez usuarios de pantallas la sufren. Tantas horas frente al ordenador, la tablet, el teléfono móvil o el televisor están haciendo cada vez más casos de fatiga, que no suele ser grave y suele desaparecer una vez la vista ha descansado correctamente. Hay que aprovechar los descansos de la vista hacia las pantallas para realizar otras actividades como llamadas telefónicas, preparar un café o hacer una breve caminata. Es importante, además, no tener ni demasiada luz, ni poca, hay que intentar evitar los reflejos, la iluminación demasiado brillante y los excesos de contraste de algunas pantallas.

En el informe que la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo sobre la visión en el mundo, en 2019, ya se advertía que “el aumento del tiempo que se pasa en espacios interiores y realizando actividades que implican una visión de cerca están provocando que un mayor número de personas sufran miopía, y que el aumento del tiempo en el exterior puede reducir ese riesgo”.

Crece la miopía en España, especialmente entre los niños

En las últimas décadas, los cambios en los hábitos de vida de la población, especialmente el uso intensivo de pantallas, han contribuido de forma significativa al aumento de las anomalías visuales. Cada vez más personas necesitan gafas, lentillas e incluso intervenciones quirúrgicas para corregir afectaciones visuales. Un claro ejemplo de ello es la alta prevalencia de la miopía, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de aquí al 2050, afectará a la mitad de la población mundial.

Su incidencia en España sigue al alza, especialmente en edades tempranas: uno de cada cinco niños en edad escolar es miope, según el Barómetro de la Miopía Infantil en España. El tramo de edad con mayor incidencia es el de 5 a 7 años. Sin embargo, dos de cada diez menores de 8 años no se ha revisado la visión todavía, y el 59% de las familias no lleva a sus hijos al oftalmólogo porque no presentan quejas aparentes.

“Muchas anomalías visuales no presentan sintomatología y los niños no suelen quejarse, de ahí la importancia de realizar un examen visual completo”, advierten los especialistas de OPTICA2000. Más allá del impacto físico que puede suponer al incrementarse el riesgo de desarrollar complicaciones más graves, existe una correlación directa entre las patologías visuales y el rendimiento escolar. Según recientes estudios, los problemas de eficiencia y percepción visual son responsables de hasta el 30% de los fracasos escolares. El rastreo, revisiones periódicas y prevención pueden ayudar a reducir la incidencia, especialmente en edades tempranas.

Desde Althaia, Red asistencial universitaria Manresa, recuerdan que “cuanto más tiempo de uso de pantallas, mayor riesgo de problemas físicos como la obesidad, problemas musculoesqueléticos o cardiovasculares, entre otros, y un mayor índice de problemas emocionales y de conducta”. En cambio, “menos de 2 horas diarias de uso recreativo de las TIC está asociado a un mejor rendimiento académico y desarrollo global saludable junto a una alimentación sana, unos buenos hábitos de sueño y el ejercicio físico”.

Son algunos de los consejos y recomendaciones de la Guia per a la prevenció de l’addicció a les pantalles de Althaia. Y, en concreto, en la web de la Clínica Sant Josep de Manresa, también nos explican cómo encontrar el equilibrio entre la exposición a las pantallas y la salud visual con algunas medidas para reducir los riesgos de la sobreexposición a las pantallas, pensando en cualquier edad.

Son las siguientes:

  • Deben guardarse las distancias adecuadas respecto a la pantalla. Delante de un ordenador, es recomendable sentarse a 60–70 cm de distancia; si és un portátil, a 40–50 cm de distància y si es un móvil, entre 30–40 cm.
  • Hacer un descanso de las pantallas, apartando la vista siguiendo la regla “20-20-6”: por cada 20 minutos de trabajo intensivo frente a la pantalla, mirar durante al menos 20 segundos a una distancia mayor de 6 metros como, por ejemplo, mirar por una ventana o cambiar de espacio.
  • Restringir el uso de dispositivos electrónicos durante las comidas y una hora antes de acostarse.
  • Parpadear para evitar resecar el ojo.
  • Evitar el uso de pantallas en el exterior o en zonas muy luminosas, dado que los reflejos brillantes de la pantalla pueden favorecer la fatiga visual.
  • No es conveniente trabajar a oscuras.
  • Ajustar el brillo y contraste para que su uso sea lo más confortable posible.
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