El foco en Bruselas, el catalán al menos, se centra en los últimos días en los pasos de Carles Puigdemont. Pero la vida de la política comunitaria sigue, más allá de las andanzas del candidato a la investidura del Parlament de Catalunya. Buena prueba de ello han sido las reuniones que diferentes colectivos en defensa de los derechos de los migrantes han mantenido con partidos políticos para introducir en la Comisión Europea el debate sobre sus condiciones de vida y trabajo.

“Venimos a visibilizar a los que nunca se les ve”, ha destacado a Catalunya Plural Moumahet Dia, unos de los portavoces del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, presente en los encuentros en la capital europea en los últimos dos días. Dos días, asegura el joven, de trajín. Aunque de provecho. Incluso se ha barajado la posibilidad de llevar a cabo una reunión de manteros de toda Europa.

El sindicato de manteros de Barcelona y el de Madrid, que también representa a los lateros, además de Tanquem els CIE o Papers per a Tothom han sido algunas de las entidades que han acudido a Bruselas para reunirse con eurodiputados de partidos como Podemos o Izquierda Unida, mediante los cuales la Comisión Europea (CE) discutirá –gracias a las preguntas que éstos entren a la cámara– en los próximos días sobre leyes de extranjería, Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) o la venta ambulante de los diferentes países miembro de la UE.

“Hay que hablar sobre Archidona, Tarajal… Y el lugar para hacerlo es el Parlamento Europeo”, destaca Malick Gueye, portavoz del Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid. Las palabras del vendedor ambulante encuentran eco entre los participantes de las reuniones, incluido Podemos. “La Comisión presiona a los estados miembro para que aumenten o disminuyan las deportaciones, para que endurezcan o ablanden las políticas en las fronteras. Es por eso que desde Europa se puede contribuir a visibilizar problemas locales como los CIE o las leyes de extranjería. E incluso la venta”, apuntan fuentes del grupo morado en el Parlamento Europeo.

Del Congreso español a la eurocámara

Pero, ¿cómo han acabado los manteros en el corazón político de la Unión Europea? La propuesta para que los vendedores acudieran a Bruselas nació tras la campaña por la despenalización de la venta ambulante que lanzaron varios colectivos el año pasado.

El mismo grupo de Unidos Podemos llevó al Congreso una Proposición no de Ley para revisar la reforma del PP que volvió a incluir la venta ambulante en los delitos del Código Penal. Pero, como el partido destaca, se trataba de una vía lenta, y complementaria a otras políticas. “Mientras sigue esa proposición, un trámite difícil, hay que aprovechar para visiblizar la problemática también en Europa”, destacan fuentes de la formación morada.

Si bien es la primera vez que los manteros acuden a Bruselas a exponer sus reclamaciones, la juventud del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes –apenas dos años de vida– no les ha impedido elevar el grito por los derechos del colectivo fuera de las fronteras españolas.

El año pasado obtuvieron el respaldo del mismísimo Papa Francisco, que los alentó a “seguir luchando”, y también de uno de los fundadores del movimiento americano Panteras Negras, Bob Brown, con quien compartieron paseo en una multitudinaria manifestación por los refugiados bajo el impulso de la campaña Casa Nostra, Casa Vostra y que elogió profusamente su acción. Ahora esperan que Bruselas abra nuevas vías para enjuagar las problemáticas que ocasiona su situación administrativa y su actividad en la calle.

¿Un encuentro europeo de manteros?

No sólo representantes de España han acudido a Bruselas a exponer su mensaje. También lo han hecho personas venidas de Francia o Italia. Una representación pequeña de países donde la venta ambulante también es foco de atención. De hecho, según ha podido saber este medio, el encuentro que se ha desarrollado este lunes y martes ha servido para auspiciar una nueva reunión en los próximos meses, una más ambiciosa: una cimera europea de vendedores ambulantes.

El objetivo es que la reunión sirva para compartir problemáticas entre los manteros –y otros colectivos que realizan su actividad dentro de la economía informal– de diferentes países de la Unión Europea, además comparar las regulaciones que les lastran y comprobar si se cumplen los derechos humanos en la aplicación de esta. “La gente que vive en Francia e Italia sufren el mismo racismo institucional que nosotros. Si bien estamos organizados en España y tenemos contacto los de Madrid, Barcelona, Valencia o Zaragoza, nuestra situación precaria nos ha dificultado reunirnos con manteros de toda Europa. Es un reto”, explica Malick Gueye.

“La represión policial, la debilidad de los contratos o las malas condiciones de trabajo… Nos afectan por igual”, acompaña Moumahet Dia, que atiende a este medio antes de empacar sus pertenencias de vuelta a Barcelona. Han sido dos cortas pero intensas jornadas recorriendo los intestinos de la política europea.

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