La ponencia política que ERC debatirá en la conferencia nacional que harán el próximo mes de junio rompe sus propios esquemas. Al menos los que se aprobaron en la anterior conferencia, hace cinco años. Entonces apostaban por la vía unilateral, considerando que estarían legitimados con una mayoría parlamentaria para sacar adelante la independencia de Catalunya o, como mínimo, para convocar un referéndum de autodeterminación. Ahora reconocen que una cosa es la mayoría de diputados en el Parlamento y otro la mayoría social. ERC admite que se necesita más del 50% de los votos para poner en marcha un proceso negociador con el Estado que pueda desembocar en una hipotética República catalana.
Este giro de ERC abre nuevas alternativas políticas en Catalunya. La renuncia a la vía unilateral podría hacer posibles alianzas que hasta ahora parecían imposibles. El cambio representa una apuesta por ampliar mayorías hacia la izquierda no independentista, es decir los Comunes. ERC defiende, ahora, que hay que recobrar sinergias y complicidades con los que, a pesar de ser partidarios del derecho a decidir, no se han querido comprometer con su estrategia para obtener la República y que ha sido “la reacción represiva del estado la que ha impuesto la necesidad de una respuesta amplia más allá de las filas estrictas del independentismo”.
Así en el capítulo titulado ‘Nueva etapa’, ERC reconoce que “el resultado final del 1 de Octubre (la políticamente exitosa celebración del referéndum, la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española y la convocatoria, a su amparo, de las elecciones del 21D) no se ha traducido en el nacimiento de la República catalana”. A partir de aquí, consideran que se debe abrir un proceso de reflexión para definir los aspectos que necesitan reforzar para llegar en “las mejores condiciones el próximo embate con el Estado”.
La ponencia reconoce que es el momento de no confundir mayorías parlamentarias con mayorías sociales, recuperar complicidades con sectores políticos y sociales favorables al derecho a decidir, profundizar con los aspectos que los conectan con la diversidad de la sociedad catalana actual y entender el proceso hacia la independencia como un fenómeno “necesariamente multilateral”.
La ‘multilateritat’ es justamente el aspecto más rompedor con la línea política que ERC había seguido hasta las elecciones del 21D, o, si se quiere, hasta la aplicación del 155 y el encarcelamiento de su líder, Oriol Junqueras y otros destacados miembros del partido, así como el exilio de su secretaría general, Marta Rovira.
ERC se plantea abandonar uno de los conceptos ‘estrella’ del proceso, la hoja de ruta, “para que la construcción de la República no sea una cuestión esencialmente formal y legal”. Por este motivo, dicen, “hay que ir más allá de una hoja de ruta que lo reduce todo a un seguimiento mecánico de unos pasos prefiguradas hasta alcanzar el objetivo deseado en una fecha prefijada en el calendario”.
Este nuevo posicionamiento político de ERC, que se presentará a aprobación el próximo mes, pasa por “tener como prioritario un proceso de fortalecimiento, del país, del independentismo de izquierdas y de ERC”. En este punto, apuestan por “fortalecer la televisión pública, la escuela catalana y la unidad civil para evitar la rotura que persigue el españolismo y la extrema derecha”. Para afianzar el independentismo de izquierdas, ERC apuesta por incrementar el vínculo con las fuerzas que apoyan el derecho a decidir en los Països Catalans, admitiendo que “el camino hacia el derecho a decidir de cada uno de los territorios no puede quedar supeditado al ritmo de los demás”. ERC también propone “fortalecer las alianzas con las fuerzas republicanas y de izquierdas del Estado”.
En resumen, se trata de un documento de cinco capítulos que abarca 54 páginas a través de las cuales los republicanos fijan su nueva apuesta programática a partir de “la formación de un gobierno efectivo, de orientación republicana dispuesto a fortalecer las herramientas que han cohesionado el país (desde la televisión pública en la escuela catalana) y que revierta todo el daño hecho por la aplicación del artículo 155 de la Constitución”.
Un sector minoritario del partido, el más proclive a la vía unilateral, no está de acuerdo con este cambio de rumbo. Hay quien lo considera un retroceso respecto a los posicionamientos alcanzados en la anterior etapa aunque, como se dice claramente en el texto, todo lo que se ha hecho no ha conducido a la República. Sea como sea, el texto será ampliamente debatido en la conferencia que ERC celebrará el próximo mes.
De momento, los republicanos avanzan en la vía programática, mientras Junts Per Catalunya (JxC) todavía quiere volver a intentar la investidura de Puigdemont, una vez que se ha aprobado la reforma de la ley de la elección telemática del president (y que, según todos los indicios, será anulada por el Tribunal Constitucional). De forma paralela, en el seno del PDeCAT se ha abierto el debate entre los partidarios de Puigdemont y los que quieren que se forme un Gobierno que no necesariamente tenga que estar custodiado por el ex president.


Catalunya Plural, 2024 