Los veladores y veladoras, encargados de la atención y acompañamiento a niños y niñas con necesidades educativas especiales (NEE) deberán tener conocimientos para realizar tareas de cuidados sanitarios de cara al próximo curso. Esta condición, recogida en el pliego de cláusulas, emitido por el Consorcio de Educación de cara al próximo curso, ha levantado críticas entre los colectivos de veladores. Así, desde la Federación de Educación de CCOO se ha decidido presentar alegaciones a este pliego, ya que se considera que “vulnera los derechos de los monitores y monitoras en ciertos aspectos”.
La práctica de cuidados sanitarios por parte de veladores y veladoras ya hace años que se practica, según afirma Marta Fucho, veladora de una escuela del Perelló. “Los cuidados son tareas como ayudar en la alimentación por vía, cambios de sondas o compresas. Son trabajos que se hacen en escuelas con el objetivo de atender a niños y niñas en la escolarización compartida”, comenta. Sin embargo, esta veladora asegura que “la formación que se recibe no es suficiente para estas tareas”. Las veladoras están acogidas al convenio de educadores en el tiempo libre y, por tanto, su formación pasa por el curso de monitores.
El pliego de condiciones del Consorcio especifica que las tareas de los cuidadores tienen como finalidad “reducir barreras para el aprendizaje y la participación del alumnado con NEE asociadas a la autonomía y a la regulación de la conducta”. En esta línea, especifica que deberán “colaborar en aspectos relacionados con la salud del alumnado”, con el consentimiento acreditado de los padres o tutores, y “colaborar por el buen uso de las ortesis y prótesis”. Con este objetivo, se requiere que deberán estar formados según el convenio del sector del ocio educativo y que, además, se requiere que también haya “algunos monitores/ as con conocimientos suficientes para realizar cuidados sanitarios”.
Ningún requisito formal para una formación específica
Alicia Ruiz, responsable de Ocio Educativo y Sociocultural de la Federación de Educación de CCOO, considera que “tanto las tareas de cuidados sanitarios como la formación a recibir se deberían especificar mejor” y que deberían quedar recogidas en un convenio que, asegura, “no representa adecuadamente el colectivo de cuidadoras”. La formación que formalmente es necesaria para éstas -el curso de monitor de tiempo libre- “enseña cosas muy diferentes de las que te acabas encontrando en el aula”, apunta Fucho.
“No hay ningún requisito formal que diga que las cuidadoras tengan que tener una formación específica más allá del curso de monitores, pero ofrecemos siempre cursos específicos y gratuitos a aquellos profesionales que trabajan en el ámbito del apoyo a la integración”, explica Froilán Salgado , adjunto a los servicios educativos escolares y de casas de colonias de Fundesplai, una de las entidades que provee de veladoras en las escuelas. El curso que menciona Salgado es específico para “atender a las necesidades del día a día, aunque está siempre supeditado al plan de trabajo que se elabore desde la escuela, ya que se entiende que los veladores hacen un acompañamiento personalizado a uno o más niños con NEE“, apunta.
Así, estos cursos contienen formación para atender algunas enfermedades o resolución de conflictos derivados de algunas enfermedades o afectaciones como el autismo. La formación específica de la Pere Tarrés, otra de las fundaciones proveedoras de veladoras, especifica temario como la salud en el niño, prevención de enfermedades, botiquín, primeros auxilios, soporte vital básico, actuaciones en crisis epilépticas, diabetes, lipotimia, heridas, hemorragias, movilizaciones, traslado o deambulación de alumnado. “Todo ello, para actuar con sentido común en momentos de crisis o necesidad”, según Salgado .
“A pesar de que a veces nos tratan de manera despectiva, incluso humillante, haciendo referencia a nuestra falta de formación o poco peso en la educación de los chicos, nosotros sabemos que hacemos de todo: somos educadoras, monitoras, enfermeras y, a veces, psicólogas. Y es un orgullo ser cuidadoras “, sentencia Fucho.


Catalunya Plural, 2024 