Una noche de mayo de 1977 un grupo organizado de vecinos del barrio de La Salut en Sant Feliu de Llobregat entraron en un solar en obras, enterraron una hormigonera y paralizaron las obras. Dicho así suena raro y hasta peligroso (que lo era).
Una noche de mayo de 1977 miembros de la asociación de vecinos del barrio de la salud entraron en un solar en obras, enterraron una hormigonera y plantaron árboles, paralizando así las obras de construcción. Dicho así suena mejor, pero no fue eso todo lo que sucedió.
Esa noche los árboles ganaron a las hormigoneras y los vecinos a las constructoras. En mayo del 1977 no se construyó ninguna gasolinera ni bloque de pisos en La Salut, se construyó una comunidad, se construyó un barrio.
Un barrio no sólo está formado por bloques de pisos, así como una ciudad no es sólo un conjunto de calles. En La Salut tenían muy claro esto. En La Salut sabían que tanto los barrios como las ciudades los forman las personas que viven allí. No sólo eso, las relaciones que establecemos entre nosotros y nos hacen ser parte de una comunidad son lo que nos une. El sentimiento de pertinencia no sólo se conforma mediante límites geográficos sino mediante la identidad y el formar parte de una comunidad. Esto en La Salut lo tenían muy claro también.
En mayo de 1977 estábamos muy cerca de las primeras elecciones democráticas en 41 años (15 de Junio 1977). También se estrenó por primera vez lo que luego sería la Plaza de La Salut. Y la primera de Star Wars.
En mayo de 1977 cientos de vecinos reclamaron un espacio donde formar una comunidad. Durante todo el proceso me he sentido fascinado por el uso de la palabra ágora al referirse al espacio que reclamaban. Si bien plaza y ágora pueden ser entendidas como espacios similares tienen unas connotaciones muy distintas. Hoy en día aunque nos pese se le llama plaza a casi cualquier espacio duro no edificado con cuatro bancos, tres árboles, dos papeleras y un señor en un banco. Un ágora es un espacio de encuentro y de intercambio, un lugar donde conocerse y donde pasan cosas.
En mayo de 2018 se homenajeó a todas esas personas valientes, generosas, luchadoras y comprometidas que decidieron que en lugar de una gasolinera lo que necesitaban era un ágora. Y que los niños tuviesen una escuela. Que Sant Feliu tuviese por fin un ambulatorio, que no hay derecho. Que renfe hundiese la vía y muchas otras cosas.
En mayo de 2018 hablamos de como una comunidad puede alzarse para defender sus derechos. Hablamos de como unos vecinos se jugaron la libertad. De como “el del Bar Alhambra” enterró la hormigonera.
En mayo de 2018 recordamos que cuando nuestras libertades y nuestros derechos son cuestionados hay que luchar. Y si hay que tirar una hormigonera al hoyo se tira. Y si hay que plantar un árbol se planta.
¿Qué papel tiene el arte en todo esto? ¿Cómo representar la identidad o la lucha de una comunidad mediante un mural?
Cuando planteamos el proyecto a finales de 2016 teníamos algunas premisas muy claras. El mural había de ser duradero en el tiempo a nivel de conservación, tenía que representar la historia e identidad de un barrio y debíamos tener a un artista capacitado para realizar una residencia artística significativa y de calidad.
Durante el año 2017 se trabajó la propuesta, se investigó a fondo y seleccionamos al artista: ESCIF. Fue mediante un proceso que duró seis meses donde participaron dos jurados en distintas fases. Mi preocupación en todo momento era la vigencia. ¿Cómo podemos plantearnos siquiera realizar una obra de ese impacto sin pensar en el futuro? Y no hablo sólo de que el mural se conserve en buenas condiciones, sino de que sea vigente su significado. Era absurdo tener un mural conservado perfectamente durante décadas que careciese de sentido para los vecinos que cada día conviven con esa obra. Por lo tanto necesitábamos crear una obra que representase de manera amplia no solamente el pasado, sino que dejase espacio para el futuro.
Porque si en mayo de 1977 se tenía que tirar una hormigonera al hoyo se tiraba. Y si había que ocupar la plaza, también. Y las pancartas se llenaban con los lemas del momento. En mayo de 2018 quizás serían lemas como ‘Open borders’, ‘Rajor dimisión’, ‘Pensiones dignas’ o ‘Libertad de expresión’. Quien sabe que lemas llenarán nuestras pancartas en los mayos que vendrán. Porqué vendrán muchos mayos y muchas pancartas y nunca han de faltar lemas para llenarlas. El hacha de guerra no se entierra, si hay que enterrar algo que sea una hormigonera. Y eso los vecinos de La Salut es algo que siempre han tenido muy claro.


Catalunya Plural, 2024 