Los Mossos ya disponen de las polémicas pistolas eléctricas, conocidas por su nombre comercial Taser. Girona, Blanes y Figueres han sido las ciudades escogidas para estrenarlas este lunes. Al área metropolitana de Barcelona llegarán el 15 de agosto y antes del 1 de septiembre estarán distribuidas por toda Catalunya.

Estas pistolas, Dispositivos Conductores de Energía (DCE) según la denominación policial, hacen una descarga de 50.000 voltios y se pueden utilizar a una distancia de entre tres y cinco metros. Entidades como Amnistía Internacional o Irídia – Centro para la Defensa de los Derechos Humanos alertan del peligro que suponen estas armas y reclaman que se haga pública la instrucción oficial que regula el uso de estas pistolas. Ambos colectivos se muestran especialmente preocupadas por el peligro que suponen si se disparan sobre menores de edad, mujeres embarazadas o personas con enfermedades cardíacas.

Hay un sistema de seguridad que bloquea el uso del arma si se dispara durante más de 5 segundos seguidos. “Ningún Mosso puede dejar pulsado el gatillo durante 10 segundos”, ha avisado el intendente Josep Antoni Saumell, subjefe de la División Técnica de planificación de la Seguridad. Sin embargo, sí que se pueden realizar varias descargas de 5 segundos. “Son descargas voluntarias, el policía puede repetirlas de manera consciente, no son largas y prolongadas derivadas del estrés de la actuación”, explicó Saumell.

Según el portavoz de los Mossos, el inspector Albert Oliva, es “una herramienta policial más, que se debe utilizar con normalidad y que queda a medio camino entre el uso de defensa reglamentaria y el arma de fuego”, ha asegurado en rueda de prensa. Según Oliva, estas armas buscan conseguir “un salto cualitativo” y “reducir el tiempo de inmovilización de la persona, facilitar el uso mínimo de la fuerza indispensable y reducir el sufrimiento que puede tener la persona que recibe la actuación policial”.

Sólo los jefes de turno podrán usar las pistolas eléctricas. Actualmente unos 1.600 agentes han recibido la formación específica para utilizarlas. Hasta ahora se han realizado cuatro cursos para enseñar a los agentes cómo utilizar las pistolas eléctricas y los dispositivos de grabación. También se ha enseñado a los Mossos como usar desfibriladores por si la descarga eléctrica provoca un paro cardíaco en la persona sobre la que se ha aplicado.

Desde Irídia recuerdan que ya denunciaron en el grupo de trabajo del Parlament de Catalunya que hay ocasiones en que no es posible saber si se utiliza la pistola sobre una persona embarazada, que tiene una cardiopatía o alguien que ha hecho un uso abusivo de las drogas. Esto, aseguran, pueden conllevar graves riesgos para la salud de estas personas, por lo que desaconsejan su uso. También alertan de que “ahora mismo no están claros qué usos podrá tener, si la grabación comienza desde el momento en que se desenfunda o si se puede emplear en contextos de privación de libertad”.

Share.

Barcelona. Periodista y Master en Comunicación de Conflictos y Movimientos Sociales. Ha pasado por las redacciones de Barcelona Televisión (BTV), La Directa y eldiario.es

Leave A Reply