En el mes de abril artistas musicales del mundo del rap y del hip hop, cooperativas musicales y algunos artistas gráficos se juntaban para crear una canción denuncia llamada “Los borbones son unos ladrones”. Lo hacían para denunciar lo que catalogaban de persecución judicial a personas por sus letras como por ejemplo Valtonyc, el rapero al conocer la condena de tres años y medio de prisión por enaltecimiento del terrorismo, calumnias e injurias graves a la Corona marchó a Bélgica, Pablo Hásel o La Insurgencia. Este vídeo pasaba a incorporarse al listado de acciones y movilizaciones de la campaña No Callarem.
En mayo varios artistas urbanos, del mundo del graffiti y muralistas se juntaron para pintar el techo del Ateneu Popular 9 Barris con el texto ‘Llibertat d’expressió’. Para hacerlo invitaron a hasta 200 personas que habían firmado ya un manifiesto donde explicaban que no admitirán “más censura, ni manipulación mediática, ni corrupción, ni montajes policiales, ni diferencias ante la ley, ni presos políticos, ni, por supuesto, que se sigan vulnerando los derechos humanos.”
Así como la canción de “Los Borbones son unos ladrones” salía en sintonía a la campaña #RapearNoEsDelito, los artistas de la pintura también han elaborado un vídeo bajo el lema #FaltenPintades. El colectivo bajo lo que han titulado “Manifiesto #FaltenPintades” reivindicaban: “los únicos muros que podemos y queremos admitir son aquellos que sirven para pintar, con libertad de acción y expresión, utilizando la crítica y la sátira.” Aparte de posicionarse, desde la campaña también animaban que durante el fin de semana del 21 y 22 de julio artistas y ciudadanos se expresaran libremente con mensajes y consignas en favor de las libertades.
Una de las artistas gráficas que firmó el manifiesto y que ha participado de la grabación del vídeo es Anna Maga. Ella se introdujo en el mundo del arte urbano después de estudiar Bellas artes e ilustración, un curso de preimpresión y un máster de profesorado. Ahora trabaja junto con el colectivo ContornoUrbano realizando talleres en escuelas, institutos y centros cívicos mientras hace arte urbano y forma parte de la campaña #FaltenPintades.
Si bien ahora no hay ninguna persona vinculada en el mundo del graffiti, el arte urbano o el muralismo en una situación similar a la de algunos raperos, Maga cree que puede pasar cualquier día. “Se está castigando a algunas personas a dedo para que el resto tome ejemplo: no puedes hablar mal de ciertas cosas si no quieres que te pase lo mismo”, analiza. Sobre la libertad de expresión cree que tendría que haber algún límite pero, sin señalar qué, observa que “el problema es que las leyes que hay ahora no se están aplicando a todo el mundo por igual, sólo se están aplicando a un grupo de personas. Tú no puedes decir nada malo de la monarquía pero te puedes meter con los catalanes sin que pase nada”.
“Es natural dentro del mundo mural utilizar la crítica social pero de momento no nos encontramos en la situación de algunos raperos. Por qué? Quizás porque todavía nole ha llegado el momento al arte urbano pero por ejemplo a la revista El Jueves, que está dentro del humor gráfico y las artes plásticas y es una sátira, siempre le caen juicios”. Por qué, como dicen desde No Callarem, unos sufren persecución judicial y otros no, Maga no se lo explica pero cree que a nivel civil, “el grafiti de calle que es en esencia ilegal es más perseguido”.
Sobre cómo de volátil puede ser una pintada en comparación a una canción, Anna Maga valora que “sí que es más fácil atacar el arte urbano que el cantado pero ahora con la era de internet por mucho que tapes un mural puede correr como la pólvora y el mensaje puede llegar a todas partes igual”.
El arte urbano como proyecto comunitario
Anna Maga cree que realizar talleres y normalizar el arte urbano sirve para romper con la visión que se tiene de los artistas: “Somos gente normal que pinta, no somos delincuentes” Añade, explicando que es lo que quiere transmitir en las sesiones que realiza, que “con un mural puedes trabajar cualquier cosa y es una buena herramienta para reflexionar”, ya que “trabajas las técnicas pero también los conceptos”.
Como ilustradora está especializada en personajes pero también ha realizado proyectos basados en conceptos como el racismo o la violencia de género. Hablar de estos términos y aplicarlos a murales saca, opina, valores escondidos a la luz. “Cuando pintas te tienes que poner de acuerdo con el resto del grupo tanto para pintar a la vez como para saber qué idea se quiere transmitir”.
Cuando estos valores se trasladan a la comunidad sirve para cambiar la idea de esta hacia el arte. A través de murales colaborativos “primero hay reticencia pero después los vecinos te lo agradecen. Estás generando un impacto positivo. ¿Para qué quieres tantos muros grises?”
De cara el colectivo, si bien hay asociaciones y proyectos vinculados al arte urbano, el graffiti y el muralismo, Anna Maga celebra que la campaña #FaltenPintades también haya servido para juntar a varios artistas como personas y como profesionales. Aunque ya se conocían de antes por haber trabajado juntos, confía que de la unión por el No Callarem siga habiendo este vínculo que ya se está materializando a través de reuniones para hacer valer su profesión.


Catalunya Plural, 2024 