La lucha de los y las activistas latinoamericanas y personas aliadas con América Latina y el Caribe desde ciudades como Barcelona tiene como punto clave la constatación de que la colonización sigue perpetuándose con las empresas transnacionales que están arrasando nuestro continente. Que diariamente las políticas de empobrecimiento están arrasando con pueblos enteros y con la riqueza que no figura en los balances económicos, que es la que queda retratada en la cotidianidad de resistencias en defensa de la vida y del territorio.

El mismo tejido social que de forma sistemática, planificada e intencional, se quiso silenciar en los tiempos de la invasión, hoy sigue en pie, dispuesto a cuidar la vida. La resistencia va más allá de sobrevivir a impactos de bala, políticas de hambre y represión genocida. Son los millones de lugares en los que comunidades enteras siguen intentando conservar su cosmo-cimiento, sus formas de convivir respetuosas con la vida y sus formas de cuidarla, y que por siglos, han preservado para el mundo pulmones de bosques y esperanza.

España no existe sin nombrar el aniquilamiento de pueblos, la violación sistemática para la dominación militar, el robo de los tesoros mejor cuidados y el silenciamiento de otros modos de vivir y de otros conocimientos. España tiene un bienestar que ha sido robado a fuerza y metralla, a masacre y maquillaje. Y cada una de las comodidades de estas ciudades asépticas chorrean sangre de cuerpos del otro lado.

Nos pronunciamos hoy para conmovernos, para hacer memoria, para gritar con las gargantas y ojos que desde hace siglos llevamos gritando. Por cada proyecto minero, petrolero o hidroeléctrico, hay una resistencia que recuerda y deja testimonio de que la colonización no ha terminado y sigue ensañándose con bienes ajenos.

Y aquí, desde dentro su fortaleza, venimos a gritarlo también. Somos testigos y testigas de cuantas personas mueren en el mar por lo mismo, de cuantas son asesinadas en los CIES por lo mismo, por los mismos. De cuantas son violadas en Huelva y en tantos lugares, por sus mismas políticas de hambre y de muerte.

No se vale dedicarle “solo” una plaza a Idrisa, queremos que revoquen la Ley de extranjería, que cierren los CIES, que judicialicen a sus empresas de seguridad fronteriza, y a sus empresas trasnacionales que cotizan aquí.

Hacemos un llamado a la esperanza y la construcción comunitaria, a defender espacios como el Ágora de Juan Andrés Benítez, a organizarnos para que no haya crímenes cometidos que queden en la impunidad, a trabajar porque no haya privilegios para algunxs que se conviertan en desprecio hacia otrxs. A hacer el llamado de que no se pueden subsidiar los cuidados si queremos justicia social, a que todas las labores deben tener el mismo valor, y a que todas las vidas valen lo mismo.

No hay nada que celebrar, sólo luchar y dejar constancia; es lo único a lo que nos invita esta fecha.

Share.

Activistes de la CALACA Catalunya, (Coordinadora d'Activistes per Llatinoamèrica i el Carib)

Leave A Reply