“Estoy cansado de hacer de negro inmigrante”. Con esta contundencia se expresa Babou Cham, un reconocido actor catalán de origen gambiano, reivindicando la necesidad de mostrar la cotidianidad de los negros fuera de los típicos roles de inmigrantes, sin papeles o delincuentes. Cham llegó a Cataluña en 1989 y su perfecto catalán le abrió las puertas, entre otros, de la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya, donde apareció en El cercle de guix caucasià, dirigido por Oriol Broggi, con quien también hizo Antígona. Cham explica que al principio de su carrera, los directores se quejaban de no encontrar actores negros que hablaran catalán para hacer nuevos papeles, pero que ahora, a pesar de haber una hornada de actores jóvenes afrodescendientes bien formados en teatro y en catalán, los roles que se proponen siguen siendo los mismos. El actor afirma que el público de nuestro país, tal y como ocurre en otros países, también debe acostumbrarse a ver más allá de la piel, independientemente del personaje que se represente.

En una escena de Ángeles en América, Belize, ex “drag-queen”, gay, negro, y actual enfermera de enfermos de sida, define el cielo como un lugar lleno de libertad y mestizaje. En la obra que dirige David Selvas en el Teatre Lliure, un actor blanco hace su papel. La diversidad racial que baña las calles no se refleja en la obra y así lo ha querido denunciar el colectivo de actores y actrices negros de Barcelona. A través de un vídeo subrayan que “esto implica blanquear un personaje y privar de referentes la nueva generación de niños y niñas negras”, además de una oportunidad perdida para dar un papel a un actor negro, que tienen pocos roles marcados por su raza en las ficciones. “Esto provoca que las actrices y actores que pertenecen a las llamadas ‘minorías’ que trabajamos en este sector que ya es precario estemos doblemente precarizados”, señalan. “Las actrices y actores racializados de Barcelona nos sentimos un poco más invisibilizados que ayer”, aseguran.

La respuesta que hace la producción del Lliure al blanqueamiento del reparto pone de manifiesto que existe el problema pero al mismo tiempo no hay una solución de momento. Cuando aparece Belize en el escenario se proyecta lo siguiente: “En la Kompanyia no hay ningún actor negro. El teatro debe ser un reflejo de la sociedad. Trabajaremos para que esto no vuelva a pasar”. De hecho, David Selvas, lamentaba, en un debate hace semanas, que no hubiera podido contar con un actor negro. “Cuando hicimos las pruebas de la Kompanyia Jove del Lliure había un par de chicas negras y debatimos si las cogíamos. Si había paridad pensábamos que necesitábamos una representación de la sociedad, y se nos dijo que no. Ahora es un problema porque no tenemos un actor negro. Es un problema grave cuando la sociedad va más rápida que el teatro y no puede ser”, argumentaba.

El Teatre Lliure parece estar abonado a los grandes debates últimamente. Es sabida la polémica sobre los problemas estructurales como la falta de oportunidades, la precariedad, el relevo generacional o la ausencia de mujeres. Ahora, hay que añadir, la diversidad racial. El actor, es actor por encima de su color. Es todo un instrumento orgánico dotado de sentido de verdad y de presencia. La sociedad está avanzando hacia la multiculturalidad y esto se debe reflejar en nuestros escenarios. El teatro, sin embargo, parece ignorar a los acentos que, en la vida real, comparten vecindad. Los actores de orígenes remotos enriquecen con su visión, talento y tradición un teatro que, por definición, los necesita si quiere ser un reflejo verídico de la realidad. Los actores y actrices negros empiezan a exigir más visibilidad en el mundo teatral y que sus papeles no estén cortados por un patrón de prejuicios. La realidad teatral no es de un solo color.

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Castellterçol, 1974. Periodista cultural. Ha treballat a Catalunya Ràdio, COPE Catalunya, COMRàdio i BTV. Actualment, treballa a La Xarxa, escriu a Teatre Barcelona, Efectes Secundaris i Catalunya Plural

1 comentari

  1. Patricio Maldonado on

    El problema es que un actor negro no puede hacer un papel importante como jefe de policía o capitán del ejército o diputado, alcalde, etcétera por qué los negros siguen siendo y desempeñan el mismo papel de siempre en la sociedad española o europea, son pobres, son vendedores callejeros o inmigrantes, es la realidad.

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