Los ciudadanos usan menos el catalán con los médicos que con el resto de las administraciones de la Generalitat. Concretamente, un 24,3% menos. Y posiblemente sea culpa nuestra, de los profesionales de la sanidad.
La Plataforma por la Llengua hemos hecho público recientemente un estudio que demuestra que la lengua que utilizamos el personal sanitario determina fuertemente la elección lingüística del usuario. De hecho, entre un 70% y un 90% de los usuarios utilizan la lengua que utiliza el personal sanitario. Por lo tanto, queda claro que los profesionales de la sanidad tenemos una responsabilidad importante en cuanto a la normalización lingüística en el ámbito de la salud.
Si el personal sanitario utilizáramos el catalán como lengua inicial, es decir, si empezáramos las conversaciones en catalán, más del 77% de los usuarios utilizarían esta lengua. Es más, si así fuera, el porcentaje de castellanohablantes que optaría por utilizar el catalán sería mayoritario: pasaría del actual 33,5% al 53,5%. Es decir, tenemos la oportunidad de hacer que el catalán sea la lengua habitual de uso en el ámbito sanitario, la lengua común.
Y esta capacidad que tenemos, cada vez tendrá más fuerza, porque el estudio de la Plataforma por la Lengua detecta que la tendencia de los usuarios a adecuarse a la lengua del personal sanitario se acentúa más cuanto más jóvenes son. Por lo tanto, cada vez será más determinante la elección lingüística que hacemos los profesionales: la salud del catalán está y estará, también, en nuestras manos.
Pero no se trata sólo de ayudar a la normalización del catalán, también se trata de mejorar el servicio que damos a la ciudadanía. Según el estudio de la ONG del catalán, casi todos los catalanohablantes que se muestran insatisfechos con la sanidad tienen como principal queja de que, o bien son atendidos en castellano, o bien el personal sanitario no conoce el catalán.
Más allá de que, por ley, los trabajadores públicos estamos obligados a atender a la ciudadanía en catalán, debemos entender que al emplear el catalán estamos también combatiendo los prejuicios lingüísticos que nos llevan a cambiar de lengua ante usuarios por sus características físicas o sociales. Utilizando el catalán estamos, también, cohesionando la ciudadanía. Es necesario que los profesionales de la sanidad lo tengamos claro: podemos hacer mucho por la lengua, podemos reanimar el catalán.