El periodista y escritor Francesc-Marc Àlvaro (Vilanova i la Geltrú, 1967) es independententista desde la adolescencia. Sin embargo, “si el Estado blindara el capítulo financiero-económico en una línea equivalente al mundo vasco-navarro, las competencias lingüísticas y culturales y se reconociera en la Constitución Española el carácter nacional de Catalunya, como ocurre en Québec respecto a la federación del Canadá, podría revisar esa posición independentista”, argumenta.
De momento, lo que ha hecho en Ensayo general de una revuelta (publicado en castellano por Galaxia Gutenberg y en catalán por Pòrtic), es revisar y diseccionar el procés, o el proceso, como lo denomina durante toda la entrevista. El resultado es un ejercicio que no gustará “ni a unos ni a otros”. Es para “gente que quiere plantearse preguntas”, añade.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? En su libro insiste en la idea de que ambas partes llevan años autoengañándose.
Uno de los problemas importantes de todo el proceso ha sido el desconocimiento mutuo que las partes del conflicto tenían respecto al adversario. En el caso del independentismo catalán los actores leen la crisis sistémica del Estado de los últimos años como una debilidad estructural y creen que el choque será fácil. Pero no es así, el Estado se mantiene fuerte. Y, a la vez, los partidos, las instituciones y el corazón del Estado piensan, también erróneamente, que el proceso es un suflé, un calentón, y que, una vez pase, se volverá a la normalidad. No leen bien que se ha producido un cambio de mentalidad. Es lo que denomino ignorancias cruzadas. Las dos, puestas una al lado del otro, enquistan el conflicto. Y todavía perduran.


