En el conjunto de Catalunya está en juego el reparto de 48 escaños y en dos de las 4 demarcaciones electorales es donde pueden irrumpir 1 o incluso 2 formaciones que hasta ahora no tienen representación porque nunca se habían presentado a los comicios de las elecciones Generales. Se trata de las circunscripciones de Barcelona y de Girona. Es en estas dos demarcaciones, donde es más que probable que la CUP obtenga representación.
La CUP lo tiene más difícil en la demarcación de Girona, pero podría también obtener representación en esta circunscripción. A pesar de que también se presenta en las demarcaciones de Lleida y de Tarragona, en estos dos casos tiene menos al alcance la representación, a no ser que hubiera un trasvase muy alto de votos de ERC y de JuntsxCat hacia la CUP.
La demarcación de Barcelona y la de Girona son las que pueden tener más cambios en el recuento de la noche electoral. Aparte de las novedades de la CUP y de Más País, la previsible bajada de Ciudadanos que pronostican las encuestas podría beneficiar por lógica política al PP y a VOX. Pero en todas las elecciones hay transferencias de votos entre los partidos frontera y en este caso el PSC también podría beneficiarse significativamente de la pérdida de votos del partido de Arrimadas y Rivera.
La victoria, entre ERC y PSC
Volviendo a la noche electoral, la victoria se la disputan ERC y el PSC, aunque los pronósticos afirman que ERC revalidará su primera posición obtenida en abril, incluso aumentando algún diputado. Tiene 15, y la media de encuestas dice que podría llegar a los 17. El PSC, que tiene ahora 12, podría llegar a los 14. En este caso, y pensando en los próximos comicios en Catalunya, ERC ratificaría la distancia respecto a los sus socios de gobierno, JuntsxCat, liderando el ámbito independentista. Pero los republicanos tienen todavía la espina clavada de no haber conseguido desbancar a los herederos de Convergencia en la hegemonía política en Catalunya en unas elecciones al Parlament.
La tercera posición se la disputan En Comú Podem y JuntsxCat, ahora empatados a 7 diputados, pero con casi 3 puntos de ventaja de votos por los comunes. La media de encuestas dicen que ambos pueden bajar, aunque más los antes soberanistas y ahora independentistas de JuntsxCat.
Ya fuera del “medallero”, la gran incógnita será ver si Ciudadanos gana en las encuestas o se confirma el descenso. Ahora tiene 5 diputados y podría retroceder a una representación de 1 o 2. Este hecho y la más que probable irrupción de la CUP de hasta 4 diputados, harían que los cupaires ocuparan el lugar que tiene ahora el partido de Rivera.
El “farolillo rojo” quedaría en manos del PP, VOX o Más País, en caso de que finalmente obtenga representación.
El resultado, pues, de lo que votemos el 10N en Catalunya hace pensar que será una Catalunya más plural todavía que la actual. Un mapa político, que aunque hay diferencias siempre según el tipo de elecciones, será más parecido al de las elecciones catalanas de 2017, al presentarse como la CUP en unas generales.
Lo que también habrá que ver es la incidencia que pueden tener las movilizaciones contra la sentencia del Procés, incluidas las concentraciones en la llamada jornada de reflexión, por cierto, una jornada que en otras leyes electorales europeas no existe. Impensable en Estados Unidos y el Reino Unido y considerada anacrónica en la era digital por la mayoría de expertos.
De hecho el derecho a la protesta colectiva no necesariamente influye en la toma de decisión individual del voto, que en muchos casos viene determinada por muchos otros factores, que no sólo la actualidad de los acontecimientos. Sin embargo, la dura sentencia del Proceso ha reactivado las movilizaciones del electorado independentista y como reacción, la de la ultraderecha, y la de los partidos llamados constitucionalistas y su electorado.
Los expertos también dicen que la campaña más corta de la historia y los debates electorales cada vez más rígidos y a medida de los partidos y de sus líderes, no de la sociedad, tampoco harán variar demasiado el voto, ya que nuestros políticos ofrecen pocas novedades y parece que no saben otra cosa que repetir y reiterar lo que ya nos han dicho a lo largo de los 365 días del año. Porque en definitiva, la campaña electoral es sólo la culminación de la precampaña permanente e indefinida, a la que nos tienen habituados nuestros políticos con sus declaraciones. Y con este estado de cosas, la estabilidad tanto reclamada sólo hace que alejarse más aún.
La acción política requiere diálogo, acuerdo y pacto. La población espera que esta representación más plural sirva para hablar y encontrar acuerdos. No para continuar con los monólogos con la vista puesta en la próxima cita electoral.


