Esta semana se ha vivido un nuevo accidente químico en el Camp de Tarragona. La explosión de un reactor en la empresa Industrias Químicas del Óxido de Etileno S.A. (IQOXE) provocó un incendio en el polígono sur de la petroquímica, situado en el municipio de La Canonja. El accidente, que dejó varios heridos y tres muertos (un vecino del barrio de Torreforta – a 3 km de la planta -, el encargado y otro trabajador de la empresa), se produjo en una empresa que trabaja con un gas especialmente inflamable: el óxido de etileno, que se utiliza como desinfectante.

La explosión ha reabierto debates latentes en una zona muy sensibilizada por los peligros inherentes de acoger el complejo más grande de estas características del sur de Europa. Es el «enésimo accidente en el Camp de Tarragona provocado por la actividad de la petroquímica y por la falta de control por parte de gobiernos», denuncia Cel Net, una plataforma creada en 2008 por vecinos del complejo petroquímico del valle del Francolí.

«Se demuestra, una vez más, que nos encontramos rodeados de un peligro inasumible que, sin embargo es tolerado y aplaudido por parte de una clase política irresponsable y ajena a las necesidades reales de la población», añaden desde el Grupo de Estudio y protección de los Ecosistemas Catalanes-Ecologistas de Catalunya (GEPEC-EdC), una asociación de defensa y estudio de la naturaleza para la mejora del medio ambiente de las tierras del Ebro, Priorat, Conca de Barberà y el Camp de Tarragona desde 1985.

Las diferentes entidades ecologistas del territorio coinciden en denunciar una mala gestión por parte de las autoridades públicas de las comunicaciones en los momentos posteriores del accidente, tanto en cuanto a los efectos del gas sobre la salud de las personas como sobre los pasos que la ciudadanía debía seguir para protegerse. «Las declaraciones de las autoridades sobre la inocuidad del producto quemado en esta explosión son irresponsables, al igual que el mal funcionamiento del plan de autoprotección, más teniendo en cuenta la posibilidad de un efecto dominó en una zona tan masificada», exponen desde el GEPEC-EdC.

Los miembros de este grupo de estudio recuerdan que, cuando hay un accidente con un producto tóxico – como lo es el óxido de etileno -, «al riesgo inherente del producto que se inflama hay que añadir el riesgo asociado a los gases y humos derivados de la deflagración o combustión». En el caso de este gas, explican, «sus efectos van desde irritación en las vías respiratorias, trastornos en el aparato digestivo y neurológicos hasta abortos espontáneos, sin menospreciar los efectos cancerígenos y mutagénicos demostrados que tiene este compuesto sobre las células».

Sobre los protocolos de alerta y autoprotección, las entidades denuncian que se ha demostrado que el PLASEQCAT (Plan de Emergencia Exterior del Sector Químico de Catalunya) no es una herramienta eficiente. «La desinformación desde los canales oficiales ha llegado tarde y sesgada, por lo que la población ha tenido que informar mediante las redes sociales para entender que lo que estaba sucediendo era verdaderamente grave», dicen desde el GEPEC-EdC.

Desde Ecologistas en Acción, recuerdan también que no funcionaron las sirenas para avisar a la población ni ha habido coordinación entre administraciones. «La población no tiene ni idea de lo que tiene que hacer ni dónde debe ir para huir del peligro del accidente y la única opción que se le da es el confinamiento», denuncian desde la entidad.

Los grupos ecologistas exigen cambios en las administraciones

Por todo ello, los diferentes grupos ecologistas reclaman que se revise la normativa de seguridad y riesgos laborales de la petroquímica por parte de la Generalitat y se haga un estudio exhaustivo del impacto de las industrias sobre la salud. También piden un nuevo Plan de Seguridad ante el Riesgo Químico, que tenga en cuenta el efecto dominó y disponga de mecanismos de comunicación claros y efectivos ante una emergencia en tiempo real.

Desde el GEPEC-EdC, también quieren que se revoque la autorización de funcionamiento de IQOXE y se depuren las responsabilidades penalmente. «No nos conformaremos con una sanción económica», añaden. En la Plataforma Cel Net consideran necesario disponer de una «nueva legislación que controle, regule y reduzca el impacto de la industria contaminante, que acabe con el riesgo permanente y la impunidad con que actúan las empresas». Para Ecologistas en Acción, «la concentración masiva de industrias peligrosas en este complejo petroquímico, y los sucesivos accidentes que se producen hace necesario replantear las instalaciones hoy existentes en Tarragona hacia una industria más sostenible, más ecológica y sobre todo más segura».

«Son muchas más las muertes prematuras y enfermedades producidas durante años», se quejaban desde Cel Net. Y es que el impacto de tener el complejo petroquímico más grande del sur de Europa a 2,5 km de la población, hace que sea un «cóctel químico convertido en polvorín» que constantemente interfiere en la vida de las personas y el medio ambiente en forma de ruidos, malos olores, contaminación e inseguridad permanente. «Hay que tener en cuenta que, más allá de accidentes como éste, la industria tiene un riesgo e impacto permanente y diario en la salud del territorio y la población, provocando muertes prematuras y enfermedades de manera continuada», recuerdan desde la plataforma.

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