Los autónomos y las autónomas de Catalunya iniciamos el año con reivindicaciones que a menudo vienen de lejos y otras que intentan responder la realidad siempre cambiante del mercado laboral autónomo. En este sentido, somos tajantes: este 2020 debemos acabar con las infracotitzaciones y sobrecotitzaciones, un mal endémico que sufre el colectivo y que se traduce en una anomalía en el sistema de cotización de los trabajadores y trabajadoras por cuenta propia.

No vale que, de los 550.000 autónomos y autónomas que hay en Catalunya, el 22% (121.000 personas) coticen el mínimo, aunque sus ingresos superen los 30.000 euros netos anuales; mientras que el 14% (77.000 personas) cotizan muy por encima de sus ingresos reales aunque no superar los 12.000 euros netos anuales, con la merma de liquidez mensual que les comporta esta sobrecotitzación.

Necesitamos con urgencia que se establezca un nuevo sistema de cotización que vincule las cotizaciones con los ingresos reales de los afiliados del Régimen Especial de los Trabajadores Autónomos (RETA). Un sistema de cotización que se base en el principio de progresividad fiscal; es decir, quien más gana debe pagar más.

Este principio de progresividad que, a priori, persigue el régimen general de la seguridad social no se produce en el RETA. Como hemos podido ver antes, para los trabajadores autónomos la progresividad fiscal no existe: quien más gana puede estar cotizando en el tramo más bajo mientras que quién menos ingresos tiene echa el resto para poder cotizar más.

Revertir la situación

Queremos cambiar esta anomalía, por lo que proponemos cinco tramos diferentes de cotización: que los trabajadores que cobren menos que el salario mínimo paguen una cuota de 150 euros al mes; que los que rebasan esa cantidad pero no llegan a los 30.000 euros al año -el 70% del total en Catalunya- sigan pagando los 286 euros actuales de cuota mensual; que los que ganan entre 30.000 y 40.000 euros anuales aumenten la cotización hasta los 367 euros; que los que cobren entre 40.000 y 60.000 euros coticen 430 euros mensuales; y que los que superen los 60.000 euros anuales paguen 570 mensuales.

Se trata de un sistema más progresivo, eficiente y justo, y que no sólo beneficiaría el bolsillo de los mismos trabajadores por cuenta propia: la seguridad social también podría recaudar entre un 20 y un 30% más de ingresos gracias a los incrementos. Y también facilitaría que los autónomos y las autónomas pudieran acceder a pensiones de jubilación dignas, otro tema especialmente preocupante para nuestro colectivo: como que un 87% del total cotiza por la base mínima (944,40 euros) la media para prestación de jubilación se sitúa en 750 euros al mes, por debajo del actual salario mínimo interprofesional. En este sentido, también proponemos que el autónomo pueda hacer aportaciones voluntarias a finales de año para elevar su base de cotización.

También reclamamos que se implementen correctamente las deducciones de manutención (26 euros), así como el porcentaje de los suministros cuando la actividad se desarrolla en la misma vivienda (30%). Y crear un subsidio especial para cuando se agote la prestación por cese de actividad, a la que tienen derechos los trabajadores por cuenta propia desde el 1 de enero de 2019. Este subsidio sería homólogo al que reciben los parados y paradas de más de 52 años, que actualmente es de 426 euros.

No es nuestra única propuesta para el nuevo ejercicio. Volvemos a exigir que las administraciones refuercen la Inspección de Trabajo para combatir la lacra de los falsos autónomos, que en Catalunya ya serían unas 50.000 personas. Y queremos encarar el reto del comercio de proximidad. Nos preocupan mucho las 1.500 bajas que se han producido este 2019, principalmente en este sector. En los últimos cinco años, 8.000 comercios de proximidad han bajado la persiana. Para revertir esta situación, pedimos a la Generalitat que emprenda un plan de choque para la consolidación de los comercios que facilite su adaptación a las nuevas realidades de consumo, ya que el consumidor actual mayoritariamente compra mediante la deslocalización y a través de plataformas. A nuevas realidades, nuevas leyes.

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