Carolina Chung es mediadora intercultural de la comunidad china. Actualmente trabaja con mujeres víctimas de trata. Antes, durante siete años, trabajó acompañando personas de origen chino en sus visitas médicas. Ha participado junto a otras mediadoras y otros perfiles sanitarios como comadronas en el informe de Farmamundi “Atender el embarazo y el parto en Barcelona. Imágenes y voces de profesionales de la ciudad”.
La publicación identifica un conjunto de propuestas de mejora para el sistema público catalán centradas en la incorporación de la mirada intercultural y de género en los servicios de ginecología y obstetricia. Propone hacerlo a través de la inclusión de la mediación intercultural en la carta de servicios, mayor formación del personal en competencias interculturales y la creación de redes de salud comunitaria que acerquen el sistema público de salud en la comunidad y en los barrios.
Hablamos con Chung de las barreras que encuentran las mujeres migradas y sobre la importancia en general de incorporar la mediación intercultural en la carta de servicios sanitarios para facilitar su atención.
¿Cómo llegó a ti el proyecto que se ha materializado con el informe de Farmamundi?
Fue Farmamundi directamente quien se puso en contacto conmigo. Me gustó su forma de plantearlo a través de encuentros de grupos mixtos que ayudan a coger una mirada más intercultural y desde diferentes campos profesionales además. Me ha gustado esta forma de trabajar porque normalmente cada uno opina desde su punto de vista lo que cree que falta en el sistema. Al juntar las opiniones podemos plantear una mirada hacia las mujeres con información más completa.
Nunca habías trabajado con Farmamundi antes. ¿Cómo te conocieron?
Pues no lo sé exactamente pero supongo que buscando en listas de mediadores. Actualmente somos muy pocos trabajando y muy pocos por cada cultura.
¿Cómo empezó tu carrera cómo mediadora intercultural?
En 2008 hasta 2015 con un proyecto de la Caixa de mediadores. Empecé formación con ellos, hice prácticas y empecé a trabajar. En 2015 se acabó el presupuesto que recibían desde la Generalitat y lo pararon. Hay otro grupo que también tiene unos cuántos mediadores. El proyecto donde estuve empezó con 50 mediadores y el objetivo era conseguir formar unos 100 mediadores en Catalunya.
En 2012 éramos bastantes. Quizás entonces en Barcelona éramos 20 pero se fue reduciendo hasta que los últimos tres años el grupo quedó en 4-5 personas. Había un mediador para varias culturas. Por ejemplo un mediador pakistaní también podía trabajar con personas de origen hindú.
¿Cómo entraste en el mundo sanitario?
Porque al grupo llegaban peticiones de asistencia en hospitales. Las demandas podían llegarnos desde trabajo social, de médicos, de enfermería o de administrativas. Nos hacían pedidos y quedábamos en un día y una hora para hacer el acompañamiento.
Has trabajado con hombres y mujeres pero al final has estado más con ellas. De aquí los conocimientos que has aportado en el informe.
Trabajé también con Salud y familia, una asociación específica para mujeres. Allí hacen seguimiento a mujeres embarazadas, tener una charla o como mínimo comentarles los derechos que tienen.
¿Cuál era tu función en el informe entonces?
Farmamundi estaba fomentando este proyecto y empecé a ir. Trabajamos diferentes temas en diferentes sesiones pero siempre estábamos mezcladas mediadoras y comadrones. Hay una necesidad de mediadores y entre todas vimos que es imprescindibles incluirlo en el sistema. Planeamos este proyecto para incluir este perfil. A parte también trabajamos en diseñar un grupo de mujeres… Más adelante de esta primera fase de proyecto queremos formar un grupo de mujeres embarazadas y allí poder hacer sesiones educativas.
¿Con qué objetivo?
Facilitar el proceso. La gente puede saber donde tiene que acudir pero aún así hay muchos problemas. Tener una cultura diferente, las formas de hacer o las costumbres de cada una en el proceso del embarazo y el parto son muy diferente. Esto se ha de tener en cuenta al atender a las mujeres.
¿Qué demandas te has encontrado por parte de las mujeres que has acompañado?
Las mujeres chinas no tienen costumbre de ir al CAP en China ni de hacerse un seguimiento o una citología… lo hacen de una manera diferente. Así, en el momento de entrar en la cabina y que te examinen el interior es cuando la mujer va a sentir más vergüenza o se va a sentir más incomoda.
A lo mejor una mujer que no ha crecido en esta sociedad no está acostumbrada a según qué prácticas. De hecho, en muchos países muchas mujeres exigen que su ginecóloga sea mujer, ya que, además, desnudarse delante un desconocido les da mucha vergüenza. Pero se puede ayudar. Por ejemplo, un detalle es la manera de poner la bata, cambia si está abierta por delante o por detrás… Son cositas o detalles qué pueden hacer sentir mal a una persona. Todo esto son aspectos culturales que queremos trabajar porque son cosas sencillas que si se saben pueden facilitar mucho las prácticas.
¿La idea también es recoger todo esto y hablar con Salut para que implemente estas prácticas en sus centros?
El objetivo es que en el momento de atender a mujeres de diferente cultura cualquier profesional sanitario pueda tener todo esto en cuenta. Por tanto, que tenga formación y acceso.
¿Qué estrategia desplegaréis con el Departamento de Salut para difundir el tema?
Queremos insistir en como es de imprescindible este papel y este perfil. Pensamos que es fundamental garantizar los derechos a todos los usuarios. Un derecho es que el médico te pueda entender. Primero por idioma, después también por conocer el sistema. Por eso también proponemos grupos con usuarios donde dar formación. Así sabrán como aprovecharlo, como usarlo. Si se hacen buenas prácticas además también sirve para bajar el coste en evitar tener que repetir pruebas o que se dé un abuso de repetición de consultas simplemente por no tener claro como abordar una enfermedad o no entender qué hacer delante de los síntomas. También para evitar malentendidos.
¿Hablando con los profesionales sanitarios en mediaciones cual es su reacción delante las demandas?
Siempre hay de todo pero la mayoría de profesionales nos da respuestas positivas. Echan de menos nuestra presencia. Su día a día de trabajo implica atender muchos pacientes. Cuando encuentran uno que no pueden entender por el idioma y no se pueden comunicar o no pueden entenderle por sus formas o sus peticiones relacionadas por la cultura les cuesta más avanzar. Esto supone más estrés y más tiempo en la consulta. Todo esto es lo que queremos desmontar para poder trabajar realmente bien.
¿Tu sensación entonces es que os darían apoyo?
La mayoría de profesionales si quiere tenernos. Dicen que es un perfil bastante útil para ellos para trabajar. Tomarían a los mediadores como parte del equipo sanitario. Así tendríamos un equipo más fuerte, que aportase conocimiento de la cultura o el idioma y tendríamos mejores resultados.
Aún así, sobretodo al principio, algunos profesionales nos veían como una competencia porque pensaban que el usuario nos tenía más confianza a nosotros y que les quitábamos el trabajo…
Se tiene que implantar la idea de que es un trabajo de equipo. Médicos, enfermería y comadrona trabajan juntos para opinar sobre un usuario. Deberían incluir a los mediadores.

Al final podéis dar consejos sobre prácticas para que la persona se sienta más cuidada.
Si. Sensibilizar un poco más y también evitar malentendidos. En los hospitales por ejemplo los usuarios están ingresados 24h y si no se pueden entender bien con las enfermeras o no saben las costumbres de aquí pueden pensar que todo va mal. Para el profesional sanitario también es molesto entrar en una habitación donde hay alguien que no le entiende y le pone mala cara, se queja o desconfía. Es falta de comunicación al final.
En Atención Primaria se está diciendo de incorporar más disciplinas. Una demanda sería según dices incorporar también mediadores. ¿Lo ves posible?
Es difícil. Primero se tendría que crear este perfil porque ahora no está en la bolsa. Hay algún CAP o algún hospital que quizás por la zona tienen más interés. Pero como no hay un perfil hecho es difícil encontrar una persona.
Una solución sería que dado que en un mismo barrio hay dos o tres CAP… se podría colaborar. A lo mejor para un CAP no necesitas un mediador fijo 5 días a la semana pero sí para 2.
Los últimos años en mi anterior proyecto sólo quedaba yo de mediadora de chino en Barcelona. Iba a Can Ruti, a Vall d’Hebron y a Sant Pau. Cada día estaba en un sitio diferente y esto no funciona porque al final sólo me llegaban los casos más graves. A Vall d’Hebron iba un día pero es un hospital muy grande… ir sólo un día no sirve si cuando me necesitan no me encuentran. Para los profesionales es un servicio que no funciona porque no pueden contar con nosotros. Ven que de vez en cuando me pueden enganchar pero no siempre y juegan a la suerte de que esté o no. Es una lastima.
Otro ejemplo es Can Ruti donde por la zona hay muchos usuarios chinos y en Vall d’Hebron también por volumen que atiende el centro. A parte también hay la zona de rehabilitación y de materno infantil. Solo por eso ya es necesario más de un mediador.
A ti te llamaban cuando trabajabas para una empresa privada, no era un servicio del hospital… ¿Lo ideal sería crear un perfil público y que se integrara?
Sí. Que se contratasen desde la Generalitat y luego se repartieran dependiendo de las necesidades. Así se podría funcionar mejor pero es difícil porque hay diferentes sistemas: hay centros del ICS, otros del Consorci y cada hospital funciona diferente.
¿En general la reacción de los usuarios ha sido buena con tu presencia?
Si. Les es muy útil. De hecho, los seguros privados tienen traducido lo que ofrecen en diferentes idiomas. Me han llegado todos los folletos y para captar a los usuarios chinos lo primero que afirman es que les van a poner un mediador para cada visita si lo necesitan. Esto les llama mucho la atención.
Los colectivos chinos que están aquí utilizan muy poco el sistema de salud comparado con los autóctonos. Lo primero que me dicen la mayoría es que no van a entender nada y que le supondrá muchas visitas ir a comentar una enfermedad porque a lo mejor el día de la cita no puede acompañarle su amigo o su hijo que entiende el idioma. A veces también porque el médico no acaba de ver como tener la conversación y le pide que venga con un interprete la próxima vez. Los usuarios no conocen tantos interpretes, no hay tantos en el mercado como para ir a acompañar a sanidad.
Además, aunque los chinos se puedan defender con el idioma en sus negocios el vocabulario en un hospital o un CAP es muy diferente. Y si no pueden garantizar que lo han entendido todo al 100% siempre les queda una preocupación. Hoy en día la mayoría de los chinos cuando van a China aprovechan para hacerse un chequeo general aunque saben que el sistema es peor o que tienen que pagar porque el sistema no es universal. A veces también van a propósito si hace tiempo que tienen una enfermedad que les preocupa. Luego cogen el informe y vuelven aquí.
Los mediadores podemos traducir un poco el informe y entender los nombres de las enfermedades pero muchos detalles se nos escapan. Yo no soy especialista de imagen y no las entiendo. Si el médico no entiende los informes prefiere volver a repetir la prueba y eso supone más tiempo y el usuario también ha gastado más dinero.
Volviendo al informe, ¿os habéis encontrado con mujeres que no van al médico hasta que no han estado de parto?
Alguna vez me encontré con experiencias así pero cada vez hay menos. Estos son casos muy puntuales. El colectivo chino sobretodo es muy joven y la mayoría ya sabe que cuando está embarazada tiene que ir al médico y empezar un proceso. Algunas que vienen de zonas rurales no conocen estos procedimientos y si no tienen recursos y no entiende lo han ido dejando hasta que en los últimos dos meses si se plantean que han de empezar a prepararse.
Tu eres madre de dos hijos. ¿Cómo fue tu experiencia?
Claro yo conozco el idioma y el sistema pero si que te encuentras con cosas. Será igual para una mujer nacida aquí que nunca ha tenido ninguna experiencia. Es la primera vez, el primer parto, cualquiera que entre allí está nerviosa.
Esto para una migrante crece más. Primero de todo está fuera de su país, quizás tiene a su familia o quizás no. A lo mejor no tiene apoyo y no ha entendido bien que le van a hacer. Esto le puede crear estrés en el momento del parto.
Yo tuve un primer parto natural y estuve bastante tiempo en el hospital. Me ponía nerviosa cada vez que me venían a mirar o a tocar o a darme algo. ¿Cómo se sentirá una persona que encima no entiende el idioma o no conoce el sistema?
Dolor, estrés, no saber cuántas horas serán…
Y también te dicen que puede entrar un acompañante pero claro a lo mejor quiere que entre su madre porque es la que le da más confianza pero ella tampoco conoce el idioma. Si hay un profesional en aquel momento en el hospital que pueda solucionar estos problemas irá todo mucho mejor. Si durante todo el proceso de embarazo hasta el parto se puede tener una mediadora como se tiene una comadrona que te lleva en todo el proceso iría todo mejor. La mayoría reconoce que si lo necesitarían aunque no sea necesario en cada sesión. Y mejor si la mediadora es la misma y sigue hasta el final
Así se crea el vinculo
Si. Y así sería más fácil también para convencer a las mujeres chinas que participasen de las formaciones educativas para el parto y postparto.
Es mejor que las mujeres de diferentes culturas participen de las mismas formaciones mezclándose porque significa que ellas ya han cogido también su autonomía y saben como moverse y como actuar. Se puede plantear hacer sesiones reducidas con mujeres que no entiendan nada el idioma. A lo mejor hay que acompañarlas a una o dos sesiones y después ya pueden seguir solas. Cada mujer, cada caso es diferente, pero así se fomenta y luego ellas ya podrían participar en algún tipo de formaciones.


