Una derivada de la crisis del coronavirus es la afectación que puede tener en la economía catalana. Todos los responsables contactados afirman que el efecto es impreciso. Los aspectos negativos serán mayores cuanto más dure la emergencia. En caso de que el impás sea temporalmente breve los más afectados serían los sectores de los autónomos y las pymes. Si dura más, toda la estructura industrial puede tambalearse.

Una situación de pandemia supone un frenazo en la actividad económica de muchos sectores. Catalunya es una zona industrial y la producción está globalizada. La actividad en este ámbito ya hace un tiempo que nota la afectación. Donde primero ha golpeado la epidemia fue en China, de donde provienen muchas piezas y componentes que se utilizan para la fabricación, por ejemplo, en la industria auxiliar del automóvil.

Empresas multinacionales como Magneti Marelli, de Barberá del Vallés, ya han pactado expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) amparándose en que no reciben componentes procedentes de China. Esto ha supuesto acordar con los representantes de sus 400 trabajadores que, hasta finales de año, podrán detener la producción hasta 70 días. Hay que decir que en algunos casos antes de la aparición del COVID-19 las empresas del automóvil ya notaban descenso de pedidos, afirman fuentes empresariales.

Otro ejemplo en el mismo sentido es el de Kostal Eléctrica, que ocupa en Sentmenat a unos 800 trabajadores y que ha anunciado un ERTE debido a la falta de piezas.

Seat y Nissan

Nissan ha tenido que parar, viernes 13 de marzo, su actividad en la Zona Franca porque no le llegaban piezas procedentes de una factoría situada en la Conca d’Òdena, la zona que fue aislada el pasado jueves por el Govern de la Generalitat. La dirección de esta empresa estaría también preparando un expediente temporal, aunque claramente su crisis procede de la falta de producción de la multinacional y no sólo de los efectos del coronavirus.

Seat decidió el pasado viernes parar la producción a partir del lunes 16, aunque las fuentes consultadas descartan un expediente porque hace tiempo que en la empresa hay pactados mecanismos de flexibilidad que frenarían el impacto de un descenso de producción.

Los ejemplos anteriores ilustran un acuerdo firmado por los dos principales sindicatos, que representan a más del 80% de los trabajadores, con el Gobierno central y las patronales. Se trataría de facilitar que los ERTE, que tienen por ley un tiempo para negociar, se puedan agilizar para que así los paros en las empresas sean rápidos y la reanudación también inmediata.

Los ERTE implican que los trabajadores afectados pasan a cobrar el subsidio de desempleo. En muchos casos, después de negociar, se ha conseguido un compromiso para que en caso de despido la empresa compense económicamente a los afectados por el tiempo de paro consumido. La idea sería evitar que la emergencia sanitaria cerrara definitivamente empresas, especialmente en el ámbito industrial. Hay conciencia de que los puestos de trabajo en estos sectores son los que tienen una calificación y unos salarios más adecuados y su destrucción sería, pues, más lesiva.

Foment quiere abaratar los despidos

La situación de excepcionalidad sanitaria ha sido aprovechada por la patronal Foment, que ha reclamado una bajada generalizada de impuestos y que el Govern flexibilice las condiciones para que las empresas afectadas por el coronavirus despidan a sus trabajadores como medidas principales para combatir la afectación de la enfermedad en la economía.

Hay que pensar también, puntualizan fuentes sindicales, que hay una directriz oficial que cubre todas las personas afectadas tanto por los confinamientos preventivos como las afectadas por el virus. En estos casos es la Seguridad Social quien se hace cargo de sus salarios como si hubieran sufrido un accidente laboral.

Hay ámbitos en los que el impacto económico es de más difícil cuantificación. Pimec ha indicado que las pequeñas y medianas empresas y los autónomos sufrirán un descenso de ingresos de entre 71 y 108 millones diarios. Las cifras proceden de una encuesta a los asociados de la patronal, que se multiplicarían en caso de que la crisis sanitaria se alargara.

Melià despide personal

El sector del turismo, del cual Catalunya es la primera comunidad en España, podría perder hasta 34.000 millones a nivel estatal, de los cuales al menos un 20% corresponderían al Principat, según un estudio de Lhemnan Brothers. De momento, grandes grupos como Melià han anunciado expedientes de regulación de empleo (ERE) en varias ciudades, entre ellas Barcelona. Consisten, según el sector de hostelería de la UGT, en despedir personas con mucha antigüedad de áreas como la cocina o las camareras de piso. Según estas fuentes en el ámbito catalán se preparan hasta 30 expedientes, la mayoría temporales.

Servicios a la educación

Otro ámbito de difícil evaluación es el de los servicios a la educación. La Generalitat ha decidido parar durante dos semanas todas las escuelas y centros educativos de todos los niveles, lo que repercutirá en, por ejemplo los servicios de comedor y catering, lo que hace pensar que la próxima semana empezarán a producirse expedientes en las empresas dependientes.

Ante el panorama descrito, los gobiernos español y catalán han establecido una serie de medidas paliativas. Así, el Real Decreto Ley aprobado por el Consejo de Ministros incluye el fraccionamiento y aplazamiento, durante seis meses, de las deudas tributarias con la Administración de autónomos y Pequeñas y Medianas Empresas (pymes), que “permitirá inyectar unos 14.000 millones de euros de liquidez en nuestro sistema económico “, según anunció Sánchez.

Desde la entrada en vigor del decreto ley hasta el 30 de mayo de 2020, ambos incluidos, Hacienda permitirá que las empresas y los autónomos puedan aplazar hasta 30.000 euros en el pago de impuestos durante seis meses, con tres meses de carencia.

Estos aplazamientos se concederán por un plazo de seis meses, pero las empresas tendrán la opción de devolver el dinero a los tres y, por tanto, no abonar intereses.

Inyectar fondo, producir liquidez

Por su parte, la Generalitat ha anunciado que pondrá en marcha una línea de préstamos de hasta 1.000 millones de euros para ayudar a garantizar la liquidez y el máximo de puestos de trabajo. A través de avales del Instituto Catalán de Finanzas (ICF) y Avalis, el Ejecutivo asumirá el 75% del riesgo crediticio de los préstamos que puedan ofrecer las entidades bancarias, según dijo el vicepresidente y consejero de Economía, Pere Aragonés. “Es un plan de choque para dotar de liquidez inmediata las empresas, que es el principal factor de riesgo”, dijo Aragonés en una rueda de prensa. La medida puede ayudar unas 4.000 pymes, ha dicho.

Si se miran las cifras peladas, la evolución de la bolsa es la más llamativa. Hace un mes, el Ibex 35, que recoge las cotizaciones de las 35 sociedades más capitalizadas, estaba en el nivel de los 9.909,8 puntos. Jueves 12 de marzo, la cotización había caído hasta 6.390,90 puntos. La depreciación de las acciones es fruto de la alarma generada internacionalmente, explica un analista de Bolsa de Barcelona. Sin embargo, hay que pensar que los valores de las acciones supondrían el fuerte batacazo que dicen los números si los títulos se vendieran ahora. Como en el conjunto de la economía, la apuesta es que la recuperación llegue y se hayan aprendido lecciones imprescindibles.

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