Para este Sant Jordi 2020, Balzac Éditeur había previsto publicar las traducciones al francés de las novelas en catalán La casa de la frontera, de Rafael Vallbona, y Carta a la reina de Inglaterra, de Vicenç Pagès Jordà. Pero su aparición se retarda al otoño, aunque contara ya con el manuscrito a punto. Otra novela, Aprender a hablar con las plantas de Marta Orriols, que Seuil había previsto que saliera en mayo, se ha pospuesto a octubre.
Síntoma de la sacudida que ha provocado la pandemia del coronavirus en el mundo editorial, de los libreros y de la cultura en general a un lado y otro de los Pirineos. No todas estas estructuras cuentan con la posibilidad de ofrecer las obras en digital ni la situación permite ahora improvisarlo. Se multiplican las iniciativas para mantener la fidelidad de los lectores, pero las comparaciones también son odiosas entre las medidas que rápidamente se pusieron en marcha en Francia para evitar el apagón literario y las respuestas lentas y desordenadas en Catalunya y España.


