Reuniones de hasta 10 personas, apertura parcial de las terrazas de bares y restaurantes o movilidad libre dentro de la región sanitaria son algunos de los cambios que nota la ciudadanía cuando su región pasa a la fase 1 del desconfinament. Pero, y el sistema sanitario? ¿Qué supone el primer estadio de la desescalada por los profesionales de la salud y para la atención médica?
Los principales cambios de la mano de algunos sanitarios del Camp de Tarragona, que junto con las Terres de l’Ebre y del Alt Pirineu-Aran, es una de las tres regiones sanitarias catalanas que este lunes han pasado a la fase 1 de la desescalada. El Campo es con diferencia la más grande de las tres, con más de 610.000 asegurados y cinco hospitales para seis comarcas.
Las regiones han avanzado en la desescalada para que el Departament de Salut las consideró de bajo riesgo de acuerdo con un índice que valora la incidencia por población de la COVID-19 durante las últimas dos semanas y en la tasa reproductiva del virus los últimos siete días. El Ministerio de Sanidad español validó la propuesta, valorando otros índices como la disponibilidad de camas, tanto de cuidados intensivos como de convencionales, así como la capacidad de ampliar la oferta.
Hospitales: concentración en dos centros con dos circuitos
Concentrar todos los casos positivos de COVID-19 en dos de los cinco hospitales de la veguería es el principal punto del plan de desescalada de la actividad asistencial y de recuperación de especialidades y pruebas que presentaron los responsables de la Regió Sanitaria del Camp de Tarragona (RSCT).
Ramon Descarrega, médico especialista en Medicina Familiar y gerente de la RSCT, explicó que a partir del lunes 18 -una semana después de que la región haya pasado de zona- todos los enfermos ingresados por el nuevo coronavirus se concentrarán en el Hospital Joan XXIII de Tarragona y en el Hospital Universitari Sant Joan de Reus.
Con esta medida se busca quitar presión sobre los otros tres hospitales de la zona, que “podrán trabajar en un entorno de no COVID y ser más eficientes con la actividad programada y la recuperación de consultas”. En cuanto a los dos centros que deberán acogerse todos los casos positivos de la COVID-19 deberán habilitar un mecanismo ya preparado de “doble circuito”, tanto en la UCI como camas de planta y los quirófanos para evitar al máximo el contacto entre los enfermos del nuevo coronavirus y los de otras patologías.
En el caso de Joan XXIII los pacientes se repartirán en tres plantas según su epidemiológico -negativo, positivo o pendiente de resultado-, mientras que el hospital reusense ubicará los pacientes con COVID-19 que necesitan cuidados intensivos en la zona del hospital de día y la UCI convencional quedará liberada para pacientes sin el coronavirus.
A pesar de que la concentración de los positivos para Covidien-19 se hará a partir del lunes 18, algunas unidades de los hospitales que los alojarán ya se han adaptado. Es el caso de la Unidad de la Clínica del Dolor del Hospital Joan XXIII, que coordina el anestesiólogo Sergi Boada. El doctor explica que durante la primera fase de la pandemia la labor de sus profesionales fue principalmente de apoyo a los quirófanos, pero ya hace días que están en una nueva normalidad.
“El cambio de fase no nos ha llevado ninguna novedad en nuestra manera de actuar, nos adaptamos a la nueva normalidad hace 15 días cuando dejamos de hacer apoyo y volvimos a nuestra unidad. Ya cambiamos los protocolos, los flujos de pacientes y la manera de tratar y como vienen a las consultas”, explica Boada.
El coordinador apunta que ahora el gran problema al que hacen frente es la falta de personal de enfermería y no espera que la situación se normalice totalmente hasta septiembre: “Ahora estamos adaptando las agendas, los circuitos y estamos identificando las prioridades. La tercera ola [sobre enfermos crónicos] la tendremos contenida a partir de septiembre”. Con todo, Boada pide confianza en el sistema sanitario: “Se adaptará a lo que haga falta, como ya se ha demostrado, gracias a los profesionales que lo integran. Estamos acostumbrados a trabajar con cambios de protocolos”.

Una única lista de espera para toda la región
El plan de desescalada hospitalaria, “dinámico a la fuerza” según Descarrega, incluye la creación de una lista de espera única para todos los pacientes del Camp de Tarragona que están esperando una intervención quirúrgica.
“Los hospitales que atienden pacientes con COVID-19 tendrán una actividad que por la redistribución de trabajo no podrán hacer, por eso nos planteamos una lista de espera única”, argumentó Descarrega. El gestor de la RSCT también reconoció que es una medida que necesita “visión de territorio” y un “cambio de mentalidad” tanto por los pacientes como por los profesionales sanitarios.
Según esta propuesta, quien necesite una intervención no urgente quizás debe desplazarse a un hospital diferente del que tiene como referente si los quirófanos o los facultativos están ocupados. Lo mismo sucedería con los especialistas, que deberían hacer operaciones en centros distintos de los que trabajan habitualmente.
El plan de Salud contempla que el Pius Hospital de Valls, que ya ha iniciado este mes la actividad quirúrgica de cirugía mayor ambulatoria, comience con las intervenciones de corta estancia y en junio, si no hay incidencias, “el ritmo de actividad incrementará “. El Hospital del Vendrell, por su parte, comenzó el lunes 11 con una distribución de la actividad operatoria con uno de los tres quirófanos con los que cuenta. Las consultas externas se recuperarán entre el 25 y el 30% durante la primera quincena de la fase 1.
La movilidad de los sanitarios dentro de un mismo centro o municipio ha sido frecuente en las primeras fases de la pandemia, pero la propuesta de desplazamientos entre comarcas no es todavía muy clara. Los especialistas de atención primaria consultados desconocen la formulación. El doctor Sergi Boada reconoce que “la idea puede ser buena, pero hay que desplegar”.
El sanitario asegura que “ha tenido una repercusión de incertidumbre entre los facultativos para saber cómo se podrá gestionar” y añade: “No puedo valorar porque no tengo más información. De hecho, en toda esta crisis los profesionales hemos estado bastante mal informados. Se debería reflexionar sobre esto “.
La atención primaria: PCR y seguimiento cercano
“Uno de los objetivos es que así como aparezcan síntomas, la detección y el control sea desde la atención primaria”, apuntó Descarrega. David Sabaté -Enfermería y director del ACUT del Camp y del CUAP San Pedro de Reus cree que ha llegado el momento de demostrar la importancia de la medicina primaria: “Nuestra función es la atención y promoción de la salud. Tenemos una oportunidad para aplicarla”.
Sabaté tampoco nota grandes cambios en el pase de fase: “La principal diferencia es que potenciaremos la idea de adelantarnos a la demanda del usuario”, explica. Su propuesta es evitar al máximo que la gente necesite ir al CUAP: “Queremos adelantarnos a la situación delicada en la que el paciente debe acudir al centro. Queremos ir por delante de la demanda y ofrecerles una atención más directa, individualizada, cercana y casera “. A estos efectos, explica Sabaté, “se ha multiplicado por 10 las salidas del equipo de atención domiciliaria”.
Referente a las pruebas PCR de detección de anticuerpos de la COVID-19, el director del CUAP Reus asegura que “ya se están haciendo y existe un procedimiento muy claro al respecto”. Sabaté argumenta que los centros de atención primaria donde se harán -en el caso de Reus en un par- han adecuado salas de aislamiento para tales efectos.
Sin embargo, el cambio de fase no ha supuesto una modificación de la regla para escoger quien se hace la prueba PCR: “Se harán test a todas las personas susceptibles hacérselo. El criterio no ha cambiado”. De hecho, Sabaté quita peso a la importancia del test: “El objetivo final es tener un diagnóstico y la PCR es un medio. Es la confirmación de la radiografía de tórax o de la ecografía pulmonar“. En este sentido, el enfermero destaca la ecografía como una prueba más eficaz que la placa a la hora de determinar la gravedad de un posible caso de COVID-19. Por ello, “se ha habilitado en todos los centros principales un ecógrafo portátil”.
Prioridad para la atención telemática
Lo que tampoco cambia a la nueva fase es la potenciación de la atención vía telefónica para evitar que la ciudadanía acuda a los centros sanitarios. La consellera de Salut, Alba Vergés, informó el pasado sábado se ha conseguido invertir la tendencia habitual: antes un 70% de los pacientes iban presencialmente y el 30% no. Según Vergés, ahora esta tendencia es a la inversa.
El jefe de la Región Sanitaria del Campo, Ramon Descarrega, apuntó en la misma dirección: “Todo lo que se pueda hacer por la vía no presencial, será potenciado. Tanto en el ámbito hospitalario como en atención primaria, porque hay que mantener la distancia social hasta que la pandemia esté resuelta o totalmente controlada”.
Fuentes administrativas del CAP Horts de Miró de Reus, el otro centro de la ciudad donde también se harán tests PCR explican que el protocolo de atención a los pacientes no ha cambiado con el adelanto de fase del Camp de Tarragona: los facultativos hacen un cribado en la puerta del centro y, en caso necesario, dejan pasar los pacientes divididos entre aquellos que tienen síntomas respiratorios y los que no.
En cuanto a la reprogramación de citas suspendidas por la pandemia explica que “el hospital está empezando a reprogramar y enviarán cartas con nuevas citas, pero la atención primaria no reprogramará automáticamente“.
También reconoce que “hay usuarios de edad avanzada que no se adaptan a la tecnología actual y se presentan al CAP porque no saben qué hacer”, pero “los profesionales estamos habituados y en continua formación”. La administrativa pone el foco en la gestión de los espacios: “Todo el mundo es atendido, pero para evitar aglomeraciones en la sala de espera y los pasillos la mayoría recibe una atención telemática. La gente estaba acostumbrada a hacer colas sólo para pedir hora, y eso cambiará. Las administrativas estamos trabajando a informar y activar el servicio ‘LaMevaSalut’ para que la gente mantenga un contacto directo con los profesionales médicos”.


