La pandemia mundial de la Covid-19 ya ha llegado a 76 pueblos indígenas del Brasil, según la Articulación de los Pueblos Indígenas en Brasil (APIB). Hasta el día 30 de Mayo había 1.747 detectados con coronavirus y 167 fallecidos. El epicentro de la epidemia se encuentra en el estado de Amazonas, donde han constatado que 28 profesionales de la salud que atienden a los pueblos indígenas estaban contagiados. Ya han muerto 42 indios Kokama de Alto Solimões.
En el estado de Roraima, después de la muerte de un miembro Yanomami en abril, la Hutukara (Asociación Yanomami) decidió que se irían al bosque para escapar de la pandemia. Pero un mes después ya eran 76 professionales de salud los contagiados con Covid-19 y 2 murieron dos personas Yanomami más.
En Manaus, capital del estado de Amazonas, el caos es total. El Distrito Sanitario Indígena Especial (DSEI) confirmó que muchos pacientes indígenas con otras enfermedades estaban infectados de Coronavirus, ingresados en la Casa de la Salud Indígena, en hospitales estatales y municipales y luego regresaron a sus aldeas.
Los hospitales en la ciudad de Manaus estaban en su capacidad máxima y ahora la situación es aún más crítica en el interior del estado. El único hospital con UCI en el interior de Amazonas se encuentra en la ciudad de Tefé, ubicada a 522 km de Manaus.
El único hospital con UCI en el interior de Amazonas se encuentra en la ciudad de Tefé, ubicada a 522 km de la capital de la región
La segunda región de Brasil más afectada por el Covid-19 se encuentra en el Noroeste, Minas Gerais/Espírito Santo, donde los indígenas viven en las regiones más pobres, con 21 muertos hasta el momento. Allí, como está sucediendo en todo Brasil, las cifras de Covid-19 no se reportan. Sonia Guajajara, presidenta de APIB, revela que “las cifras obtenidas por el movimiento indígena, en comparación con las de la Secretaría de Salud Indígena (Sesai) revelan una discrepancia absurda. Además del abandono del Estado brasileño, hay racismo institucionalizado”.
Brasil tiene 34 Distritos Especiales de Salud Indígena (DSEI), responsables de servir a los aldeanos indígenas, pero el 36% de los indígenas en Brasil viven en áreas urbanas y no son atendidos por DSEI, sino por el Sistema Unificado de Salud (SUS) donde los pueblos indígenas están generalmente discriminados.
La Fundación Nacional del Indio – FUNAI (un organismo del gobierno de Brasil), no está haciendo su trabajo como debería, según critican las organizaciones. La falta de acción nacional en la lucha contra la pandemia de coronavirus por parte del presidente Jair Bolsonaro ha afectado a los pueblos indígenas en todas las regiones, del norte al sur de Brasil, agravando la dramática situación que ya existe. Sólo en los últimos 12 meses, 150 tierras en la Amazonía han sufrido invasiones de acaparadores de tierras, madereros y mineros, instigadas por el Gobierno Federal.

La Covid abre las puertas a especular con tierras indígenas
Esta semana, los brasileños vieron con asombro el video publicado por la Corte Suprema Federal (STF) de una reunión del presidente Bolsonaro con sus ministros en Brasilia, en la que el ministro de Educación, Abrahan Weintraub, dijo que odia a los pueblos indígenas y el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Sales, habló sobre aprovechar la situación de pandemia de coronavirus para aprobar reformas de desregulación y simplificación para cambiar las reglas ambientales a favor de los más poderosos y los agronegocios.
El ministro de Ambiente, Ricardo Salles, sugirió aprovechar que la atención de la prensa está concentrada en el Covid-19 para “cambiar todas las reglas” en la legislación ambiental del país.pic.twitter.com/WO5oDSQ9uC
— Misión Verdad (@Mision_Verdad) May 25, 2020
Entre el 22 y el 28 de mayo, la Corte estaba a punto de votar sobre el proyecto de ley PL2633, que establece el llamado “Marco Temporal”(3) que limita las demandas por tierra indígenas, en lugar de reconocer sus demandas tradicionales o históricas de tierras. Estas conversaciones se dan en un marco de decisiones que se usan para legalizar invasiones, legitimar expulsiones y encubrir la violencia que victimiza a los pueblos indígenas. A causa de decisiones como esta, contra los indigenas, no solo Brasil, sino que todo el medio ambiente mundial se verá directamente afectado.
A pesar de todo el contexto actual, los indios brasileños nunca han estado tan organizados. Este mes, APIB celebró una gran Asamblea Nacional on-line para la Resistencia Indígena y abordar temas como los diagnósticos regionales sobre Covid-19 en las aldeas. Acostumbrados a luchar por sus derechos durante 520 años, los pueblos indígenas se están uniendo para encontrar nuevas formas y exigir mejores condiciones para el cuidado de la salud, la defensa de sus tierras y el medio ambiente.
Notas
(1) Instituto Nacional de Asentamiento y Reforma Agraria
(2) En 2017, la investigación parlamentaria presidida por el Farmers’ Caucus tenía como objetivo procesar a antropólogos, indígenas, funcionarios de Funai e Incra y miembros del ejecutivo, así como a ONG. La idea era cerrar Funai, detener la reforma agraria y cambiar los criterios para la demarcación de tierras para los pueblos indígenas y las antiguas comunidades de esclavos (quilombola).
(3) Marco temporal – “Límite de tiempo”. La idea del proyecto de ley es establecer que los reclamos indígenas de tierras solo serían reconocidos por la ley si los indígenas ocuparan ese pedazo de tierra en particular en 1988, año en que se consagró la actual Constitución brasileña.


