Si alguien quiere acercarse al por qué un grupo de jóvenes de familias originarias de Marruecos cometió los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils es imprescindible que se lea las 440 páginas de Sin miedo de morir. Los silencios del 17-A (Pórtico Ediciones y Editorial Diéresis). Es el libro que ha escrito la periodista Anna Teixidor, tras sumergirse en el sumario judicial y hacer un centenar de entrevistas en Bélgica, Marruecos y varios puntos de España.

Su trabajo en los informativos de TV3 le ha permitido cubrir esta información y elaborar dos reportajes para el programa 30 minuts relacionados con estos atentados y el terrorismo basado en una interpretación fanática del Islam. Con este apoyo y muchas horas de investigación difícil y valiente, Teixidor nos explica por qué nacieron ‘los muyahidines de Ripoll’ y nos avisa de que en muchos lugares del mundo, también en nuestro país, hay gente que los admira y podría intentar imitarlos.

¿Cuál fue su objetivo principal cuando se decidió a escribir este libro?

Me interesaba sobre todo saber quiénes eran estos chicos antes del proceso de radicalización y la evolución ideológica que siguen hasta cometer un atentado. Quería saber por qué habían llegado al punto de odiarnos tanto como para hacer una masacre.

¿Le molestan los titulares de artículos cuando hablan de ‘La realidad de los atentados’ o ‘la verdad del imán de Ripoll’?. ¿Nunca se acabará de saber toda la verdad sobre atentados como este?

Estos grandes titulares son poco honestos. No todo es blanco o negro. Hay muchos matices. Aunque sabemos poco de este atentado. Conocemos más claramente algunos de los aspectos de Catalunya porque la investigación de los Mossos es bastante exhaustiva, pero nos falta saber las conexiones internacionales, o que nos expliquen en qué términos se produce la relación del imán Es-Satty con los cuerpos policiales … Detrás de un atentado siempre hay muchas lagunas y en este caso también.

Una de las incógnitas que quiere analizar es por qué aquellos chicos se deciden a matar en nombre del islam. ¿Cuáles son sus principales conclusiones sobre las razones de esta decisión?

A finales de 2014 ya vemos que en sus dispositivos móviles están consumiendo propaganda yihadista. Es un momento de máxima efervescencia, porque se proclama el califato y vemos jóvenes musulmanes en Catalunya que se cuestionan si se han de añadir a la movilización y se empiezan a hacer preguntas sobre su identidad. Estado Islámico, con una argumentación muy coherente y eficaz, les da respuestas a algunas de estas preguntas y, por tanto, se sienten identificados.

¿Qué hace que terminen odiándonos tanto que sean capaces de querer cometer una acción violenta? El referente espiritual, Abdelbaki Es-Satty, se apropia de su autoridad al frente del oratorio, tiene una cierta influencia porque tiene más edad, liderazgo y credibilidad ante los jóvenes, se convierte en agente de radicalización y cataliza el proceso. Es él quien les da una tablet con decenas de vídeos de Estado Islámico para que los vayan visionando sin que puedan ser rastreados. Ha habido un primer interés en 2014, cuando aún no estaba Es-Satty, con una fascinación inicial por la violencia y a partir de ahí se interesan por la religión.

Es-Satty cataliza los mensajes, sobre todo con los hermanos mayores inicialmente y los intenta acercar a su visión extremista. Muchos profesores en Ripoll y fuera de Ripoll se preguntaban cómo había sido esta evolución ideológica y qué habían dicho los chicos entre ellos. Vemos que hay muchas preguntas identitarias y qué significa ser musulmán. Ellos creen que sus padres no son buenos interlocutores porque se han dejado humillar por la sociedad de acogida y porque tienen poca formación educativa y religiosa pero, en cambio, se fían de la influencia de Es-Satty. Muchos compañeros suyos e, incluso, sus propias familias dicen que hay un momento en que comienzan a distinguir el mundo entre los musulmanes y todos los infieles. Es cuando, con el tiempo, se da el punto de inflexión para abrazar una visión extremista del islam.

Conocemos otros grupos de toda Catalunya que, en algún momento, se plantearon atentar pero que terminaron disueltos porque no tenían la figura de referencia como la que supuso Es-Satty para los jóvenes de Ripoll

Si Es-Satty no hubiera ido a parar a Ripoll, ¿no habría habido atentados?

Es-Satty canalizó las inquietudes de estos jóvenes hacia este mensaje extremista. Conocemos grupos de gente que formaba parte de otros grupos en Catalunya que, en algún momento, se planteó atentar pero que finalmente acabaron disueltos porque no tenían la figura aglutinadora y de referencia como la que supuso Es-Satty para estos grupos en Ripoll. Hay muchos núcleos pequeños en Catalunya que se comprometen, justifican y simpatizan con Estado Islámico. En algunos de estos núcleos es evidente que ha habido un momento en que se ha querido pasar de consumir propaganda a querer cometer una acción violenta propia. Por lo tanto, esto no sólo pasó en Ripoll sino que ha estado ocurriendo en otros puntos de Catalunya. Lo que pasa es que en Ripoll este personaje canalizó las frustraciones de estos chicos hacia objetivos extremistas y totalitarios.

¿No se sentían a gusto estos jóvenes en una sociedad y una ciudad donde habían crecido, estudiado, hecho deporte y actividades culturales con chicos y chicas autóctonos?

Hacían una vida totalmente normal, como cualquier joven de su edad. Los hermanos pequeños aún más. Los hermanos mayores sí que no tenían tantos compañeros que no fueran musulmanes; pero los pequeños, sí. Houssin Abouyaaqoub tenía un grupo de amigos e incluso se iba a pasar las vacaciones a casa de Marc. El primero de enero de cada año, los padres de Marc le organizaban un cumpleaños. Había mucha vinculación con otras personas que no eran musulmanas. ¿Qué pasa? Estos chicos sí que habían expresado en alguna reunión en el instituto y en charlas con profesores que se sentían discriminados, que se sentían mal cuando los llamaban ‘moros’.

Tras los atentados, se produce un breve debate en torno a si estaban integrados, si hablaban nuestra lengua, si trabajaban, si llevaban una vida ordenada y, por tanto, si formaban parte del grupo social. Pero nunca nadie se preguntó cómo se sentían ellos realmente y si este sentimiento que nosotros pensábamos que les transmitíamos era recíproco. Esto les causaba malestar. A ellos y a muchos otros. Lo hemos visto en estos chicos pero puede que dentro de unos años no sean chicos crecidos en Ripoll, sino que sean conversos. Hay una operación de los Mossos que rastrea chicos conversos que estaban planeando cometer atentados.

No creo que este tema esté tan relacionado con el origen de los individuos que quieren atentar sino con su contexto y su evolución ideológica. Hasta ahora hemos visto muchas veces inmigrantes pero creo que veremos conversos que puedan tener esta deriva ideológica.

Tras los atentados se dio el debate sobre si los jóvenes estaban integrados, pero nunca nadie se preguntó cómo se sentían ellos

No hay ninguna chica entre los terroristas que actúan en Barcelona y Cambrils. Ni entre los autores de los atentados ni entre las personas que forman parte de su grupo…

Las chicas no juegan ningún rol. Quizás no les generan suficiente confianza. En el caso de los atentados Bataklan, en París, y del aeropuerto de Zaventem, en Bélgica había alguna chica vinculada que era familiar de los individuos que atentan, pero los grupos eran totalmente masculinos. Tradicionalmente se ha dicho a la mujer que no se ha de ocupar de los temas belicistas. Los chicos mayores hacía tiempo que habían dejado de frecuentar chicas. Entre los pequeños, Houssin tenía relación y flirteaba con una chica. Youssef Aalla le recrimina a un amigo, Saber Oukabir, que salga con Berta, de tradición cristiana: “¿Qué haces saliendo con una cristiana?”, le decía.

Los chicos que cometen los atentados no tienen compañeras, amigas. ¿Qué peso tiene este hecho en su opción por la violencia terrorista?

Los hay que sí tenían. Los mayores -Younes, Mohamed, Isham… – hacía tiempo que pasaban de tener novia. Younes había ido a pedir la mano de una chica que le había dicho que no. Unas semanas antes del atentado, la chica se lo pensó mejor y le dijo que sí, pero entonces fue él quien dijo que no quería saber nada. Houssin tenía una novia de Campdevànol con la que se encontraba de vez en cuando. Mohamed había tenido una novia durante al menos un año en Figueres, que dejó de hacerle caso. En un momento, ellos hablan de hacer algo en la rambla de Figueres. A quien no se le conocen chicas es a Youssef Aalla pero a los otros, sí. Y a Moussa, pero es que era más pequeño.

¿Hay un ingrediente de frustración sexual en su evolución hacia el fanatismo y la acción terrorista?

Yo lo he visto esto en un chico del Garraf que se fue a Siria. Estaba muy preocupado con la represión sexual que tenía. Para él, era un hito casarse. Se imaginaba quién sabe qué sería eso de casarse. Ahora, se ha casado y tiene dos hijos en Siria. Tenía un conflicto muy importante con este tema. El tema sexual en esta cultura es tan íntimo que no se toleran las relaciones prematrimoniales públicamente. Está muy mal visto tener novias que no sean musulmanas. Y, de hecho, sabemos que al menos uno de los autores de los atentados se sentía muy frustrado sexualmente porque tenía poco éxito con las chicas y había frecuentado puntualmente prostíbulos de La Jonquera y Marruecos.

En el libro refleja que las familias y los que detectan o sospechan de la radicalización de personas que puedan convertirse en terroristas lo denuncian poco.

Lo hacen poco. Sí hay algunas familias musulmanas que, desde 2014, han denunciado a los Mossos que sus hijos han desaparecido y que tenían miedo de que se hubieran ido a Siria. Está el caso de una chica de Banyoles que se fue a Túnez y sus padres lo terminaron denunciando. Pero esto no ocurre habitualmente. En el caso de Ripoll, hubo silencios pero también alarmas, aunque en un primer momento se dijo a los medios de comunicación que no había habido.

Es evidente que los canales para denunciar la radicalización de aquellos chicos fallaron estrepitosamente. Las personas que lo tenían que denunciar quizás no sintieron bastante confianza en los mecanismos que había en ese momento. Quizás no quieren denunciarlo sino recibir asesoramiento. ¿Dónde va un padre, una madre, un hermano o un amigo para recibir asesoramiento sobre procesos de radicalización en Catalunya? Y no sólo de yihadismo sino de extrema derecha o de extrema izquierda.

¿Dónde un padre, una madre, un hermano o un amigo para recibir asesoramiento sobre procesos de radicalización en Catalunya? Y no sólo de yihadismo sino de extrema derecha

¿A la comisaría de los Mossos?

Si vas a la comisaría, y si ven suficientes indicios, comienzan una investigación automáticamente. Por lo tanto, hay gente que se lo piensa dos veces, y más cuando se trata de delatar o de denunciar una persona con la que has crecido, con quien has compartido lazos de amistad. Además, al final puede que no sea nada y que quedes en evidencia ante toda la comunidad. En algunos oratorios sí hemos visto que había creyentes que daban más importancia al hecho de pertenecer a una religión que pertenecer a un Estado de derecho. O sea que si hay que callar o silenciar algo, es más importante el hecho de pertenecer a la comunidad musulmana que al Estado.

¿Se margina, se criminaliza a los chicos, las personas, por tener nombres árabes?

Lo que es una losa en estos momentos en Ripoll es llamarse Abouyaaqoub, Hichamy … En la comarca a todos les suenan estos apellidos. Tras los atentados, ha habido empresas que se han cerrado en banda a contratar personas de origen extranjero y hay otros, sin embargo, que, en un acto de militancia, han querido contratar a extranjeros para detener cualquier discriminación.

Hay procesos judiciales contra supuestos miembros de grupos terroristas islamistas que han acabado en nada o en condenas muy suaves. ¿Qué piensa de estos casos?

Las investigaciones policiales a veces pueden levantar muchas suspicacias. La manera de comunicarlos a mí me genera dudas. Cuando se producen, -y lo vimos sobre todo entre 2014 y 2017- a las seis de la madrugada ya había un tuit del gabinete de prensa del Ministerio del Interior anunciando que se estaba produciendo una operación antiterrorista. Alrededor de las 8 o las 9 se nos comunicaba una primera nota de prensa corta. A media mañana, el ministro estaba en algún punto del país donde hacía declaraciones. Y alrededor de las dos teníamos las imágenes de las detenciones en el interior de la vivienda y las cámaras a punto en el exterior para grabar, porque nos pasaban las direcciones.

Este sistema de comunicación me genera muchas dudas. Se acaban convirtiendo en grandes anuncios de la gestión política y me lleva a reflexionar sobre la eficacia de estas operaciones. He tenido la oportunidad de hablar a fondo con gente detenida a la que finalmente se ha archivado el caso y han sido liberados sin ningún tipo de cargo. Han vivido muy mal que su entorno, los vecinos, pensaran que tenían algún tipo de relación con el aparato de Estado Islámico cuando después se ha podido comprobar que no tenían ningún tipo de vinculación. Incluso, a veces ha pasado que a un confidente o informador policial lo ha ido a detener algún otro cuerpo policial. Esto crea malestar.

Sí que es verdad que el trabajo que tienen los servicios de información tanto de Guardia Civil como de la Policía Nacional o de los Mossos es muy complicada porque se han de avanzar a un atentado. Y no siempre adelantarse a un atentado significa tener todas las piezas para poder demostrar que esa persona lo quería cometer y más cuando estamos hablando de atentados improvisados ​​que se pueden hacer con un cuchillo, y que, por tanto, no requieren ninguna preparación y que no encontrarás explosivos en un domicilio. El trabajo que tienen por delante es muy difícil pero algunas operaciones, como la del Comando Dixan, son claramente cuestionables.

Algunas operaciones contra el yihadismo, como la del Comando Dixan, son claramente cuestionables y se convierten en grandes anuncios de la gestión política

¿La intención de los terroristas era hacer caer la Sagrada Familia, la Torre Eiffel y atentar en el Nou Camp durante el partido entre el Barça y el Betis?

La investigación ha determinado esto. El objetivo era un ataque coordinado. De la Sagrada Familia tenían incluso planos de situación del metro, habían hecho muchas fotografías de la estación, para mirar si bajo tierra una explosión podía hacer tambalear toda la estructura. También tenían en mente un partido de fútbol, ​​que debía celebrarse el domingo, entre el Betis y el Barça. En cuanto al viaje que hacen Younes Abouyaaqoub y Omar Hichamy a la torre Eiffel, el 11 y el 12 de agosto, no nos podemos creer que fuera para hacer un reportaje fotográfico. Se localizaron tres furgonetas alquiladas. Por lo tanto, eran tres puntos de ataque. 

En ese momento sólo habían podido hacer un cinturón bomba pero, según declaraciones de Mohamed Houla, en planeaban hacer más. También se encontraron granadas que querían utilizar. Era un ataque coordinado perpetrado por una decena de personas, que se podían convertir en grupos pequeños, itinerantes, muy complicados de localizar. Querían atentar contra un símbolo civil, la torre Eiffel; un símbolo cristiano, la Sagrada Familia; y un símbolo deportivo o de ocio, el campo del Barça.

Si no hubiera explotado el chalet de Alcanar, ¿cuándo tenían previsto hacer estos atentados?

Se cree que habrían sido el día 20 de agosto porque se ha encontrado un documento de Es-Satty que hablaba de los atentados ese día. El jueves es el atentado de Barcelona y se cree que el domingo hubieran sido los otros. Hay unas tareas que no se terminaron de hacer. Habían encargado unas prendas negras a una mercería de Ripoll que no fueron a recoger. Lo tenían muy avanzado pero no estaba del todo listo. Antes de ir a atentar a Cambrils, se pusieron pañuelos rojos para recordar un combatiente que se llamaba Abu Dujhani, propio de la narrativa yihadista. También hicieron una ceremonia de juramento y fidelidad, de iniciación en Riudecanyes, muy similar al que se hacía cuando los combatientes llegaban a Siria e ingresaban en un grupo yihadista.

¿Hay alguien por encima del imán de Ripoll, Abdelbaki Es-Satty, que mueva los hilos de estos atentados?

La gente que lo conoció me dice que no lo ven con suficiente capacidad para orquestar el múltiple atentado que pretendían hacer. Me cuesta mucho creer que ellos no tuvieran ningún contacto con nadie de Siria o Irak. Es-Satty estuvo seis meses en Bélgica y fue allí tres días en marzo de 2017. Cuando vuelve se precipita la preparación de los atentados. Todo esto es muy sospechoso. Es plausible pensar que la autoría intelectual está en algún punto de Europa, Siria o Irak. Es-Satty era muy puntilloso en todos los movimientos que hacía.

Cuando sale de la cárcel ya parece que vaya con un plan preconcebido. En Castelló conoce a dos conversos y ya les habla de Estado Islámico y de la posibilidad de cometer atentados. Va perfilando su plan. Primero en Balaguer, después en Berga y finalmente en Ripoll. En Alcanar sólo se ha localizado una vez la tarjeta SIM de su móvil. Esto quiere decir que lo dejaba en otro lado o lo  desconectaba cuando llegaba, para que no le implicaran en nada. Aconsejaba a los chicos y les daba medidas de precaución para que no pudieran detectar en ningún momento, como debían moverse, que dejaran los teléfonos en otra habitación…

Actúa como un agente, no sabemos de quién o de qué. Entre los años 2014 y 2017 yo había hecho reportajes sobre los combatientes extranjeros que se iban a Siria y contacté con mucha gente. Hablábamos en español. ¡Imagínate si hablara árabe! Es-Satty, cuando iba a Marruecos, se movía por Tánger y Tetuán. Tánger, Tetuán y Castillejos es un triángulo donde ha habido la movilización de gente de Marruecos que fue a Siria e Irak. Se marcharon más de mil personas. Todo el mundo tiene algún amigo, algún conocido que ha ido. Me extraña que no se haya encontrado ninguna vinculación con alguien de allí. Si nosotros en conocimos, él todavía lo tenía más fácil.

Sin embargo, el libro explica que los comunicados con que Estado Islámico reivindicó los atentados estaban llenos de inexactitudes

Hay muchos errores y parece como si fuera improvisado pero esta gente cuando hacen estos vídeos no lo reivindican todo. Reivindican lo que creen más relevante. Los individuos que atentan en Alcanar hicieron un vídeo en el que manipulaban los explosivos y hablaban en contra de los infieles. Seguro que querían tener una trascendencia después del atentado, reivindicando lo que habían hecho. Seguramente que en los días que faltaban para el atentado habrían preparado más vídeos para hacerlos populares después. Este vídeo de Alcanar no lo hemos visto. Sólo hemos visto imágenes. El otro vídeo que no hemos visto es el de la furgoneta bajando por la Rambla y atropellando a la gente. Hay una cámara que apunta directamente a toda la trayectoria que hizo la furgoneta. Supongo que se verá en el juicio oral.

Antes de agosto de 2021 debe haber sentencia, porque ya hará cuatro años que los detenidos están en prisión y es el máximo que permite el código penal

¿Cuándo está previsto que se celebre?

Antes de la pandemia debía ser en noviembre. Se retrasará pero debe ser antes de agosto del año que viene porque ya hará cuatro años que los detenidos están en prisión y es el máximo que permite el código penal. En agosto de 2021 debe haber sentencia.

Dice que hay grupos de jóvenes, en algún lugar de Catalunya, que pueden estar evolucionando al igual que lo hizo el grupo de Ripoll. Es inquietante

No sé si hay núcleos de jóvenes preparando atentados. No lo puedo afirmar. Lo que sí puedo afirmar es que hay núcleos de jóvenes que simpatizan, se comprometen, que justifican los atentados. Es aquí donde se debe actuar, neutralizar esta narrativa. Que haya gente con suficiente autoridad dentro de la comunidad, dentro de estos círculos, que les haga ver la diferencia entre el bien y el mal. Nosotros, cuando hubo los atentados, pensamos que los jóvenes eran de otra población, también de la demarcación de Girona. Habíamos tenido informaciones de que había un grupo sospechoso en otro pueblo, que finalmente se desintegró.

¿Qué garantía hay de que no vuelva a aterrizar aquí otro Es-Satty?

Desgraciadamente los agentes de radicalización han existido, existen y seguirán existiendo. Quizás nos puede parecer que no, pero fuimos a Toulouse y en uno de los barrios de más presencia musulmana (Le Mirall) cuando hablaban de los chicos que atentaron en Catalunya había gente que se refería a ellos como ‘los lobos de Ripoll’, con elogios. Evidentemente que hay núcleos de simpatizantes, de gente comprometida con esta causa. Con la pandemia ha habido la consigna que se quedaran en casa, que no cayeran enfermos y que ya actuarían cuando pasara todo esto.

Han perdido el califato territorial. Ya no existe. Pero queda el califato sentimental, nostálgico. Creen que volverá el califato territorial. Repiten la narrativa que la pandemia es un castigo a los infieles por la caída del califato. Es muy difícil luchar contra estas argumentaciones. Para empezar no querrían interlocutar con nosotros y explicarnos exactamente qué es lo que piensan. Los Mossos, hace un par de años que están formando no sólo a profesores y directores de institutos y de escuelas sino también a educadores sociales para que puedan hacer el papel de prevención.

En Ripoll, a pesar de la preocupación, no hay nadie que haya trabajado directamente con la juventud ni con los compañeros de estos chicos

Ha hecho un trabajo de investigación periodística impresionante. ¿Ha tenido miedo de plantarse en determinados barrios de Bélgica o Marruecos para hacer preguntas comprometidas?

Miedo no he tenido; más bien, respecto. A Bélgica fui acompañada de un fixer, un señor mayor belga de tercera generación marroquí. El periodismo es salir de la redacción e ir a hacer trabajo de campo. Me preocuparía si pensaran que hago un doble juego entre la policía y la gente que voy a ver. Los familiares y la gente con la que he tenido muchas conversaciones han podido leer el libro antes de publicarlo por si no estaban de acuerdo o querían hacer alguna corrección. Si la gente te da su testimonio debes ser transparente con ellos. Me hubiera gustado hablar con algunos amigos y compañeros de aquellos chicos que están muy cerrados en banda y que no han querido hablar con nadie de ninguna de las maneras.

En Ripoll, a pesar de la preocupación, no hay nadie que haya trabajado directamente con esta juventud, con los compañeros de estos chicos. Ha habido alguna charla organizada por alguna educadora preocupada, con la voluntad de que estos amigos se pudieran expresar y explicar cómo se sienten. En algunos casos acudieron algunos chicos pero poco más. No se ha analizado qué había pasado. No hay educadores que trabajen con jóvenes de Ripoll o de otros puntos de Catalunya para entender por qué estos chicos llegaron a hacer esto. Hay compañeros que se han planteado por qué no les avisaron, por qué no pudieron formar parte de su círculo. Alguno de estos chicos ha terminado en centros de la red de salud mental. Ha habido preocupación por saber qué influencia había tenido Es-Satty más allá de los individuos del grupo.

En Ripoll, uno de cada diez votantes en las últimas elecciones municipales optó por el xenófobo Front Nacional de Catalunya, que obtuvo una concejala. Su discurso no ayuda, claro, a combatir la radicalización de chicos musulmanes

En Ripoll la sociedad está fracturada y dividida. Este grupo, en lugar de apaciguar la situación, lo que ha hecho ha sido tensar las cuerdas y el malestar que había. En Ripoll más que hablar de convivencia deberíamos hablar de coexistencia. Hablando con algunas personas de la comunidad musulmana me decían que la coexistencia ya existía antes de los atentados, que cada uno hace su vida pero nadie se preocupa demasiado de los demás. Comparten los espacios físicos y suficiente. Esto ocurre en Ripoll y en muchos otros lugares. Hay gente que ha querido a estos chicos y que ha vivido el duelo con muchas contradicciones y los hay que hacen la lectura contraria y van a tensar los discursos. Esto ha sido como un tema tabú en Ripoll y es muy significativo de lo ocurrido.

Termina el libro con la imagen de dos niños de doce años que, en septiembre del año pasado, comenzaron primero de ESO en el instituto Abat Oliba, en Ripoll. Uno estaba en la Rambla cuando el atentado y el otro es un hermano pequeño del chico que conducía la furgoneta que lo provocó. Y habla del vínculo entre ellos. ¿Es un símbolo que permite ser optimista de cara al futuro o es otra imagen que esconde un problema de fondo sin resolver?

Es una imagen que ilustra la resiliencia que puede haber en Ripoll y otros puntos del país. Estos chicos que al principio ni se miraban, que cada uno sabía de la existencia del otro pero que no se conocían y que se vigiló que no fueran a la misma clase aunque iban al mismo curso, se han hecho amigos. El testigo presencial, que todavía está bajo tratamiento psicológico, pide que no se hable de su amigo que ha perdido dos hermanos. Ilustra la complejidad de lo que suponen los atentados Ripoll pero a la vez muestra que puede haber esperanza, que dos chicos de doce años pueden superar unas diferencias que a los mayores les cuesta más de hacerlo.

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