Los primeros centros de verano han arrancado este lunes con las mismas estampas insólitas que se vieron en la pequeña reapertura de los centros educativos a partir del 8 de junio: turnos para entrar en las instalaciones, toma de temperatura y limpieza de manos antes de entrar, grupos reducidos, y distancia física con el resto o uso de mascarillas en caso de no garantizarse… y hay más: separación en los comedores, ventilación de los espacios, desinfección de materiales, priorización de actividades al aire libre y en las cuales se evite el contacto, supresión de salidas que se acostumbraban a hacer, etc. Hubo un momento en que las medidas de seguridad impuestas por las autoridades sanitarias hicieron peligrar todo el ocio veraniego. De hecho, las que se anunciaron la segunda semana de mayo eran mucho más severas e hicieron desistir a más de un centro, porque sus organizadores las veían inviables.

Dos de las entidades más representativas del sector del ocio, Fundació Pere Tarrés y Fundesplai, han celebrado este lunes que finalmente sus centros hayan podido arrancar “con la ilusión de poder ofrecer la oportunidad de que los niños vuelvan a disfrutar de su derecho el ocio”, según la primera, y para convertirse en “el mejor antídoto contra los efectos nocivos del confinamiento en la infancia”, ha subrayado la segunda. Con todo, no ocultan que el verano arranca con dudas. En junio de hace un año, la Fundació Pere Tarrés anunciaba que casi 34.000 niños y jóvenes participarían en alguna de las cerca de 650 actividades que tenía programadas. En la nota de este lunes, esta cifra se reduce a 17.000 niños y jóvenes. “Las inscripciones se están produciendo más tarde y a un ritmo más lento que otros años, por la incertidumbre sobre las fechas del desconfinamiento y las medidas de seguridad”, explica la entidad.

El Síndic de Greuges ha ido más allá, en una resolución hecha pública también esta semana, en la que se afirma que, de acuerdo con la información facilitada por el sector, “la participación en las actividades educativas de ocio caerá por debajo del 50% sobre los niveles de participación existentes en el año 2019, con una pérdida prevista de más de 250.000 participantes”. Este pronóstico contrasta con la importancia que se ha dado al verano, después de tres meses de ausencia de escuela presencial, y al esfuerzo que las administraciones públicas afirman que están haciendo para que nadie se quede sin verano enriquecido, y en especial los niños y adolescentes en situación de mayor vulnerabilidad.

¿Está faltando acompañamiento?

Las administraciones han incrementado su esfuerzo presupuestario para que el ocio organizado llegue a todos. Por ejemplo, las becas del Departament de Treball, Afers Socials i Família para actividades de verano se han cuadruplicado (de 1,15 millones se pasa a 4,65), según se anunció a principios de mes. El presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona para las actividades de verano ha crecido un 37%, hasta los 7,5 millones de euros, y la intención es que todo el mundo que cumpla los requisitos obtenga la ayuda, según el Pla100% Estiu presentado este lunes. De momento, han recibido beca un total de 14.911 niños y jóvenes con un presupuesto en total de 2.940.021 euros, según informa el propio Ayuntamiento.

Otros municipios están haciendo lo mismo, si bien tampoco está claro que entre todas las administraciones se pueda alcanzar a los más de 300.000 niños en situación de vulnerabilidad que hay en el país, según los cálculos de la Fundació Bofill. El Síndic aún añade otros miles: 250.000 niños en situación de riesgo de pobreza y cerca de 90.000 en situación de pobreza severa, dice en la nota hecha pública este lunes.

Si al final el verano pincha, no será únicamente por falta de esfuerzo presupuestario, según señala el Síndic de Greuges, que critica que “durante los últimos meses no se ha hecho un trabajo de acompañamiento suficiente a las familias desde los servicios sociales y desde los centros escolares para estimular la participación de los niños en situación de vulnerabilidad social a la oferta existente. La promoción de ayudas económicas es una condición necesaria pero no suficiente. Además de incrementar la financiación, pues, hay que desarrollar actuaciones que den a conocer y promuevan la participación de estos niños a las actividades”. Aparte, sin embargo, también reconoce que otra explicación de esta menor participación se debe “a la renuncia de muchas familias, sea por precaución de posibles contagios, sea también por el empeoramiento de las condiciones económicas que sufren”.

Un mes de agosto diferente

Con todo, el verano acaba de empezar y el balance no se podrá hacer hasta el final, y a pesar de que ha comenzado tímidamente, es posible que la participación se incremente sustancialmente en agosto, un mes en el que tradicionalmente hay mucha menos oferta, porque hay menos demanda, pero que este año puede ser muy diferente. En este sentido, el Síndic recomienda que las administraciones incrementen la financiación y la promoción de todas las actividades de verano, y que fomenten el acceso y apertura de todas las instalaciones municipales (escuelas, centros cívicos, bibliotecas, centros de entidades, instalaciones deportivas, etc.) a las entidades del ocio.

En el caso de la ciudad de Barcelona, ​​el Pla 100% Estiu refuerza la oferta asequible o gratuita en los barrios de atención social prioritaria, con los centros Baobab “para promover educación en el ocio en los barrios donde no hay oferta, y que cuenta con jóvenes de los barrios para el apoyo a la monitorización, así como otras actividades de verano que se están organizando en colaboración con entidades de estos territorios y que se harán por primera vez”. Aparte, desde el Consorcio de Educación se pone en marcha el programa Èxit d’Estiu en 26 institutos de secundaria para hacer refuerzo tres semanas del mes de julio para aquel alumnado de ESO con más dificultades. “Es una extensión del programa Èxit que se desarrolla durante el curso escolar y cuenta con la figura de un joven mentor para hacer apoyo y acompañamiento”, dice el Ayuntamiento en un comunicado.

Aparte, las 25 bibliotecas de la ciudad abrirán en agosto y los 20 centros cívicos organizarán también actividades. Unos y otros normalmente cierran durante el mes de agosto. El Ayuntamiento también ha elaborado dos guías, de orientaciones pedagógicas y de acompañamiento emocional, para las direcciones y para los monitores y monitoras, “para promover que las 500 entidades organizadoras incluyan ratos y metodologías centradas en la expresión oral, la lectura, y el juego matemático”.

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