Los altos niveles de contaminación del aire de Barcelona tienen un gran impacto en la salud de la ciudadanía, afectando principalmente al desarrollo y empeoramiento de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como algunos tipos de cáncer. Con el inicio de la pandemia de la Covid-19, sin embargo, se ha podido observar un descenso histórico de los niveles de contaminación del aire, especialmente durante el período de 30 de marzo a 14 de abril cuando el confinamiento fue total y las grandes industrias cesaron prácticamente toda su actividad.
En esta situación, el Grupo de Trabajo sobre la Evaluación del impacto de la Zona de Bajas Emisiones, liderado por la Agència de Salutd Pública de Barcelona, ha elaborado un informe que describe cómo el confinamiento por la Covid-19 ha afectado a la calidad del aire en la ciudad y qué aprendizajes se pueden obtener por la gestión y mejora de la calidad del aire, que impactarán consecuentemente en la mejora de la salud.
El informe, titulado ‘Aprendizajes en calidad del aire’, ha contado con la colaboración de otras administraciones implicadas, como el Departament de Calitat Ambiental, Medi Ambient i Serveis Urbans del Ayuntamiento de Barcelona, el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya y el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), además de numerosos científicos expertos en contaminación del aire, la salud ambiental y la movilidad. Para evaluar la evolución de los contaminantes atmosféricos en la ciudad a partir de la declaración del estado de alarma por Covid19 y las posteriores fases de desconfinamiento, se han seleccionado los contaminantes NO2, PM10, carbono negro y el O3. Se han diferenciado cuatro etapas diferentes para hacer el análisis de los datos: la etapa pre-Covid, la etapa Covid-confinamiento + fase 0, la etapa Covid-fase 0,5 y la etapa Covid-fase 1.
Un descenso histórico de los niveles de contaminación
Según señala el informe, a partir del estado de alarma, el descenso de la movilidad provocó una gran reducción de las emisiones del tráfico motorizado y los niveles generales de contaminación. Como han observado los investigadores, a partir del estado de alarma y hasta el 18 de mayo, la media de NO2 ha bajado un 55%, la de carbono negro un 63% y la de PM10 un 39% respecto al periodo pre Covid-19, situándose por debajo de los valores guía anuales de la OMS. La mayor parte de este descenso es atribuible al tráfico. A nivel de región, los niveles más elevados de NO2 se detectan en las áreas cercanas a Martorell, Sabadell y Granollers.
Teniendo en cuenta que la variabilidad meteorológica también influye en los niveles de contaminación, se estima que la reducción atribuible al confinamiento es de un 43% en NO2 y de un 21% en PM10. En cuanto al O3 nos encontramos que los componentes de éste han incrementado de media en la ciudad durante el período comprendido entre el 15 de marzo y el 18 de mayo en un 45%. Esto se debe a que el incremento de radiación solar durante los meses de primavera acentúa el O3. El incremento de O3 ha sido aún mayor en el Eixample y Gràcia-Sant Gervasi con un 57% de incremento.
A pesar de este descenso en los niveles de contaminación del aire de Barcelona, el informe señala que con el escenario actual de la ‘fase de reanudación’ llegarán a los niveles de contaminación en la ciudad de Barcelona que había antes de la crisis o, incluso, pueden ser superiores si no se aplican medidas permanentes para reducir los coches en la ciudad. Desde la Agència de Salut Pública de Barcelona señalan que “se necesitan medidas para reducir el tráfico en la ciudad, reducir los vehículos privados y mejorar el transporte de mercancías, así como mejoras en el transporte público metropolitano”. También se destacan como medidas que podían contribuir al descenso del tráfico y la contaminación de la ciudad la flexibilidad horaria, el teletrabajo y el fomento del transporte bici y en patinete.
De hecho, con el objetivo de reducir la circulación de los vehículos más contaminantes y mejorar la calidad del aire de la ciudad condal, el 1 de enero de 2020 entró en funcionamiento la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) Rondas Barcelona. Se preveían sanciones por el incumplimiento de las medidas que estaba previsto que comienzaran el 1 de abril, pero se pospuso con el inicio de la pandemia y se aplicarán a partir del 15 de septiembre.
La disminución del tráfico
A partir del inicio de la pandemia, la intensidad en el tráfico disminuyó en promedio un 75% en los accesos y en el interior de la ciudad y un 70% en las Rondas, aunque durante la fase 0,5 aumentó hasta situarse en un descenso del 57% en los accesos, un 55% en el interior de la ciudad y un 53% en las rondas. Durante el confinamiento, se ha visto incrementada la circulación de transportes de mercancías hasta representar más del 20% de la composición del tráfico.
La recuperación del uso del transporte público está teniendo una tendencia de incremento mucho menor que en el caso del vehículo privado y las motocicletas, con un descenso casi del 80% respecto a la situación pre-Covid, a causa del miedo de la población al contagio en los transportes públicos. Por el contrario, los resultados muestran una recuperación mucho más importante del transporte activo -a pie, en bici o patinete- y del transporte privado, que en abril ha incrementado su uso hasta el 34,4% de -la media en 2019 era el 26%. Este hecho tendrá efectos negativos sobre la calidad del aire.
El impacto de la contaminación en la salud
La evidencia científica indica que la contaminación del aire es un factor de riesgo de sufrir infecciones respiratorias. Estos efectos negativos de la contaminación en la salud, sin embargo, aparecen sobre todo por la exposición crónica, por haber respirado un aire contaminado durante meses y años. Según el informe del Grup De Treball sobre l’Avaluació de l ‘impacto de la Zona de Baixes Emissions, este descenso puntual de la contaminación que se ha producido durante el confinamiento, a pesar de ser brusco, tendrá un impacto menor sobre la salud de la población. La Agència de Salut Pública de Barcelona ha estimado que la bajada de la contaminación de la ciudad de Barcelona durante el confinamiento habría evitado 15 muertes. «Si la reducción de la contaminación durante el confinamiento se mantuviera de forma permanente, se estima que, a la larga, se evitarían cada año cerca de 800 muertes”, relata el informe.
A pesar de que el impacto en la mortalidad haya sido menor, el estudio señala que la reducción de las partículas contaminantes en el aire tiene otros beneficios para la salud, como la reducción del ruido, la reducción de los accidentes de tráfico, la recuperación de el espacio público para las personas y la reducción de las emisiones de efecto invernadero.
Por otra parte, tal y como indica el informe, estudios preliminares hechos en Italia y en Estados Unidos señalan que la contaminación del aire en las ciudades podría haber intensificado el impacto de la Covid-19, por lo que la población de las ciudades y regiones más contaminadas tendría un sistema inmunológico y respiratorio en peores condiciones debido a la contaminación y habría sido, por tanto, más en vulnerable en el caso de contraer el coronavirus.


