Todas las hipótesis apuntaban a que el verano y el calor supondrían una tregua en el número de contagios por coronavirus. El fin del estado de alarma y el consecuente aumento de la movilidad, sin embargo, han dado lugar a varios focos de contagios en todo el estado español. Uno de los focos más preocupantes es la comarca del Segrià, que en las últimas semanas ha experimentado un repunte importante de contagios, hasta registrarse más de 500 en la última semana, especialmente en las zonas fruiteras de la comarca. Ante esto, el pasado sábado, tras descartarlo el viernes, el Gobierno de la Generalitat anunció el confinamiento perimetral de toda la comarca.
Los trabajadores del Hospital Arnau de Vilanova, el más importante de la comarca, se muestran preocupados por el nuevo rebrote del virus, que no preveían que llegara antes de septiembre. «Hace poco más de dos semanas ya estábamos a punto de vaciar la UCI y estábamos todos muy eufóricos. Pero cuando quedaban dos pacientes volvieron a llegar más, y eso nos angustió mucho», explica Mireia Martínez, enfermera de UCI del Hospital Arnau de Vilanova. Actualmente, hay 42 pacientes ingresados con coronavirus en el Hospital, 5 de los cuales se encuentran en la unidad de cuidados intensivos. De momento, la presión asistencial no es intensa, pero esto no tranquiliza a los trabajadores. «El miedo siempre la tenemos. Estamos a la expectativa de lo que pueda pasar. Lo que vivimos en marzo y abril fue muy bestia, y no sé si podríamos volver a pasar por ello», señala Martínez. A pesar del miedo, reconoce que, hoy por hoy, la mayor parte de los casos son leves y se han dado sobre todo en población joven y sana.
Los profesionales arrastran meses de trabajo intenso asistiendo a los enfermos de coronavirus y no han tenido aún una tregua. «Estamos muy cansados. Todos esperábamos con ansia poder empezar las vacaciones de verano y desconectar, porque no hemos llegado a hacerlo. Pero ahora no sabemos con seguridad ni si las podremos hacer cuando tocaba», explica Martínez. Desde el Hospital se ha asegurado a los trabajadores que las vacaciones las harán cuando estaban estipuladas y que la plantilla estará cubierta. «Si es cierto que contratarán personal de otras comarcas, pero también sufrimos porque está habiendo un repunte de casos de coronavirus en otras regiones sanitarias y no tenemos muy claro si realmente esto se podrá hacer», señala Melba Sofía Concha, técnica en cuidados auxiliares del Hospital Arnau de Vilanova y presidenta de la Junta de Personal.
Respecto a la actual falta de personal y la búsqueda de nuevos trabajadores, José Ángel Montañés, médico de urgencias del Hospital Arnau de Vilanova y delegado del sindicato Médicos de Cataluña, señala que será muy complicado encontrar personal disponible para los meses de verano. «Necesitaremos personal de urgencias, de medicina interna y intensivista, que son unidades asistenciales que no son fáciles de cubrir, porque requieren gente con experiencia y alta especialización». De momento, el Departamento de Salud pidió el pasado martes que sanitarios y trabajadores sociales voluntarios de Cataluña acudan a Lleida para ayudar ante el aumento de casos de coronavirus que se esperan los próximos días, hasta que el confinamiento tenga los efectos esperados .
Según señala la representante de la Junta de Personal del Hospital, Melba Sofía Concha, la falta de personal es un problema que hace tiempo que se arrastra en la región de Lleida y en el mismo hospital. «Estamos muy infradotados de personal. Y ahora, con la pandemia, lo hemos notado aún más. Durante años no se ha cuidado al personal y muchos profesionales se han ido a trabajar a otros lugares. Ahora sufrimos las consecuencias», señala. De hecho, según un informe publicado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), Lleida es la provincia española donde hay más movilidad de médicos, que marchan a otros territorios donde tienen mejores condiciones salariales y laborales.
La técnica en cuidados auxiliares también señala la falta de espacios que tiene el Hospital, lo que, según explica, también se ha hecho más evidente con la pandemia. «Había un proyecto de ampliar las instalaciones del Hospital, pero con la pandemia se ha detenido a pesar de no sabemos cuándo se podrá reanudar», explica. Ante los nuevos brotes y para apoyar el área de urgencias del Hospital y evitar la acumulación de pacientes, el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) de la Generalitat instaló el pasado viernes un hospital de campaña , formado por tres módulos independientes, al lado del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida. Sin embargo, aún no se le ha dado uso.
Los trabajadores denuncian «falta de prevención» de las administraciones
El personal sanitario entrevistado denuncia que la situación actual se podría haber evitado si hubiera habido un adecuado control de los focos de contagio. «No hay estructuras suficientes para hacer este control. Las medidas de confinamiento han llegado tarde y mal», denuncia Montañés. Según explica, el sistema de vigilancia epidemiológica del Segrià está sobrepasado y no tiene suficiente personal para llevar a cabo un buen seguimiento y control de estos focos. «Cuando los casos son pocos, esto lo puede hacer la primaria, pero esta también está saturada y tiene también una falta de personal importante, y más aún en periodo de vacaciones», señala.
Montañés es de la opinión que se debería confinar a la población del Segrià y de otros territorios de alrededor de manera más estricta en casa. «Entiendo que social y económicamente es una situación muy difícil, pero desde el punto de vista sanitario sería la mejor solución para evitar la propagación del virus», apunta el médico de urgencias. A su juicio, y visto con la perspectiva de ahora, se intentó recuperar demasiado pronto la asistencia sanitaria ordinaria. “Se fue demasiado rápido para sacar trabajo pendiente y no alargar listas de espera, previendo que los brotes vendrían más tarde” indica.
Los sanitarios, más preparados que antes
La sensación entre el personal sanitario del Hospital es que ahora se sienten más preparados para afrontar la crisis, ya que la situación vivida durante el pico de la pandemia les ha llevado experiencia y agilidad en la gestión de los pacientes. «Ahora los enfermos los tenemos más controlados, sabemos cómo tratarlos, tenemos los protocolos mucho más claros y, incluso, nos vestimos más rápido», explica Martínez. Esta enfermera de la UCI explica que la incertidumbre del inicio de la pandemia y la gran carga asistencial era muy angustiosa. «Nos entraba un pacientes cada dos horas. Llegamos a doblar las camas de UCI que tenemos inicialmente, que eran 22, habilitando la UCI coronaria y quirófanos”, señala.
En la misma línea, Montañés explica que el Hospital está preparado y ha activado los planes de contingencia necesarios. «Esto lo hemos hecho antes de que la situación explotara mediaticamente. Días antes, viendo el brote de la franja de Aragón, nos pusimos en alerta y empezamos a dejar una planta vacía porque prevemos que habría un aumento de casos», explica. Además, los profesionales remarcan que actualmente disponen de una buena reserva de material de protección, por lo que, esto no debería ser un problema, tal y como lo fue en el momento álgido de la pandemia.
A pesar de que la situación esté bastante controlada, los sanitarios remarcan la necesidad de concienciación de la ciudadanía a la hora de cumplir las normas de seguridad estipuladas, como la obligatoriedad de llevar la mascarilla, cumplir la distancia física de seguridad y el lavado de manos.


