Detectar el 50% de los casos positivos y conseguir aislar el 40% de sus contactos y familiares. Es la receta para evitar una segunda ola y un segundo confinamiento total que propone un equipo de científicos en un artículo publicado recientemente en la revista Nature.

Con datos anónimos de movilidad y demográficos obtenidos en el área metropolitana de Boston (Estados Unidos), han estudiado tres capas diferentes de interacciones sociales: el puesto de trabajo y la comunidad, los hogares y las escuelas. Con estos datos, han elaborado un “modelo detallado basado en agentes” de la Covid-19.

Diferenciando entre los infectados asintomáticos, los que tienen síntomas y los que aún no han obtenido un “modelo que permite explorar estrategias relacionadas con el levantamiento de las restricciones y el rastreo y aislamiento de casos”. Los resultados apuntan en la línea de las actuaciones de los Estados que mejor han gestionado la pandemia y de lo que piden los expertos: hacer tests y más tests.

“Un período de estricta distancia social seguido de un robusto nivel de tests, trazado de contactos y cuarentenas domiciliarias podrían mantener la enfermedad en la capacidad del sistema sanitario a la vez que permite la reapertura de actividades económicas”, escriben los expertos en Nature. “Un sistema de respuesta basado en pruebas mejoradas y la traza de contactos puede tener un papel importante en la relajación de las intervenciones de distanciamiento social mientras no haya inmunidad”, insisten.

Tres escenarios diferentes

La coyuntura más positiva, la recomendada por los expertos que firman el estudio, es la ya mencionada: aquella en que el sistema sanitario es capaz de detectar el 50% de los positivos, como máximo, dos días después de que muestren síntomas. En este escenario, que viene después de un confinamiento como el que ya se ha dado en buena parte del mundo, el 40% de los contactos de los positivos son detectados y también cumplen cuarentena domiciliaria.

Salud hace una media de 8.500 PCR diarias, lejos de las 30.000 que prometió Argimon hace un mes

Si esta situación fuera verídica, según los cálculos computacionales, “la reducción de la transmisión conlleva un aplanamiento notable de la curva epidémica y parece limitar eficazmente el posible resurgimiento de una segunda ola epidémica”. Con sólo el 9% de la población haciendo cuarentena, que corresponde al 50% de positivos detectados y sus contactos, se evitaría una segunda ola. Esto sería mucho mejor que tener que recurrir nuevamente a “políticas masivas de distanciamiento social que afectan a toda la población y que tienen una duración de muchos meses”, recuerdan los científicos.

En un escenario en el que se ha hecho una desescalada pero no hay suficiente investigación de casos positivos y seguimiento de sus contactos, “no se impide el resurgimiento de la epidemia y hay una segunda ola de Covid-19” en cuanto se relajan las medidas. Según sus cálculos, la tasa reproductiva del virus llegaría fácilmente al 2, cuando tiene que estar debajo del 1 para que se considere que la pandemia está controlada. Actualmente la media catalana es de 1’02.

Los científicos se han aventurado también, con la ayuda de su modelo computacional, calcular cómo habría sido la pandemia si no se hubiera tomado ninguna medida de distanciamiento social ni confinamientos. Aseguran que en esta hipotética sociedad se darían 25’2 casos diarios de infección por cada millar de habitantes hasta llegar a un 75% de la población infectada. En el caso catalán, supondría que las infecciones serían más de 5’5 millones.

“Gracias a esta metodología podremos tener modelos epidemiológicos predictivos. Dentro de un año o dos, así como consultas el tiempo, podrás consultar el nivel de epidemias”, augura en declaraciones a eldiario.es David Martín-Corral, científico toledano que forma parte del grupo multidisciplinar e internacional que firma el estudio.

Evitar la saturación del sistema sanitario

“Una política proactiva de testaje, de trazado y cuarentena de los contactos permite una reapertura gradual de las actividades económicas con una baja incidencia de la Covid-19 que el sistema sanitario puede manejar”. En efecto, el quid de la cuestión es conseguir que en adelante los hospitales y centros de salud no vuelvan a saturarse como lo hicieron durante la primera ola.

“Que haya o no otra ola no depende del virus. No viene, está ahí. No viene, la ola la creamos haciendo lo que no toca”, resumió el científico, asesor y experto en control de pandemias Àlex Arenas en una entrevista a este medio . Partiendo de esta idea que la temida segunda ola no es como una tormenta que llega sino una situación que se crea, la saturación o no del sistema sanitario es clave para evitarla.

Detectar el 50% de los casos positivos y conseguir aislar el 40% de sus contactos y familiares evitaría una segunda ola

Si no se actúa temprano, avisan a los autores del estudio, “el sistema sanitario sufrirá grandes interrupciones en el servicio y se traducirá en muertes adicionales debido a los hospitales saturados de pacientes con Covid-19”. En estos momentos, según los datos del Departament de Salud, hay 642 pacientes ingresados ​​por coronavirus en Catalunya, de los cuales 129 se encuentran en las UCIs. En uno de los puntos más críticos de la primera ola, a principios de mayo, había 575 catalanes en las UCIs.

Catalunya: más tests, pero aún insuficientes

Si bien la tensión actual de las unidades de cuidados intensivos de los hospitales catalanes no se puede comparar con la de hace algunos meses, la situación “en cuanto a susceptibilidad es exactamente igual” dada la prevalencia a infectarse, asegura Arenas. El físico valora muy positivamente el cambio en la secretaría de Salud Pública con la llegada de Josep Maria Argimon: “Desde la llegada de Argimon ha habido un golpe de timón absolutamente brutal. Se han puesto los recursos sobre la mesa”, asegura.

Uno de los puntales del cambio de Argimon, y herramienta necesaria para cumplir con los requisitos de detección de los positivos y aislamiento de sus contactos, es el aumento de pruebas PCR. El nuevo secretario de Salud Pública anunció hace un mes que el Departamento tenía “capacidad de hacer 24.000 PCR diarios y la próxima semana será de 30.000”.

El número actual de pruebas es muy superior al de meses atrás. Por ejemplo, la consellera Alba Vergés aseguró a la CCMA el 5 de mayo que se estaban haciendo entre 5.000 y 8.000 diarias. Según los datos del Departament, en la última semana se han promediado 8.500 al día y el anterior 10.200. Si bien existe un incremento, quedan todavía muy lejos de las 30.000 que prometió Argimon.

La gestión más eficaz de los nuevos casos y rebrotes para evitar otra ola viene acompañada de “retos logísticos que incluyen la capacidad de diagnóstico rápido y a gran escala y un fuerte aumento del número de trazadores de contacto”, reconocen los autores estudio. Son dos problemáticas a las que actualmente hacen frente los sistemas sanitarios catalán y español. De cómo se afronten dependerá de que haya o no una segunda ola similar a la de la primavera.

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