La primera y más importante consideración que se tiene que hacer sobre la macroencuesta que han realizado los medios independientes en torno a la Monarquía es que es una buena señal el mero hecho de que se haya llevado a cabo.

La segunda, es que efectivamente contiene datos llamativos: una mayoría relativa (un 48,7%) aboga por un referéndum sobre la jefatura del estado y la mayoría de aquellos que expresan una opinión formada en torno al tema, tienen preferencia para la República, con un 40,9%, frente a un 34,9% que expresa sus convicciones monárquicas. Sin embargo, que el porcentaje de los que no saben, los que no irían a votar y los que declaran que se abstendrían sea mayor de la diferencia entre las dos opciones, muestra que efectivamente el tema ha entrado en la agenda política, pero que el debate está lejos de estar cerrado. Tres variables importantes parecen influenciar claramente las preferencias. La primera es la edad: son claramente más monárquicas las cortes de edad mayores que las generaciones más jóvenes, elemento que augura un aumento de la presencia del debate en el futuro. La segunda es la distribución territorial: no es homogénea y Cataluña lidera los porcentajes republicanos, Madrid los monárquicos. La tercera, finalmente, la opción política: a la izquierda (especialmente entre los votantes de Unidas Podemos, en menor medida del PSOE) se concentra el grueso de la opción republicana, en el PP y en Vox (pero también, aunque con porcentajes ligeramente inferiores, Ciudadanos) el grueso de la opción monárquica. 

Esta es la “macrofoto”, por decirlo de alguna manera, de donde han ido saliendo en estas últimas horas los titulares de los medios. Pero las informaciones que nos brinda la encuesta con muchas más y vale la pena pararse a considerar algunas de ellas un poco más de cerca.

La primera que llama la atención: la mayoría (en todas las cortes de edades, territorios, opciones electorales menos Vox, curiosamente) opta -en el caso de un sistema republicano-, por un jefe de estado elegido directamente por la ciudadanía y con poderes de intervención real. No se formula una pregunta directa en torno a los diferentes tipos de república. No se puede afirmar, por lo tanto, que el conjunto de la ciudadanía esté a favor de una republica presidencial (entre otras cosas por que las hay de diferentes tipos), pero sí que se concibe una futurible jefatura del estado republicana como claramente insertada en la dialéctica política, lejos de una función meramente arbitral, como pasa en el caso de muchas repúblicas parlamentarias. 

Esto lleva a la segunda información importante que hace referencia a la identificación ideológica que se hace de Felipe VI: un 41,5% lo identifica con la derecha o la extrema derecha, frente a un 26,6 con el centro o la izquierda. En este sentido, este elemento es un potencial defecto grave, ya que en otra parte de la encuesta la ciudadanía valora como especialmente importante (un 8,2 en una escala del 0 al 10), que el monarca sea neutral con respecto a las diferentes opciones políticas.

La tercera información importante hace referencia a la valoración global de la Monarquía y del jefe del estado actual. Si bien la institución suspende con un 4,3%, Felipe VI aprueba con un rotundo 5,8%, mientras que su padre suspende sin paliativos con un 3,3%. Esto, sin resucitar la antigua idea de que se pueda separar el ser monárquicos del ser favorable a un rey en concreto -lo que en el pasado se llamó juancarlismo-, dibuja un horizonte más accidentalista de lo que se puede desprender de los datos relativos a las preferencias institucionales sin más connotaciones.

La cuarta información importante es el amplísimo consenso en torno a la necesidad de reformar la Constitución, que se consolida con el 71,9% (opción que se dispara en el caso de los partidos que conforman el gobierno -en el electorado del PSOE con un 87,7% y de UP con un 95,2%- y en Cataluña alcanza el 80,5%), y de intervenir en la regulación de la Monarquía. En este sentido los porcentajes son contundentes con respecto especialmente a tres aspectos. En primer lugar, la responsabilidad del Monarca por los actos cometidos durante su mandato: un 77,9% de los encuestados se declara mucho o bastante favorable, y la suma de las dos opciones es mayoritaria en todas las edades, territorios y opciones políticas. En segundo lugar, la transparencia en cuentas, bienes y propiedades de la Familia Real: en este caso se declara mucho o bastante favorable a ello el 86% de las personas encuestadas y las dos opciones también son mayoritarias en todos los partidos, franjas de edades y territorios. Y, en tercer lugar, la eliminación de la prioridad masculina en el acceso al trono con la cual está mucho o bastante de acuerdo un 79,2%, reproduciéndose este consenso también por partidos, edades y territorios.

En definitiva, la foto que se desprende de la encuesta es la de una ciudadanía significativamente politizada (un 60% se declara mucho o bastante interesado por la política), que envía mensajes muy útiles para quienes quieran leerlos, que ayudarían mucho a orientar el debate. Una ciudadanía que pone el debate sobre la Monarquía sobre el tapete, quizá de forma no inmediata pero sí creciente (sólo hace falta pensar al sesgo generacional). Que avisa de una desafección clara en algunos territorios y en algunas opciones políticas concretas. Pero, sobre todo, que marca también la ruta de los próximos pasos a dar en el tan importante mientras tanto. Expresa su apuesta para una reforma de la Constitución y se diría que exige que mientras haya Monarquía en España ésta tiene la obligación de ser transparente, auditable (incluso judicialmente) y paritaria desde un punto de vista de género. De la manera en que los actores políticos sepan recoger estas indicaciones y ponerse manos a la obra, dependerá también la posibilidad de revertir el dato quizás más preocupante de la encuesta, según el cual para el 19,4% de los jóvenes de 16 y 17 años es poco o nada importante vivir en un país gobernado democráticamente. El sistema democrático debe saber convencerlos y sólo puede hacerlos si funciona.

Share.
Leave A Reply