Gestar un hijo es tan cansado que es casi una tortura, “maldito tabú, maldita mentira, por qué me dijeron que era bonito y no una paliza”. Parirlo “es una salvajada que da miedo, es el acto más bestial que puede hacer un cuerpo”. Y criarlo… “ay madre, siento que es muy dulce pero también un infierno”. Con esta crudeza describe la maternidad la cantautora Nuri Total, alias de Núria Cela y madre de una niña de tres años que lógicamente es la principal fuente de inspiración de unas canciones que comenzó a imaginar durante el confinamiento de hace un año. “Empecé para salir del aburrimiento, luego vino el verano, y en septiembre, cuando mi hija empezó P3, me puse de verdad”, explica. Durante semanas trabajó en el proyecto “de una forma casi compulsiva, me despertaba por las noches para escribir y componer, no podía parar, Al final hice doce, pero tenía muchas más”.
Otras canciones tienen más humor. En Ja us ho fotreu una madre sueña que se larga y abandona la familia y que sola en el mundo se encuentra fantásticamente bien. “Es una de las canciones con la que más se han identificado quienes han escuchado el disco”, confiesa Nuri Total, y por eso la han elegido para hacer un videoclip (a continuación). En Una guerra y dos collejas habla de un bebé que acaba harto de oír las discusiones entre el padre y la madre, que no se ponen de acuerdo sobre nada relativo a la crianza. En otros temas aborda la sexualidad perdida después de tener una criatura, o como el cuerpo se transforma y “las tetas caen hacia abajo como dos crepes planchadas”. Pero también está el amor maternal, que es incondicional. A El Satèl·lit describe el compañero/marido/padre como un artefacto que orbita alrededor del planeta de amor que forman madre e hijo sin verse capaz de entrar. En Univers, moltes gràcies describe una madre a la que le cae la baba con su hijito: “Y ahora entiendo el amor que sienten las mamas, amor infinito cargado de agradecimiento, algodón, frases cursis desfasadas”.
Les creps planxades fue la primera canción, escrita en mayo. En octubre ya estaba todo escrito, siete temas en catalán y cinco en castellano ( “no pienso, en la lengua, es tal como me sale”), en diciembre se registraban las canciones a la hora que se trabajaba con las ilustraciones y en febrero el libro-disco ya salía del horno. El proyecto tiene todavía una última fase pendiente, que es llevarlo arriba del escenario. “Me gusta que entre canción y canción puedan pasar cosas, ahora nos ponemos a crear el espectáculo y en principio en septiembre queremos estrenar”, añade Nuri Total.
Las ilustraciones de Aina Sallés, tanto o más descarnadas como las letras de las canciones, acaban de confirmar que no te confundes, y que la letra quiere decir lo que dice. “Con Aina tuvimos mucha relación durante todo el proyecto y ella me preguntó mucho qué sentía de cada canción y como me sentía yo, el proceso fue muy chulo porque yo le decía tres o cuatro ideas de cada tema y luego lo que ella plasmaba era tal cual lo que yo me había imaginado”.
Escribir para entenderse
Asegura la cantautora que “no quería enviar ningún mensaje en concreto ni había ninguna intención premeditada para hacer algo reivindicativo o feminista, no me lo planteé en ningún momento, fue después que vi que todo el conjunto tenía un punto transgresor”, ya que “la maternidad normalmente te la pintan de una forma muy idílica, y cuando te encuentras dices «ah vale, o sea que también va de esto otro»”. La compañía Nuri Total hace espectáculos para público infantil y familiar, como Bitxos raros, que alterna con otros, como este, pensados para el público adulto. “Yo escribo canciones para entenderme un poco mejor, siento que puedo expresar cosas a través de las canciones y de la música, y lo intento hacer con humor pero sin pelos en la lengua”, comenta.
Cada madre tiene su visión de la maternidad, “cada una lo vive de una manera y no hay una única manera de vivirlo”, admite la cantautora. Y Ay Madre es la suya. “Lo que yo he vivido y siento es que la maternidad es muy intensa, y tanto lo es por la parte maravillosa como por la parte más pesada”. En todo caso, asegura que es un proceso muy solitario, en especial durante el posparto, y que sobre este sentimiento sí ha encontrado un alto grado de coincidencia con otras madres. “La maternidad te sitúa en un viaje en soledad por muy acompañada que estés, porque tienes una criatura que depende de ti y tienes un cuerpo que ha hecho una metamorfosis bestial y que se debe recuperar, y te das cuenta que estás sola con tu cuerpo en todo esto”.
La época del posparto es la más difícil, opina, y sobre ella plana el principal tabú de la maternidad. “Hay mucha información sobre el embarazo y el parto, pero hay muy poca de esta época brumosa que es el posparto, que parece que debe ser una etapa maravillosa porque ya tienes a tu bebé, y no es que sea horrorosa, pero sí que te encuentras de golpe en medio de un viaje hormonal y emocional que muchas madres coinciden en que es muy duro, porque ahora ries y ahora lloras, porque no duermes de noche y te duermes de día, y por todo este cambio que te ha hecho el cuerpo”, asegura Nuri Total.


