Pocos meses antes de iniciarse las negociaciones del convenio de los trabajadores del Muelle de la Energía del Port de Barcelona, TEPSA (Terminales Portuarias SL), una de las principales empresas que opera en el muelle, ha despedido a dos trabajadores de la sección sindical de la CGT. Según las mismas palabras del sindicato en un comunicado, «en el último año la Dirección de Terminales Portuarias SL en Barcelona, de la mano de la nueva incorporación a la Dirección del Sr. Ignasi Marí Gimeno, ha emprendido una campaña de presión, sanciones y despidos que está llevando a una situación límite a la plantilla y que está generando un grave riesgo para todos en materia de seguridad». Así, estos despidos llegan también después de una alta actividad sindical denunciando la sobrecarga y la externalización de ciertos servicios en el puerto.
Entendiendo que aparte de TEPSA quien es también responsable de ello es la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB), los trabajadores del conocido como muelle de inflamables, así como otros compañeros que quieran apoyarlos, están convocados a las 10 horas del viernes 16 de abril en las puertas de la APB, en el World Trade Center, donde exigirán una audiencia. Javier Romero, delegado sindical de la CGT en el comité de empresa de TEPSA, nos cuenta que ya han hecho un escrito pidiendo una audiencia, pero por ahora no han recibido respuesta. «Mientras con nosotros no quieren hablar, sí lo hacen con la empresa», denuncia. Y explica que esto pasa por que «al final tienen una relación clientelar: TEPSA es concesionaria del puerto de Barcelona y a la APB le paga por los terrenos mucho dinero. Les dan manga ancha». Desde el sindicato apuntan que la APB tiene el poder para saber que pasa dentro de las empresas que operan en el puerto y que sí no hace controles, es porque no quiere. Hay que recordar que la Autoridad Portuaria es un ente público gestionado por Puertos del Estado.
No es la primera vez que se pide una audiencia. Ya pasó el año 2018 durante la huelga contra la externalización y los despidos del personal de mantenimiento. «Pedimos audiencia para hablar todo esto, pero no nos la dieron, entonces nos dijeron que si teníamos problemas con la seguridad, que fuéramos a inspección de trabajo», explica Romero.
Estas afirmaciones son muy graves dado que como se especifica en la concesión de la Autoridad Portuaria, la actividad de TEPSA es una actividad clasificada como especialmente peligrosa. El Muelle de inflamables es el nombre con el que se conoce la parte del Port de Barcelona dedicada a los barcos que transportan líquidos a granel: petróleo, productos químicos… Los operarios del muelle se encargan entre otras tareas de posicionar los buques, conectarse con brazos o mangueras flexibles y efectuar la carga o la descarga. Por un pacto ganado durante las negociaciones del anterior convenio, los trabajadores de TEPSA no pueden hacer más de 12 horas de trabajo. Sin embargo, hay trabajadores a las órdenes de otras empresas que sobrepasan las 14 horas. Sería el caso de los trabajadores de mantenimiento, que fueron externalizados en 2018 después de una serie de movilizaciones.
De una rebaja de sueldo a un ERE estatal
Las demandas actuales tienen que ver justamente con el fin de la precarización, externalización y sobrecarga de la plantilla, la reincorporación de los trabajadores despedidos y el fin de la represión sindical. Pero la historia del tira y afloja sindical de los trabajadores con TEPSA viene de lejos.
Los sindicalistas de la CGT sitúan el conflicto actual en 2013, cuando la dirección del momento, apuntan, «empezó a quererse cargar el convenio laboral». Javier Romero nos cuenta que como sector estratégico, la crisis económica del 2008 en el puerto llegó 5 años más tarde. Fue entonces, en 2013, cuando TEPSA quiso hacer una inaplicación de convenio y rebajar el salario de sus trabajadores un 20%, así como también quitarles condiciones como los tickets restaurantes. Entonces, convocados también por CCOO, hicieron una huelga que duró tres días. El resultado fue conseguir una rebaja solo del 5% del sueldo para poder a cambio no despedir a nadie.
Esto ocurría en el año 2013 y en agosto de 2014 se presentaba un ERE a nivel estatal. Terminales Portuarias SL opera en Valencia, Tarragona, Bilbao y Barcelona. Este ERE afectaba 40 personas, 19 de ellas en Barcelona. El sindicato convocó una huelga indefinida que duró 40 días y, si bien no logró detener el ERE, mejoró mucho las indemnizaciones de los despedidos y se reconoció que estos eran improcedentes.
Empiezan las externalizaciones
El año 2018 hubo otra convocatoria de huelga para denunciar principalmente la falta de seguridad, pero también para responder a las externalizaciones de algunos servicios del Puerto. La CGT convocaba entonces una huelga por la readmisión de tres trabajadores despedidos, pero también en protesta por los «procesos de precarización y externalización». Y es que como denunciaban, los contratos externos eran más precarios y algunos con jornadas que subían hasta las 15 horas.
Estos servicios externalizados serían por ejemplo el de mantenimiento y operativas de carga y descarga de mercancías peligrosas por vía ferroviaria, el de operativas de envasado de pesticidas, y el servicio de vigilancia de la seguridad que es un recurso preventivo. Para Romero, las condiciones de estos trabajadores son muy precarias: «los trabajadores son competentes, pero trabajan con mucha más presión que nosotros porque si se enferman, al día siguiente ya viene otro cualquiera que no sabe en que estamos trabajando a enfrentarse a trabajos muy peligrosos como manipular productos cancerígenos, corrosivos o sustancias inflamables». Otro problema que apuntan es el hecho de que cuando se realizan simulacros estos trabajadores externos no participan: «no hay una coordinación entre empresas y debería existir por seguridad, porque está habiendo incidentes por ello, por falta de comunicación”.
Una de las grandes diferencias entre formar parte de TEPSA o ser trabajador externalizado es la cantidad de horas trabajadas. Por convenio, los trabajadores de TEPSA no pueden superar las 12 horas de trabajo seguidas.
Una sobrecarga que peligra la seguridad
Aun así, en el año 2019, TEPSA hizo una reestructuración teniendo una actividad muy alta, pero alegando que no se llegaba a objetivos. Esto no significa que no hubiera productividad ni hubiera pérdidas, significa que no se conseguía lo que se quería. Al hacer la reestructuración, los trabajadores vieron evidente una sobrecarga de trabajo mediante horas extras y mucha flexibilización de horarios. Esto, como denuncia la CGT, ha derivado en bajas, accidentes e incidentes. Ante esto, explican, que la empresa les propuso negociar con el comité el descuento de 45 minutos de tiempo diario, lo que para Romero «escondería las horas extras».
Los dos despedidos de los que piden ahora su readmisión se realizaron mientras la sección explicaba estas manipulaciones a los trabajadores. «Uno de los despedidos fue delegado sindical justamente de prevención durante 4 años y el otro llevaba 35 años trabajando en la empresa y es padre del convenio actual», explica Romero. El sindicato entiende que los dos despidos han sido muy simbólicos, «uno por la seguridad y el otro por su fuerte recorrido sindical y su inserción con los compañeros». Los motivos que les transmitieron para despedirlos son, a su entender, «absurdos».
«Uno de ellos entró a las 6 de la mañana a trabajar y como no había trabajo concreto a hacer, fue a la sala de descanso. Dicen que lo encontraron durmiendo, que no cuela, el supervisor dijo que sabían que estaba allí esperando que saliera algo para darle trabajo, pero igualmente lo han despedido», explican. Y es que según como lleguen las mercancías, el trabajo en el puerto tiene subidas y bajadas de trabajo, y es en estos ratos cuando los trabajadores esperan en las salas de descanso. Acusado de poner en peligro los compañeros y la terminal, lo despidieron.
Como otros trabajos, durante toda la pandemia se ha estado utilizando alcohol para limpiar las zonas comunes. Mientras el otro despedido movía las garrafas de 10 litros de una lado a otro para evitar que estuviera en una zona con productos químicos le dijeron que estaba robando. «Esto no se lo creyó nadie», dice Romero, «es una guerra sucia donde nos dicen que si quieren, nos pueden echar».
Contra la precariedad y la inseguridad, Puerto en lucha
Ante esta situación, los trabajadores del muelle de inflamables organizados dentro de la CGT llaman a la movilización y coordinación de todos los colectivos del Muelle de Inflamables y de la Comunidad Portuaria en general para este viernes 16 de abril, a las 10 horas frente al World Trade Center (Drassanes).
Allí denunciarán «la sustitución del personal cualificado y con larga experiencia por personal subcontratado, precarizado y casi sin formación ni experiencia», que la empresa «persiga y despida a los trabajadores que con su actividad sindical han trabajado durante años para condiciones más seguras y preventivas, implementando numerosas mejoras», y la sobrecarga de trabajo «a la cada vez más reducida plantilla, incrementando el riesgo de accidentes». Aparte, pedirán la readmisión inmediata de los trabajadores despedidos, un movimiento que creen que llega para debilitar los trabajadores antes de una negociación del convenio que debería comenzar este noviembre de 2021.
Todo ello, en defensa de unas condiciones laborales dignas, pero también para detener todas estas problemáticas que pueden repercutir directamente en un incremento del riesgo de accidentes y pudiendo afectar esto no sólo a la misma plantilla sino al conjunto de la comunidad portuaria y a la población de los municipios cercanos al Puerto.


