
Este aniversario llega marcado por la renuncia de Pablo Iglesias a sus cargos institucionales y de partido. Hay quien lo ha aprovechado para apuntar el final de ciclo del 15M. Resulta un punto sorprendente cuando apenas se ha hablado del 15M, de este supuesto ciclo, en todos los años anteriores para analizar la política institucional u otros ámbitos de nuestra sociedad. Parece que ahora va bien, queda bien en un titular o en un artículo de consumo rápido.
Quizás una manera de ordenar las reflexiones y análisis sobre el 15M pasaría por distinguir y precisar lo que es pasado, presente y futuro. Las manifestaciones, las acampadas, las asambleas …, son pasado. Ya no están. Las movilizaciones que dieron vida al 15M, son pasado. Fueron esenciales para llevar a amplios sectores de la sociedad un malestar, unas reivindicaciones, una voluntad de levantarse, que había sido organizada desde un grupo de colectivos. No eran las primeras movilizaciones que daban respuesta a la crisis económica y los recortes que ya hacía meses que se vivían. El mismo fin de semana, por ejemplo, el sábado 14 de mayo, en Barcelona, hubo una gran movilización organizada por diferentes sindicatos contra los recortes. Fue una marcha mucho mayor que la del 15M, pero aquella que desencadenó la gran movilización fue la marcha pequeña. ¿Por qué?
Tenemos que pensar en el conjunto de malestares acumulados. La manifestación del 15 de mayo y las acampadas posteriores fueron capaces de convocar a sumarse a una movilización que se consideró esencial. Iba mucho más allá de criticar los recortes, hacía presente el gran malestar acumulado durante demasiado tiempo: ¡Democracia Real Ya! ¡No nos representan! ¡No somos mercancías en manos de banqueros, empresarios y políticos! Se abrió un periodo de movilización masiva, de ganas de participar, de pensar lo que no funcionaba y lo quería ser. El 15M fue un tiempo de utopía, de deseo, de politización, de compartir anhelos …
El 15M es en parte pasado, un pasado que se ha querido enterrar en muchos momentos y que también se ha querido aprovechar. En todo caso, tiene parte de pasado, pero también de presente. Diría que se puede hacer este análisis. El 15M está presente en las movilizaciones que hoy continúan y que surgen de aquel 2011. El 15M está presente en la política institucional que hoy continúa y que surge de aquel 2011. El 15M tras el primer año, cuando ya mucha gente lo daba por terminado, evolucionó, mutó, hacia otras formas de organización y movilización. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca había nacido en 2009, pero, influida por el 15M, vivió un gran desarrollo después del 2011. El 15M fue un gran dinamizador de otras movilizaciones y su movilización continuó por otros caminos. Por el camino del derecho a la vivienda, pero no sólo. El feminismo, el ecologismo, la renta básica, los derechos de las personas migrantes, el independentismo …
También hubo otro 15M, aquel que desde la movilización optó por intentar hacer otra política institucional. Quiso entrar a gobernar las instituciones. Personas que seguramente nunca se habían planteado esta opción, por efecto del 15M, consideraron que podía ser el momento de completar la política hecha desde la movilización social con la política institucional. En 2014, poco después del tercer aniversario, Podemos entra en el Parlamento europeo. Se empieza a abrir el camino del 15M institucional, pero no olvidemos la entrada de la CUP en el Parlamento de Cataluña en 2012. Después llegarían las elecciones municipales de 2015, y allí se ve la proliferación de candidaturas municipalistas vinculadas al 15M que se presentan a las elecciones y algunas de ellas llegarán a gobernar. Barcelona y Madrid, y más localidades, pasarán a ser gobernadas por estos nuevos proyectos políticos que buscan poder hacer otra política.
Es un hecho excepcional históricamente hablando que Barcelona en Común o Ahora Madrid pudieran llegar a gobernar. Excepcional como concepto más allá de una valoración positiva o negativa. Excepcional por nada habitual. El 15M, su movilización, la capacidad de llevar al centro de la sociedad ideas, valores, propuestas, que estaban en los márgenes, que eran minoritarias, hace posible este cambio político. Es verdad que en estos nuevos proyectos políticos hay partidos tradicionales que habían gobernado, pero siempre habían sido los partidos más pequeños de las coaliciones de gobierno. Esta política institucional vinculada al 15M continúa hoy gobernando en el Ayuntamiento de Barcelona o al Gobierno de España. En ambos casos estamos ante gobiernos de coalición con el PSC / PSOE. Y no podemos dejar de recordar que éste presente es contradictorio con el pasado. El 15M gobernando con aquel partido que gobernaba en España y Barcelona cuando el 15M se levantó. ¿Qué implicaciones tiene esta contradicción? Muchas. La movilización ha llegado a gobernar, ha podido llegar a acuerdos, pero deberá asumir parte del programa que contestaba. ¿Será posible garantizar el derecho a la vivienda? ¿Será posible analizar los déficits democráticos que se apuntaban desde el 15M y que el PSOE no reconocía? Pero el 15M está presente en los gobiernos y sus planteamientos, y también en las movilizaciones que no se han dejado de suceder y que pueden enfrentarse a estos gobiernos o apoyarlos.
El futuro. El 15M también es futuro. Estos días se repite la pregunta: ¿Habrá otro 15M? No lo sabemos. Estas grandes movilizaciones quedan fijadas como un referente hasta que llega otra y las supera o sustituye, por el motivo que sea. Antes del 15M se acostumbraba a comparar con “68”. ¿Habrá otro 68? Ahora se pregunta por el 15M. Hay que entender las circunstancias en las que surgió el 15M y el trabajo que hubo detrás para pensar esta pregunta. En todo caso, no sé si es muy relevante hacer futurología. Quizás lo más interesante es pensar y analizar como lo que hoy todavía tiene que ver con el 15M quiere que sea su futuro. ¿Como será este futuro? El 15M se puede analizar como una gran ola de movilización aún abierta, este es su futuro. ¿El movimiento por el derecho a la vivienda alcanzará una nueva ley de la vivienda que el garantice? ¿Lo conseguirán aquellos proyectos políticos que han entrado en las instituciones? ¿Aquellas otras maneras de hacer política se podrán desarrollar y consolidar?
El futuro del 15M también estará en las próximas olas que surjan siguiendo la voluntad democratizadora que impulsó e impulsa. Cuando estudiamos los movimientos sociales solemos hablar de diferentes oleadas de movilización social. Diferentes períodos durante el siglo XVIII, XIX y XX, por ejemplo, en los que ha habido una gran ola de movilización feminista. Se habla del feminismo de la primera ola, de la segunda, de la tercera… Hasta la de la actualidad. El 15M puede dar nombre a una ola que empieza antes de 2011 y aún está por ver cuando termina, necesitamos un poco de distancia para realizar los análisis. La historia nos hace pensar que esta ola acabará, pero podrán venir otras. No surgirán directamente de aquel 15 de mayo de hace 10 años, veremos qué las marcará. Pero al igual que antes hubo otras oleadas democratizadoras, lo que se llamó antifranquismo, por ejemplo, podrán venir nuevas. Las necesitaremos.

