Las elecciones al Consejo Rector del Instituto de Personas con Discapacidad de Barcelona (IMPD) inicia el periodo de elecciones el próximo 1 de junio. El Consejo Rector es el órgano de gobierno del IMPD que aprueba su plan general y programa de actuación. Las elecciones se realizan cada 4 años y este año se renuevan para reconstituir un consejo que está formado por 20 miembros, 10 representantes del Ajuntament y 10 representantes de las personas con discapacidad. Estos 10 representantes se distribuyen por sectores de discapacidad de manera proporcional a su presencia en la población: discapacidad física, trastornos de salud mental, discapacidad intelectual, auditiva y visual.
Barcelona es una ciudad diversa y por sus características hay que trabajar ejes como la accesibilidad. Dado que en Barcelona hay más de 152.000 personas con discapacidad y el Consejo Rector es el primer órgano del Ajuntament donde los ciudadanos pueden incidir directamente en la toma de decisiones políticas, es necesario que el colectivo vote y haga llegar sus propuestas y demandas.
Accesibilidad universal, pero también mejoras para la autonomía personal o planes para trabajar la inclusión laboral son algunas de las líneas maestras que el IMPD tiene en cuenta.
Hablamos con Joan Ramon Riera, concejal de Infancia, Juventud y Mayores en el Ajuntament de Barcelona y también presidente del IMPD. Lo hacemos a pocos días del inicio del periodo electoral, que será del 1 al 16 de junio de manera virtual, mientras que del 17 al 19 de junio se permitirá votar presencialmente.
Para entrar en materia, ¿cómo funciona el Consejo Rector del IMPD?
El seno del Consejo Rector a grosso modo va por unidades. Una unidad es un tejido asociativo y los diferentes colectivos de personas con discapacidad que lo rodean. Por otra parte, también están los representantes de los grupos políticos y la estructura ejecutiva del propio instituto. Es el órgano de gobernanza del instituto municipal de personas con discapacidad
¿Cómo se reparte la representatividad en el Consejo Rector?
Hay espacios para la discapacidad auditiva, visual, intelectual, personas con trastorno de salud mental y para las personas con discapacidad física.
En estas elecciones, durante el proceso, se han presentado 14 candidaturas diferentes. Responden y representan a estos sectores?
Sí. Donde hay más movimiento es en el sector de la discapacidad física que es donde hay más grueso de personas. Ahora estamos en un momento en que es importante hacer un poco de hervor, si me dejas decirlo coloquialmente, entre las diferentes entidades y colectivos para hacer una llamada a la participación.
En Barcelona tenemos más de 150.000 personas, casi un 10% de la población, que tiene un certificado con algun tipos de discapacidad. Estas son las personas que tienen derecho a voto. Y en la medida que estas participen de las elecciones y de sus representantes, el Consejo Rector ganará fuerza y legitimidad. Es importante hacer difusión de eso para hacer un llamamiento a la participación porque como Ajuntament necesitamos unos colectivos fuertes, de un interlocutor como más sólido posible. Siempre he dicho que no debe asustar que las entidades sean exigentes. De hecho es importante que sean exigentes con la ciudad. Después ya buscaremos los presupuestos donde haga falta, pero si de verdad ambicionamos una ciudad accesible y amigable es importante que la punta de lanza de este ámbito, que son los colectivos con discapacidad, estén fuertemente empoderados.
Como Ayuntamiento necesitamos unos colectivos fuertes, de un interlocutor como más sólido mejor
Al final para que las cosas puedan funcionar, es necesario que sea la gente que lo vive quien lo explique y comparta.
La semana pasada se celebró la semana de la arquitectura y una de las cosas que se decían es que si queremos avanzar en términos de accesibilidad universal necesitamos construir alianzas sólidas entre institución, el Ajuntament de Barcelona, los colectivos de personas con discapacidad e ingenieros y arquitectos. Estos últimos son los que han de empatizar y nos tienen que encontrar la solución técnica. Muchas veces la solución está en un factor de diseño, en un elemento de diseño del espacio público o de un dispositivo, de algún gadget tecnológico… Necesitamos crear mucha conciencia en el mundo técnico. Hay que activar el mundo de los arquitectos, los ingenieros, los desarrolladores tecnológicos, que conozcan y sean empáticos con esta realidad que la ciudad vive.
A nivel cualitativo uno necesita todo esto para funcionar, claro. Pero a nivel cuantitativo, ¿habéis analizado otros mandatos del consejo y habéis visto que las cifras de participación no son muy elevadas?
Como en todos este tipo de elecciones, la participación no es muy elevada. Al igual que en el Ateneu Barcelonès, el Colegio de Abogados o la Cámara de Comercio son elecciones muy importantes, pero no tiene nada que ver con un proceso electoral convencional como lo conocemos. Es decir, no sólo en el IMPD, en muchas otras entidades pasa lo mismo en cuanto a participación. El gran éxito a veces es llegar al 10% de la participación. Si tú pones en relación a la población de Barcelona con la gente que ha participado con los presupuestos participativos, también te saldría muy poquita cosa, pero no por ello debemos dejar en un cajón los presupuestos participativos. Al contrario, lo que tenemos que hacer es trabajar y potenciar que esto crezca.
¿Cada cuando se reúne el Consejo una vez está constituido, se llevan propuestas que se hablan en plenos posteriormente, qué poder tiene?
En el seno de la gobernanza del que es el consejo rector del IMPD hay dos grandes documentos que son la aprobación preceptiva del propio Consejo: la memoria y el presupuesto anual, el plan estratégico. Después en el seno del propio consejo también se debate la acción de gobierno y se intenta sobre todo consensuar la línea estratégica de cuáles son las prioridades a abordar. Yo no me atrevo como concejal y presidente del IMPD a marcar las líneas estratégicas de la accesibilidad en la ciudad de Barcelona sin haberlo discutido con el sector.
¿Funciona como mesa de diálogo? ¿Sobre qué se ha discutido más durante el último mandato?
Te pongo un ejemplo, la ciudad de Barcelona en términos de accesibilidad es una ciudad que en comparación a otras ciudades del mundo está en el top 5. Tenemos unos niveles de accesibilidad física muy buenos. ¿Debates que hemos tenido durante este mandato? Quizás es la hora de poner sobre la mesa y priorizar más el acceso digital y comunicativo. Ya sabemos que en temas de acceso físico hay carencias. Seguro, siempre hay. Pero tal vez estamos en un momento que si realmente apostamos por la accesibilidad universal de todos y todas tenemos que dar un paso adelante en términos de acceso sensorial y comunicativo porque con eso no vamos tan bien como temas físicos.
La movilidad en el transporte público, bus y metro, tiene avances muy importantes en los últimos años que han sido muy sustanciales. Acabamos de hacer un avance muy sustancial en términos de sensibilidad sensorial en el metro. Se llama NaviLens y son estos QR, pero de colores, que vamos encontrando. Esto lo escanea una persona con capacidad visual con el móvil y el móvil le cuenta lo que tiene alrededor. Te dice ‘estás a tres metros de llegar a la escalera mecánica, a la derecha tienes la L1 y a la izquierda la L3’. Son QR que están implementándose en toda la red de metro y te guían. Esto es un ejemplo, pero seguro que a nivel de acceso sensorial hay más cosas que se deben hacer y todo esto se debe discutir y se debe debatir.
Esta ciudad ha decidido empezar a caminar y tiene una propuesta de nuevo diseño del espacio público
¿Qué retos y qué carencias resalte del último mandato? ¿Tiene ubicadas propuestas donde seguro que se debe trabajar mucho más?
El gran tema que ahora tenemos sobre la mesa es que hay una ventana de oportunidad sobre la mesa porque el espacio público está en transformación. Esta ciudad ha decidido empezar a caminar para pasar de ser una ciudad a medida del coche a ser una ciudad a medida de la persona. Hay una propuesta de nuevo diseño de espacio público. Hay una propuesta de avanzar y pluralizar. Que el espacio público sea aparte de movilidad a pie, un espacio jugable. Donde los niños puedan jugar. ¿Esto qué quiere decir? Quiere decir si se pluraliza el diseño del espacio público y que sirva para muchas más cosas que para ir de casa al trabajo y del trabajo a casa, esto significa que también tenemos que garantizar hacerlo accesible, en términos de accesibilidad universal. No tiene sentido que hagamos grandes reformas del espacio urbano si estas reformas no integran la accesibilidad universal. Y ese es el gran reto: hacer la ciudad no sólo accesible sino también amigable. La punta de lanza son los colectivos de personas con discapacidad, pero quien más quien menos alguna vez en la vida ha llevado muletas o ha llevado un cochecito. Aquí los grandes beneficiarios no sólo son los colectivos de las personas con discapacidad, sino que son las personas mayores, los cuidadores, los niños. No existe un prototipo de ciudadano medio que sea instigador del diseño de la ciudad. Debemos integrar la pluralidad en el propio diseño de las calles y las plazas.
Además de tener en cuenta el punto de vista de las discapacidades, es importante hacerlo desde una perspectiva feminista. Que las calles sean seguros.
Tenemos a Laura Pérez trabajando desde feminismos también por el espacio público. Desde el IMPD estamos en diálogo con ecología urbana precisamente por eso, para integrar la accesibilidad en el nuevo diseño del espacio urbano. Después, desde infancia también está el objetivo de hacer la ciudad jugable… Todas estas cosas han de conjugar en el mismo terreno y debemos ser capaces, este es el gran reto. Y las entidades deben ayudarnos porque son un aliado estratégico fundamental. Necesitaremos de un diálogo franco, sincero y transparente para que nos digan cómo ven ellas la ciudad, como la viven, para poder hacer avances sustanciales con los usos.
No existe un prototipo de ciudadano medio que sea instigador del diseño de la ciudad. Debemos integrar la pluralidad en el propio diseño de las calles y las plazas
Más allá del entorno, desde el Consejo se trabaja en otros elementos.
Me he centrado mucho en la piedra de la ciudad, pero el IMPD por un lado es prestador de servicios. Estamos prestando servicios de atención y promoción a las personas con discapacidad. Te pongo un ejemplo, yo creo que es nuestro servicio estrella, tiene muy buena acogida, que es el de la asistencia personal. En la línea de trabajar por la autonomía personal, es necesario que la gente pueda no tener que vivir institucionalizada en una residencia y pueda valerse por sí misma en su propia vivienda. Hay dos grandes ramas muy importantes. Uno, el servicio de asistente personal, que durante unas horas al día ayuda a las personas. Y por otra parte, la línea de ayudas que estamos trabajando con vivienda, que es incorporar medio millón de euros a las líneas de ayuda a la rehabilitación para poder hacer mejoras de sensibilidad física y sensoriales, dentro del espacio privado, dentro de las casas. No estamos hablando de cambiar la bañera por el plato de ducha, que esto es algo más típico y mucha gente mayor lo hace. Estamos poniendo sobre la mesa que cambiar la bañera por el plato de ducha, por supuesto que sí, pero también instalar una puerta domótica, también instalar dispositivos lumínicos para personas sordas, también dispositivos sonoros para personas ciegas… Es necesario instalar pequeños gadgets para hacer la vida más amable y aquí la tecnología nos ayuda mucho. Poco a poco salieron nuevas propuestas que hacen que la autonomía y la vida personal sea mejor. Si ponemos de verdad al servicio de las personas la tecnología, esto puede empoderar mucho y permite que tú si tienes una discapacidad puedas vivir de forma mucho más autónoma que hace 25 y 30 años.
Hemos hablado de accesibilidad y autonomía personal, ¿cómo está el tema laboral en este sector?
Claro, por un lado la tecnología empodera la autonomía personal y ayuda que puedan valerse por sí mismos. Desde el IMPD debemos facilitar esto y hacer llegar esta tecnología a los hogares de las personas con discapacidades. Pero hay esta otro punto, que nos ha hecho mucho daño con el Covid, que es el tema de la inclusividad laboral. Si tú hablas con las entidades descubrirás que ellas quieren trabajar. Su ambición, su proyecto vital, no implica estar el resto de su vida en una residencia y cobrando una pensión. Son personas con voluntad de ser activas, lo más activas posible, y con muchas ganas de trabajar. Con las diferentes entidades tenemos la red de inclusión laboral que ha insertado en el mundo laboral ordinario más de un millar de personas con discapacidad. Ahora, a raíz del Covid-19, entre los ERTE y todo, hemos sufrido mucho y ahora estamos a la espera de ver como apunta la recuperacióm.
¿Ante qué cifras nos encontramos?
Te hablo de memoria, pero teníamos más de un 30% de personas que habíamos insertado laboralmente en ERTE. Es el doble del porcentaje de gente en ERTE que no tiene ninguna discapacidad… En el sector de personas con discapacidad, el efecto del Covid, ha sido mucho más contundente y eso nos debe hacer estar muy atentos con la recuperación en el sentido de la inclusión laboral.
¿Habrá que hacer cosas específicas para el sector no?
De hecho ya hemos sacado adelante el plan de empleo para personas con discapacidad intelectual y hemos hecho una oferta pública de 27 plazas del Ajuntament para personas con discapacidades. Estamos haciendo un esfuerzo en este sentido y haremos más porque la voluntad es trabajar. Y insistir en esto: que nosotros estamos haciendo un trabajo que si hacemos conjuntamente con las entidades los resultados serán unos y si lo hacemos sólo desde el punto de vista de la administración será diferente. El tema tiene una complejidad tan grande que necesitamos las entidades. No para hacer una mesa de diálogo… Yo cada día hablo con ellos. Cada día con alguien diferente pero voy viendo como están los sectores y que en la medida de lo posible formen parte del día a día. Hay una relación buena. Evidente que hay conflictos y polémicas, pero dentro mientras las personas con discapacidad participen de la gestión del día a día nos ayudaran mucho a nosotros y a los técnicos a diseñar soluciones.
Volvemos a lo que decíamos al principio: son esenciales para entender lo que viven y llevar a la práctica soluciones.
No es sencillo. En Les Corts hay una entidad de discapacidad visual que cada fiesta mayor lo que hace es poner a la gente un antifaz. Les tapan los ojos y les dan un bastón para que vivan la ciudad desde su prisma. No es lo mismo que te lo cuenten a que te lo hagan. Esto es importante y esta pedagogía, esta sensibilidad se debe seguir haciendo. Hago un llamamiento a la participación y a que la gente tome conciencia de esta realidad y las personas con discapacidad vayan a votar. A quienes quieran pero son importantes. No sólo para mí, lo son para la ciudad porque si no, no conseguiremos una ciudad amigable.


