Teniendo en cuenta que hay varios reportajes y estudios similares que ponen el foco donde lo pondréis vosotras, ¿qué consideráis que aún no ha sido bien explicado sobre el proceso migratorio de las jóvenes desplazadas de África Occidental en la Península Ibérica?

Nuestro interés y bajo el paraguas que queremos trabajar es la visibilización de las mujeres, tanto aquellas que han cumplido la mayoría de edad como las jóvenes, que forzosamente tienen que desplazarse de su país de origen, sea por el motivo que sea . Si leemos estudios, así como lo que han hecho desde el CEAR, y según testigos en terreno, como el del Mame Cheik Mbaye de Federación de Asociaciones Africanas Canarias, el número de chicas que llega va en aumento. Asimismo, la cantidad de noticias que salen en los medios que hablan desde una perspectiva de género es ínfima. Compañeras y compañeros que trabajan en el ámbito de las migraciones y hacen cobertura de los desplazamientos del norte y la parte occidental de África nos han confesado la falta de paridad en el tratamiento informativo, algo que también se ve agravada por el acceso a las fuentes. Nuestra principal meta es hablar de personas y no de números ni datos. Es entender el contexto social, político y económico que viven estas chicas y relatar las migraciones desde un periodismo lento basado en la confianza y el acercamiento a las fuentes. La base sustancial de Todas las rutas es un fotolibro, pero queremos que sea un proyecto que tenga un recorrido más allá; que sea un portal de información interactivo y fácil para todos los públicos para entender las migraciones lejos de perspectivas de odio y miradas de recelo. Además, y si la cosa tira, una de las cosas que hemos hablado con Mame, es la voluntad de retorno y formación en el país de origen, encabezado, claro, por personas como él.

Nuestra principal meta es hablar de personas y no de números ni datos

Habéis considerado oportuno financiaros mediante una campaña de donaciones en Goteo: ¿era la idea inicial o primero intentasteis que algún medio os lo comprara?

Desde un inicio valoramos diferentes opciones de financiación. Por nuestra experiencia publicando artículos de forma freelance ya teníamos en cuenta la dificultad de encontrar financiación desde medios, especialmente respecto a estas temáticas y hablando de una perspectiva de género. Hablamos además con entidades del tercer sector, pero también están muy precarizadas. Así que valorando opciones nos decidimos por el micromecenazgo, que te permite financiar proyectos arriesgados y, además, nos daba la libertad de poder enfocar el proyecto tal como nosotros la entendemos, y explicando lo que por nuestra experiencia valoramos más necesario. Actualmente seguimos en contacto con medios para encontrar colaboraciones a la hora de publicar reportajes más allá de la realización del fotolibro, pero nuestra energía está focalizada en la campaña de Goteo.

proyecto fotográfico “Coementerium nostrum” en 2015 | Marcos Clavero

Os habéis decidido por abordar la temática en cuestión con la producción de un fotolibro. ¿Por qué habéis elegido este formato?

Pensando en la forma de expresar la investigación de la manera que nosotros encontramos más cuidada, nuestra experiencia previa nos ha guiado siempre hacia la mezcla de disciplinas. Una de las cosas que nos unieron como colectivo era el aprendizaje constante que nos ofrecemos la una a la otra encontrando el equilibrio entre el periodismo, la antropología y la fotografía. Encontramos que un foto libro es una de las mejores maneras en las que se puede plasmar este conjunto de disciplinas y al mismo tiempo poner en el centro las voces de las protagonistas. El libro combinará fotografías sobre terreno, anotaciones y relatos etnográficos, entrevistas o incluso, canciones, dichos populares y escritos de las mujeres participantes de la investigación. Pensamos también que un nicho de mercado pueden ser escuelas e institutos. Desde la base y la formación a las generaciones más jóvenes puede venir el cambio! Además actualmente nos encontramos en el proceso de postproducción de un documental sobre las mujeres en el campo de refugiados de Nea Kavala y el proceso está siendo largo y costoso, así que nos apetecía a escala personal investigar un formato diferente.

Campo de refugiados Nea Kavala en el norte de Grecia | Sara Aminiyan

¿Podéis explicar un poco vuestra experiencia en el campo de refugiados Nea Kavala en el norte de Grecia? ¿Como os afectó para acabar decidiendo sacar adelante el proyecto actual?

Nos conocimos en el norte de Grecia, haciendo un voluntariado en la ONG Open Cultural Center, que trabaja ejecutando actividades de inclusión (educación, espacios de mujeres, transporte, etc.) para las personas que viven en el campo de Nea Kavala y en las cercanías. Además de las tareas del voluntariado entendimos desde un inicio la necesidad de contar las historias que allí íbamos escuchando, explicar el día a día, no sólo la noticia sensacionalista. Y, sobre todo explicar, tal como presenciamos, que en muchos casos son las mujeres quienes se encargan de mantener esta cotidianidad: los cuidados, las relaciones, la salud. Ellas hacen que la vida continúe en el contexto en que se encuentran. Una perspectiva que desde los medios, y tampoco queremos decir todos, porque los hay que lo hacen y muy bien, que no es muy común narrar. Ya desde Grecia hablábamos de explorar la frontera sur española, ya que estaba sucediendo algo bien similar que en Grecia y no sabíamos ni la mitad. Al ver que nuestros artículos tenían buen recibimiento empezamos a indagar de qué maneras podíamos trabajar en el siguiente proyecto, de nuevo, aportando una visión de género y etnográfica a la investigación periodística.

Su proyecto rebasa los límites del periodismo y se adentra en el campo de la antropología y la etnografía. ¿Qué le aportan estas disciplinas a la hora de analizar los procesos migratorios?

Las dos venimos de campos diferentes, la antropología y el periodismo, pero que a la vez van muy de la mano. Creemos que para hablar de este tipo de causas, y más cuando nos referimos a personas en una situación de vulnerabilidad, es importante beber de la antropología y no fijarnos sólo en datos que rápido se nos olvidan y deshumanizan el sujeto. A menudo el periodismo peca a la hora de tratar sus fuentes, lo hacemos de una manera abrupta y sin tacto, fruto de la inmediatez y la noticia. Nos empeñamos con las reglas del mercado y perdemos el horizonte. Es por ello que desde la vertiente antropológica y etnográfica recogemos lo que nos perdemos por el camino, que a menudo es el más valioso: el contexto, la cultura, los comportamientos y la identidad. Cuando estábamos en Grecia fue algo que vimos de manera clara. Pasar mucho tiempo con las mujeres del campo de Nea Kavala, en un ambiente distendido y de confianza nos abrió las puertas a entender la situación y percibir sus capacidades de resiliencia. Pero desgraciadamente es algo que el periodismo a menudo no respeta.

A menudo el periodismo peca a la hora de tratar sus fuentes, lo hacemos de una manera abrupta y sin tacto, fruto de la inmediatez y la noticia. Nos empeñamos con las reglas del mercado y perdemos el horizonte

¿Qué impacto esperáis o deseáis que tuviera vuestro proyecto? ¿Os habéis marcado algunos posibles objetivos?

Somos conscientes de que nos falta mucha formación y experiencia por adquirir. Cuando se inician proyectos de este tipo te surgen muchas contradicciones y dudas internas con los que tienes que ir conviviendo: ¿tendrá algún impacto sobre la ciudadanía que no está concienciada con el tema? ¿Tiene algún sentido cumplir tareas de visibilización como ésta en el sistema que vivimos? ¿Qué rol juega nuestra posición de mujeres blancas privilegiadas y en qué punto nos situamos en frente de esto? Mientras vamos luchando contra estos dilemas e intentamos resolverlos, nuestro objetivo es entender los desplazamientos forzosos de muchas mujeres no europeas, en su mayoría musulmanes, que viven bajo un umbral heteropatriarcal muy fuerte. Y luego traspasarlo al público de la manera más amplia y amable posible, sin caer en la victimización y el morbo, lejos de discursos ininteligibles. Queremos que sea un libro donde se recoja el texto, las fotografía e ilustraciones de artistas y de las mismas protagonistas que le dan voz. Una vez editado y maquetado nos gustaría impartir talleres a escuelas y centros educativos y explicando su contenido a los niños y adolescentes. Si no podemos cambiar el juicio de los votantes “haters” iremos a las edades más jóvenes. Asimismo, nos surgen perspectivas de retorno, en este caso en Senegal, motivado y encabezado por entidades y profesionales del ámbito social del país para tratar este tema entre la población más joven.

El lector está acostumbrado a leer sobre la historia de un hombre. En Grecia también lo vimos muy claro: los hombres estaban mucho más acostumbrados a hablar con periodistas, a adquirir la esfera pública y reivindicar allí su lucha

La perspectiva de género ocupa un espacio central en su metodología: ¿podéis explicar en que notará el lector la importancia de la perspectiva de género?

Para nosotras es esencial reflejar las experiencias y rutas de todas las personas, de ahí el nombre del proyecto. Para ello se debe hacer un esfuerzo activo en aplicar la perspectiva de género, narrando las realidades también de mujeres que llegan a la frontera sur-europea. El lector está acostumbrado a leer sobre la historia de un hombre. En Grecia también lo vimos muy claro: los hombres estaban mucho más acostumbrados a hablar con periodistas, a adquirir la esfera pública y reivindicar allí su lucha. Muchas mujeres, a pesar de tener ganas de hablar, explicar y hacerse visibles, decidían no hacerlo porque les podía suponer un problema con su marido o hijos, o simplemente dejaban que el hombre tomara la palabra casi por costumbre. Una mujer que migra no suele ser considerada bajo la heroicidad de un hombre, hay mucha más invisibilización del porqué de su migración, especialmente si es una mujer sola. Es cierto que hay una mayoría de hombres que emprenden la ruta canaria, pero cada vez más hay mujeres. Nosotras queremos saber cómo lo viven ellas también, cuáles son sus motivos de partida, sus vivencias durante la ruta, las violencias que sufren y cómo les hacen frente. En el libro, haremos lo posible para que haya representadas voces de hombres y mujeres de forma equitativa y que las conversaciones y entrevistas incluyan una visión feminista: haciendo incisión también en las tareas reproductivas, los cuidados, la familia, la violencia machista y las estructuras patriarcales.

Tenemos que empezar a mirar como humanos, y entonces entenderemos que la cosa va de eso, de personas

¿Qué opinión o pensamientos tiene raíz de la situación producida en Ceuta?

De rabia e impotencia. Si la cosa va de juegos políticos y estrategias de presión entre el gobierno de Marruecos y el Espanyol, es intolerable que se juegue con la vida de ocho mil personas que se ven obligadas a migrar como moneda de cambio. A menudo la sociedad española y catalana ve como un problema estas imágenes. Esto es así a raíz de una construcción brutal como individuos, fruto de creencias hereditarias y prejuicios. Tenemos que empezar a mirar como humanos, y entonces entenderemos que la cosa va de eso, de personas. Si continuamos criminalizando las personas que llegan nos estaremos convirtiendo en los sujetos ansiados de la Europa Fortaleza, que se preocupa por el beneficio del control fronterizo y la venta de armamento, explota los recursos de las tierras africanas, así como la industria pesquera del Senegal, y no respeta el derecho humanitario internacional. Empezamos a cambiar los términos lingüísticos y los discursos épicos con los que nos referimos a estas situaciones y personas: no son invasiones, problemas, crisis, inmigrantes…son personas ilegalizadas, desplazamientos forzados. De este modo, empezamos a salir de los ejes de comunicación basados ​​en la división nosotros – ellos, los cuales o bien victimizan o bien generan odio.

Sara Aminiyan Llopis es periodista y fotoperiodista. Ha colaborado en distintos medios de comunicación como Público, Contexto, El Salto y La Directa en piezas periodísticas relacionadas con el ámbito migratorio, persones refugiadas y génere. Es coautora del taller fotográfico I tu què pintes?, sobre la cosificación de la mujer y la sexualitzación de sus pechos.

Martina Madaula es graduada en Humanidades por la Universitat Pompeu Fabra y tiene un máster en Antropologia social por la Universiteit van Amsterdam. Su tesis final se centró en el trabajo de campo realizado en Barcelona con mujeres migradas de América Latina dedicadas a tareas del hogar y a los cuidados, con una análisis centrada en los procesos y estrategia de resiliencia y ciudados colectivos para hacer frente a las múltiples opresiones que viven diariamente. También ha trabajado en un espacio de mujeres en distintos campos de refugiados de Nea Kavala (Grècia). Como periodista ha publicad en distintos medios (CTXT, Salto, Directa, Público) artículos sobre migraciones.

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