Según la RAE: indulto. ‘Gracia por la cual se anula la pena impuesta por un delito, o se conmuta por otra menor’. No debe confundirse con amnistía (‘derogación retroactiva de la consideración de un acto como delito’; → amnistía). Consiguientemente, tampoco deben confundirse los verbos indultar (‘conceder un indulto’) y amnistiar (‘conceder una amnistía’). (Real Academia Española, 2005)
Así pues, nos encontramos el independentismo defendiendo la amnistía mientras el gobierno español defiende el indulto (el perdón) y al otro lado las tres derechas nacionalistas españolas contrarias a ambas medidas. Sorprende por otra parte las llamadas abiertas “a los constitucionalistas” para manifestarse contra esta medida, pues además de constitucional, la gracia del indulto es histórica ya sea en regímenes monárquicos o republicanos. La regla para el establecimiento del ejercicio de la gracia del indulto se estableció el 18 de julio de 1870, pero como decía, históricamente la institución del indulto es tan antigua como el delito y ya aparece en los pueblos arcaicos. En las sociedades primitivas la justicia era la venganza, ya fuera individual o familiar, a medida que la sociedad va avanzando esta venganza privada deviene pública y la clemencia impone la gracia que queda instituida como el derecho del perdón (HERRERO BERNABÉ, 2012).
La institución de la gracia (el indulto, el perdón) era concebida como un atributo de divinidad que la ejercía y la teología la nombra como una manera para equilibrar la justicia. De esta divinidad se traslada al rey que es el representante de Dios en la tierra convirtiéndose de este modo en un instrumento arbitrario que en manos de un solo hombre y de su voluntad benévola, su capricho o favor, que acabará caracterizando la soberanía del poder absoluto.
Uno de los textos más antiguos que hacen referencia a esta medida de gracia es el Códice de Hammurabi, el cual contiene una serie de edictos que hacen referencia al perdón al reo desarrollados en la Babilonia de hace 4000 años. También tenemos nuestros en antiguos libros sagrados de la India así como podían indultar en el Antiguo Egipto, donde los faraones, despostes divinizados, ejercían el «ius puniendi» como la prerrogativa de perdonar (HERRERO BERNABÉ, 2012). Así Diodoro de Sicilia cita (Libro II, Cap LIV) como Ramsés II, al subir al trono de Egipto, ordenó poner en libertad a todos los presos políticos que habían sido encarcelados por su antecesor, Seti I (Siglo XIII aC).
El pueblo judío también ejercía el derecho de gracia, en este caso vía una asamblea que era quien decidía las cuestiones trascendentales y en el Nuevo Testamento de la Biblia encontramos uno de los indultos más famosos de la tradición, en la cita evangélica de San Marcos (15, 6-11), sobre la pasión de Cristo, cuando Poncio Pilato pregunta al pueblo judío a quien quiere que suelte: a Jesús o a Barrabás, ya que era típico indultar y liberar un preso en Pascua. Hecho que quedó institucionalizado y así encontramos los años de Jubileo católicos, que provienen de la tradición israelita que cada cincuenta años se declaraba uno de Yubileo en el que se canonaban las deudas y los bienes volvían a sus antiguos propietarios, los esclavos eran liberados y se dejaba descansar la tierra, devolviendo todo a un sentido original.
En 1300 el papa Bonifacio VIII instauró el año de jubileo y con la peregrinación de los cristianos a Roma (y a otros espacios sagrados) aseguraba la Indulgencia Plenaria, es decir, la eliminación de toda la pena espiritual y de todos los pecados cometidos hasta el momento. De hecho, a raíz de esta tradición, la Conferencia Episcopal Italiana propugnó una amnistía política en todo el país coincidiendo con el año de Jubileo cristiano el 2000 (Galán, 2000). De hecho, el Papa, alegando el mismo motivo, solicitó una reducción de condena de todos los presos del mundo y así lo hizo el ministro de Justicia del momento, Ángel Acebes, que concedió 1.443 indultos en un solo día: el uno de diciembre del 2000.
Así pues, todos los países del mundo y en todas sus tradiciones fuera por gracia divina, por gracia real, imperial o religiosa. Fuera por una gracia individual y arbitraria como en el caso de los monarcas o una decisión colectiva y consensuada, como la Grecia antigua, el indulto ha sido históricamente un acto de perdonar al otro, de medida de gracia que no parte de la igualdad o el reconocimiento al otro sino como recordatorio de quien tiene el poder y cómo lo ejerce, pues no hay poder más grande que decidir sobre la vida y la libertad de las otras personas.
Referencias:
- Galán, L. (01 de Juliol de 2000). El Papa pide la reducción de la condena para los presos de todo el mundo. Obtenido de El País: https://elpais.com/diario/2000/07/01/internacional/962402409_850215.html
- HERRERO BERNABÉ, I. (2012). ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL INDULTO. REVISTA DE DERECHO UNED, Núm 10., 687-709.
- LaSexta. (12 de Novembre de 2017). CON ÁNGEL ACEBES COMO MINISTRO DE JUSTICIA. 1.400 indultos en un sólo día, así fue ‘el indultazo del fin del milenio’ del Gobierno de Aznar. Obtenido de laSexta: https://www.lasexta.com/programas/sexta-columna/noticias/1400-indultos-en-un-solo-dia-asi-fue-el-indultazo-del-gobierno-de-aznar_2016090957d310970cf29063b1baa4c5.html
- Real Academia Española. (2005). Diccionario panhispánico de dudas. Obtenido de https://www.rae.es/dpd/indulto
