El pasado martes 22 de junio el Consejo de Ministros aprobó los indultos a los presos y las presas independentistas. Una medida, valiente e inimaginable hace sólo un año y medio, que no se hubiera producido nunca si En Comú Podem y Unidas Podemos no formara parte del gobierno del estado. Las reticencias del PSOE y también de los partidos independentistas hacían difícil una solución política como la que ha firmado el Rey, a pesar de la amenaza del Ayusismo, y ha sido gracias a nuestra defensa, muchas veces en solitario, que hoy esta medida cuenta con la mayoría del Congreso y también con el aval del Consejo de Ministros.
Ciertamente, los indultos no son la solución a un problema político enquistado entre Catalunya y España desde hace demasiado tiempo. Pero sí son, claramente, el primer paso hacia una solución que pasa por el diálogo, la negociación y el acuerdo. La resolución del conflicto pasa por tres fases que acabamos de iniciar: la libertad de los y las presas, el diálogo para construir colectivamente y las soluciones que nos acerquen al máximo consenso posible. La gente de En Comú Podem hemos vuelto a situar una propuesta para Cataluña sobre la mesa: el reconocimiento nacional que reclama la mayoría de la sociedad catalana, la desjudicialización del conflicto político, el avance hacia una hacienda propia y solidaria y un acuerdo que sea votado por el conjunto de los catalanes y las catalanas. Después de los indultos, empieza el trabajo de verdad. Comienza la política una vez hemos dejado atrás el gobierno de las togas y el secuestro de la justicia. Un trabajo para reconstruir los grandes consensos del catalanismo, salir del bloqueo político en el que estamos instalados desde hace más de diez años y trabajar para que Catalunya se convierta en una sociedad más justa, más solidaria, más feminista y más verde. Los indultos son la oportunidad para labrar un futuro colectivo que nos cohesione como pueblo.
Los indultos permitirán que nueve personas vuelvan a casa, a disfrutar de su familia y hacer política desde la calle, de donde nunca debieron salir, pero aún tenemos que buscar una solución para todas las consecuencias que la judicialización de la política por parte del gobierno de Mariano Rajoy nos llevó. Y esta solución es la modificación del Código Penal y de los delitos de rebelión y sedición que no tienen ningún tipo de homologación, como hemos visto, en la justicia europea. Los indultos y la modificación del Código Penal son la Vía Asens que hemos defendido desde el principio como En Comú Podem. La medida de los indultos ha generado mucho ruido, por parte de la derecha española y de una parte del independentismo más identitario que sólo son capaces de sobrevivir si es con tensión y crispación política. Hay que decir de forma contundente que los indultos no son una cesión a nadie ni tampoco una expresión de debilidad de nadie, son una oportunidad para construir un pacto territorial donde Catalunya ocupe el papel que le corresponde. Un pacto que dé respuesta a las demandas de Catalunya, pero también a las del País Valencià, Euskadi o la España despejada, hoy que el epicentro de la crisis territorial española está situado en el Madrid extractivista de Ayuso.
El gobierno debe seguir siendo valiente. El tiempo de ir arrastrando los pies en política ha terminado y es el momento de asumir propuestas valientes, de carácter social pero también nacional, que hagan posible que Catalunya salga de este ciclo político en mejores condiciones de las que entró. Sólo así dejaremos sin argumentos a quienes lo avalan todo a la confrontación y al bloqueo. La mayoría de la investidura debe convertirse en un bloque de gobernabilidad que permita que España avance, y lo haga dando respuesta también a las demandas mayoritarias de Catalunya.


