El crecimiento exponencial de casos de Covid entre la población joven ha tensado gravemente la atención primaria, que ya hace tiempo que se encuentra en una situación crítica por la falta de recursos humanos y materiales. «Esta situación no la hemos visto en ninguna otra ola», explica Nuria Villanueva, adjunta de enfermería del CAP Raval Nord. «En cuestión de cinco días ha habido un crecimiento espectacular de los casos de Covid. Estamos colapsados», dice.

Y es que las cifras, a estas alturas, son bastante preocupantes. Según los datos del Departamento de Salud, los casos activos en Cataluña el pasado 2 de julio eran un total de 24.965, mientras hace dos semanas eran tan sólo de 6.694. Esto se traduce en una incidencia los últimos 14 días de 207,25 por cada 100.000 habitantes y una Rt de 2,99. Esta última semana se han notificado 12.573 nuevos positivos de Covid  en todo el territorio y el riesgo de rebrote se ha situado en 978 puntos, cuando hace tres semanas (la semana del 9 al 15 de junio) estaba en 83. De momento, la subida de casos no parece incidir de manera relevante en el número de ingresados ​​en los hospitales y UCI, sobre todo por el esfuerzo realizado en la vacunación y el ritmo continuado y acelerado que ésta está llevando.

l porcentaje de positividad entre el total de personas testadas en los centros de atención primaria se ha situado entre un 20 y un 50% | Pol Rius

Todo apunta a que la variante india, la llamada delta, altamente contagiosa, acompañada de la eliminación de las restricciones al ocio nocturno y del exceso de confianza de la población, están detrás de este rebrote, que afecta mayoritariamente a personas jóvenes y que ha llevado a hablar de una quinta ola. «Se trata de gente joven, la mayoría no vacunada, con una sintomatología muy leve. La variante delta da mucha mucosidad, cefaleas y, a veces, fiebre. Son síntomas similares al resfriado, más que a la gripe», explica José Carlos Montemayor, enfermero del CAP Manso-Poble Sec, que añade que esta nueva ola les ha cogido por sorpresa, «porque ha venido muy de golpe».

Esta ola ha llegado cuando los CAP comenzaban a recuperar las visitas presenciales. «Nos ha atrapado cuando empezábamos a retomar la presencialidad y los controles que habíamos tenido que dejar de lado con la pandemia. De momento intentaremos aguantar, pero llega un momento que tampoco lo podemos hacer todo: estamos vacunando, haciendo diagnósticos y seguimiento de los casos, a la vez que intentamos recuperar la presencialidad y atender a toda la población crónica. Cuesta mucho mantener toda esta actividad», señala Villanueva.

Esta última semana, el porcentaje de positividad entre el total de personas testadas en los centros de atención primaria se ha situado entre un 20 y un 50%, una cifra nunca alcanzada hasta el momento. «La situación actual es un auténtico tsunami. Es la tormenta perfecta», explica Antoni Sisó, presidente de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) y médico de familia del CAP Les Corts. «Tenemos unos datos que no dejan de aumentar y que han provocado situaciones muy límite en algunos centros de atención primaria. El pasado lunes, por ejemplo, en el CAP donde trabajo se produjo un hecho bastante singular: nos quedamos sin test de antígenos ante el enorme volumen de gente que venía con síntomas respiratorios», explica.

Según apunta la adjunta de enfermería del CAP Raval Nord, salud pública también está colapsada por el aumento exponencial de los casos, lo que ha provocado un retraso en el seguimiento y trazabilidad de los contactos de Covid positivos. Villanueva defensa que quitar esta tarea a la atención primaria fue un error, ya que los gestores Covid ya estaban integrados en los equipos de atención primaria, los circuitos estaban bien montados y se había ganado en eficiencia y dinamismo. Lo mismo opina Antoni Sisó, quien señala que el rastreo y trazabilidad de contactos forma parte de la función comunitaria de la atención primaria. «Nosotros conocemos al paciente y su entorno, por lo que estamos en la mejor posición para llevar a cabo esta tarea», dice.

Esta ola ha llegado cuando los CAP comenzaban a recuperar las visitas presenciales | Pol Rius

La vacuna y su efecto en el relajamiento de la población

Ante la nueva ola de la Covid, Sisó considera que habría que dar un paso atrás en la desescalada, recuperando las mascarillas a los espacios exteriores y volviendo a cerrar el ocio nocturno. «Es lo consecuente y lo más adecuado. La apertura ha llevado a un relajamiento general. La gente ha creído que la pandemia ya se había terminado, cuando no es ni mucho menos así», remarca el presidente de la CAMFiC, que enfatiza en que la inmunidad de rebaño aún no ha llegado y que no podemos dar por controlada la situación.

Con datos del 2 de julio, 3.063.751 de catalanes ya están vacunados con la pauta completa, lo que representa un 45,9% de la población de más de 16 años. En las franjas de los mayores de 70 años está vacunada con la pauta completa más de un 90% de la población. En la franja entre los 60 y 69 años, tienen la pauta completa aproximadamente un 50% de los ciudadanos, mientras que en la franja inferior, de 50 a 59 años, el porcentaje asciende al 70%. Esto es debido al hecho de que a las personas de entre 60 y 69 años se les administró, mayoritariamente, la vacuna de AstraZeneca, y muchos ciudadanos de esta franja de edad aún estando pendientes de la segunda dosis para completar la pauta. Es por este motivo que el consejero de Salud, Josep Maria Argimon, anunció hace pocos días el adelanto de la segunda dosis de AstraZeneca 8 semanas después de recibir la primera -en lugar de 12 semanas-, al tiempo que anunciaba también el apertura de la vacunación para mayores de 16 años.

A pesar de que se haya abierto la vacunación en esta última franja de edad, que es la que está protagonizando el actual repunte de casos, los profesionales sanitarios señalan que no se puede fiar todo a la vacunación. «Con una sola dosis empezamos a generar inmunidad a partir de las dos semanas, y cuando llega una mayor protección es unos días después de la segunda dosis. Existe la sensación de que cuando te vacunas de la primera dosis ya te puedes relajar, pero no es así», enfatiza José Carlos Montemayor, enfermero del CAP Manso.

‘La gran carga de trabajo, especialmente con la aceleración de la campaña de la vacunación, ha hecho que muchas enfermeras tengan que doblar’ | Pol Rius

En la primaria faltan manos y recursos

Los profesionales de la atención primaria hace muchos meses que ejercen una importante labor de contención de la pandemia al tiempo que continúan asistiendo a la población crónica y vulnerable de los barrios que atienden. La gran carga de trabajo, especialmente con la aceleración de la campaña de la vacunación, ha hecho que muchas enfermeras tengan que doblar. «La única manera de salir de esta situación es vacunando. Somos las que somos y, por tanto, estamos tirando adelante a base de que el personal doble, pero estamos todas muy cansadas», explica Villanueva.

Por ello, defiende que se debe reforzar la primaria a toda costa, porque «está demostrado que tener una atención primaria fuerte repercute en la calidad de vida y salud de los pacientes y reduce la mortalidad». En este sentido, reivindica un 25% del presupuesto de Salud dedicado a la atención primaria y la contratación de más personal. «Pero no de manera provisional, sino de forma estructural. Necesitamos más profesionales para poder garantizar una atención de calidad», puntualiza.

En la misma línea se expresa Antoni Sisó, quien defiende que hay que fortalecer la atención primaria con los recursos humanos de siempre, es decir, médicos, enfermeros y enfermeras y administrativos. «Es necesario un plan de fortalecimiento de los recursos humanos, por ejemplo, poniendo más plazas MIR de medicina de familia, congelando plazas MIR de otras especialidades que ya alcanzan los estándares europeos, que no es el caso de la medicina familiar», señala. También defiende que se destine un 25% del presupuesto de Salud en la atención primaria, pero sin «trampas». «El presupuesto para la atención primaria debe ir sólo a la atención primaria. Otros dispositivos como centros de salud mental o centros de salud sexual y reproductiva no son atención primaria», remarca.

Justamente la semana pasada, el pasado 1 de julio, más de un centenar de entidades se manifestaron en diversos CAP de Cataluña, en una movilización descentralizada convocada por Marea Blanca de Cataluña, para «detener la degradación progresiva de la atención primaria y comunitaria» y exigir la reapertura de los CAP y consultorios locales cerrados con el inicio de la pandemia.

De entre sus reivindicaciones, exigían la recuperación de la médico y enfermera de referencia de los pacientes, ya que, según contaban las entidades convocantes, «la atención primaria es beneficiosa cuando es accesible y longitudinal, realizada por una misma profesional con la que se crean vínculos de confianza». Además, los convocantes de la movilización reclamaron que se haga un redimensionamiento de los Equipos de Atención Primaria en función de la población a atender, garantizando unas condiciones laborales dignas para todos los trabajadores y trabajadoras de la sanidad.

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