La Declaración de Berlín, firmada por representantes de las instituciones gubernamentales y de la sociedad civil de países de todo el mundo, así como organismos y organizaciones internacionales, parte de tres premisas: 1) Que el mundo vive una “situación dramática de retos interrelacionados como son la crisis climática (…) las pandemias, las desigualdades y la pobreza, los conflictos violentos y otras crisis ambientales, sociales y económicas”, por la que se requiere “una transformación profunda hacia el camino del desarrollo sostenible basado en establecer una relación más justa, inclusiva, cuidadosa y pacífica entre los seres humanos y con la naturaleza” ; 2) Que “la educación es un potenciador clave del cambio positivo de mentalidades y visiones, y que favorece la integración de todas las dimensiones del desarrollo sostenible (económica, social y ambiental (…) para orientarla hacia el bienestar de todos los seres vivos del planeta”; y 3) Que “la educación para el desarrollo sostenible (EDS), incluida en el ODS 4.7 y como condición de posibilidad de todos los 17 ODS -dentro de la Agenda 2030 Naciones Unidas, con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, donde el ODS4 es “Educación de calidad para todos”-, es el elemento fundamental para esta transformación, proporcionando a cada uno información, conceptos, habilidades, valores y actitudes para convertirse en agentes de cambio para el desarrollo sostenible”.

Desde estas premisas, la Declaración de Berlín establece 16 compromisos de los firmantes, por los que abogarán y actuarán, porque la EDS impregne los sistemas educativos de todo el mundo situándose se como elemento central, para que sea un eje fundamental de capacitación docente de maestros y profesores, y para que impulse la transformación del aprendizaje en la escuela.

La EDS puede convertirse en el nuevo catalizador de la transformación educativa

En definitiva, la EDS se presenta hoy, más que nunca, como un vector de oportunidad para acelerar la transformación educativa que tantos sistemas educativos de todo el mundo están llevando a cabo, también aquí en Cataluña, donde especialmente estos últimos años está centrando los esfuerzos de tantos centros educativos, docentes y familias.

La transformación educativa se ha acelerado precisamente porque el sistema se mostraba cada vez más agotado a la hora de responder a los retos de la sociedad actual, que son globales, y a la aceleración tecnológica. Una transformación educativa que concibe la educación como bien común, y que se centra en la necesidad de enfocar el aprendizaje a propósito de educar desde una visión humanística, a través de desarrollar competencias para la vida, desde la educación integral, y a hacerlo desde el conocimiento que tenemos de cómo las personas aprenden. Transformar la educación para transformar el mundo en que vivimos.

La EDS responde claramente a cada uno de estos aspectos centrales de la transformación educativa. En primer lugar, porque de una manera explícita la EDS sitúa el propósito como el eje vertebrador de la acción educativa. La intencionalidad de cualquier iniciativa de EDS está claramente enfocada a transformar la conciencia de las personas para que actúen en su entorno, contribuyendo así a un impacto global. Desarrollo sostenible, ciudadanía global, justicia global y, incluso, algunos autores utilizan directamente el término educación global, permite orientar la acción educativa a adoptar una mentalidad global para ser competente y responsable a la hora de actuar ante los retos de nuestro tiempo para el bien común del planeta y la humanidad.

En este sentido, los 17 ODS de la Agenda 2030 de NU constituyen un marco de referencia idóneo para tratar los principales retos globales que afrontamos como planeta y como humanidad y su interconexión. El documento de referencia de la UNESCO en cuanto a cómo abordar estos 17 objetivos desde la acción educativa lleva por título Educación para los ODS. Objetivos de aprendizaje (UNESCO, 2017), en el que se describen los objetivos de aprendizaje en los dominios cognitivo, socioemocional y comportamental para cada uno ODS. Así pues, la EDS se convierte en una contribución esencial a todos los esfuerzos para alcanzar los ODS, “permitiendo que todos los individuos contribuyan a alcanzar los ODS dotándolos de los conocimiento y las competencias que necesitan no sólo para entender a que se refieren, sino también para comprometerse como ciudadanos informados a provocar la transformación necesaria”.

En segundo lugar, y totalmente ligado al primero, la EDS responde a una lógica de educación competencial, con la combinación de la toma de conciencia a través de la acción transformadora sobre el entorno. En este sentido, es esclarecedor recurrir a la definición que hace la propia UNESCO de competencia al documento Replantear la educación. Hacia un bien común mundial (UNESCO, 2015): “Las competencias son la capacidad de emplear conocimientos [información, conceptos, habilidades, actitudes y valores] en contextos específicos y para dar respuesta a situaciones reales”. A Educación para los ODS. Objetivos de aprendizaje (UNESCO, 2017), la UNESCO establece que el objetivo general es desarrollar las competencias transversales clave en materia de sostenibilidad a todos los alumnos. Competencias que se pueden considerar “transversales, multifuncionales e independientes del contexto”, que son relevantes para cada uno de los ODS al tiempo permiten captar “la perspectiva general” y relacionarlos entre sí.

Así, el documento establece el marco de competencias clave para la sostenibilidad: el pensamiento sistémico (relaciones, complejidad, dominios, escaleras, incertidumbre), la competencia preventiva (múltiples futuros, probabilidades, visión, cautela, riesgos y cambios), la competencia normativa (normas y valores subyacentes, conflicto de intereses y equilibrios, contradicciones), la competencia estratégica (crear y aplicar colectivamente, global), la colaboración (aprender de los demás, empatía, participación, resolución de conflictos), el pensamiento crítico (cuestionamiento, reflexión, tomar posición), la conciencia de uno mismo (rol propio en la sociedad, propósito personal, sentimientos y deseos), y la resolución de conflictos integrada (visión global en problemas complejos, inclusión, interconexión de competencias).

Y en tercer lugar, la EDS es clave para la transformación educativa para que la búsqueda de un mundo mejor donde vivir, sin hipotecar las futuras generaciones y en convivencia con todos los seres vivos del planeta y su hábitat, sólo es factible si se desarrolla desde propuestas basadas en la reflexión-acción-transformación; es decir, en aprender los cambios que son necesarios a través de convertirse en los agentes de estos cambios, de transformar el propio entorno. Capacitar al alumno desde su propia voz y decisión, capacitarlo para la reflexión, para la motivación y para la acción: ¿Qué piensa ante una determinada problemática del mundo? ¿Cómo se sitúa? ¿Qué le hace sentir? ¿Qué piensa hacer? Porque, en definitiva, pueda preguntarse una y otra vez que está aprendiendo y por qué es importante.

La pandemia ha supuesto la caída definitiva de la venda en los ojos que nos impedía asumir que el presente y el futuro del planeta están en una situación crítica, que ya no hay excusas.

En este sentido, una de las prácticas educativas relevantes para la EDS es el aprendizaje basado en la resolución de problemas o de realización de proyectos que respondan a necesidades detectadas en nuestro entorno y que conectan con los retos globales. La iniciativa educarpertransformar.cat, que estamos impulsando la UPF y CATESCO, pretende generar sensibilización y capacitación docente en los centros educativos que quieren girar hacia modelos de aprendizaje competenciales y globalizadores, a través del aprendizaje por proyectos enfocados en los ODS.

El momento es ahora para transformar la educación: aprendiendo por el planeta, actuando para la sostenibilidad

La EDS es en esencia educación integral de la persona para que se convierta en agente activo en la transformación social para un mundo mejor; y ahora que el mundo entero se ha conjurado a dar respuesta a los retos clave de nuestra sociedad actual con este consenso que representan los ODS, la EDS tiene un horizonte bien definido para tomar un impulso definitivo.

Como dijo la propia directora general adjunta de Educación de la UNESCO, Stefania Giannini, en la Conferencia Mundial sobre EDS: “Transformative education is a necessity to meet the multiple crises we face today, preparing os for others we may face in the future. Transformative learning empowers people to transform themselves and take action to transform the world”.

La pandemia actual ha dado la vuelta al mundo, seguramente ha supuesto la caída definitiva de la venda en los ojos que nos impedía asumir que el presente y el futuro de nuestro planeta y de la humanidad están en una situación crítica, que ya no hay excusas, el momento es ahora para revertir el sistema mundial hacia un modelo sostenible y de bienestar para todos y para el planeta. Con la Declaración firmada hace unas semanas en Berlín, la UNESCO nos invita a convertir este baño de realidad que ha supuesto la irrupción de la pandemia en una oportunidad para cambiar las cosas y hacer de la Educación para el Desarrollo Sostenible la palanca definitiva para transformar el aprendizaje en las escuelas de todo el mundo. ¡Aprovechémosla!

Share.
Leave A Reply