Ganó la medalla de bronce en los campeonatos del Mundo de 2018 y la de oro en la regata de clasificación olímpica en Suiza en 2016 en que se aseguraron, junto con Anna Boada, participar en los Juegos Olímpicos de Río. Este año ha participado en los Juego Olímpicos de Tokio con Virginia Díaz quedando en 6ª posición de la final.
¿Cómo empezaste a hacer remo?
Empecé porque en Amposta el remo es conocido, mi padre estaba dentro del mundo del remo como veterano y un verano probé en un cursillo. Se me daba bien, progresaba rápido y me enganché. Al año siguiente ya empecé a entrenar regularmente durante el curso escolar y a participar en algunas competiciones en las que fui quedando delante y si algo te va bien te acaba gustando.
Ser mujer y hacer deporte, ¿has vivido más dificultades?
Al ser un deporte minoritario realmente las diferencias entre hombres y mujeres no son muchas, en otros deportes, como el fútbol, las diferencias de salarios, de recursos… son muchas pero el remo no. Para mí las dificultades han sido, sobre todo, no tener unas referentes como las que tienen ahora las chicas que empiezan a remar. Había una chica, Nuria Domínguez, que destacaba pero era ella sola y en ese momento no eran resultados con posibilidades para la alta competición. Los resultados que las mujeres hacíamos en nuestra evolución en las categorías podían ser buenos pero al llegar a categoría absoluta no eran para llegar a las finales. Ha sido difícil porque siento que he tenido que abrir camino, como una hermana mayor. No soy la primera pero eran pocas, era muy complicado. Ahora, poco a poco, somos muchas más, pero el país no tenía en quien fijarme para poner retos o reflejarse me. Ahora hay referentes como para creer que es posible llegar a algún lugar, antes no.
El remo es un deporte muy duro, muchas horas de entrenamiento, dificultades para encontrar patrocinios, es duro dedicarse a un deporte no mayoritario?
Es duro porque si no tienes un muy buen resultado no es tan gratificante como en otros deportes más populares. Si eres finalista ni te miran, como si ocurre en otros deportes. Es triste porque, a menudo, también conlleva la subestimación de los propios resultados; si nadie valora es difícil darle valor, empoderarse. Un mismo resultado en un deporte minoritario u otro más popular se valora de forma muy diferente, trabajamos muchísimo y, en cambio, no tenemos el reconocimiento deportivo, no tanto a nivel personal como del esfuerzo que hacemos.
Has tenido muchos éxitos en tu carrera, ¿crees que se ha visibilizado suficiente?
Creo que no, lo que decía, en otro deporte se habría visibilizado mucho más. Al final en este país lo único que cuenta son las medallas. Si hubiera ganado medalla tras medalla seguro que hubiera sido diferente. La medalla de bronce de 2018 se vio en todas partes pero cuando los resultados son de finalistas o medallas a los europeos… no se ve suficientemente, se debería ver más.
Ya has participado en dos JJOO, en 2016 en Río y en 2021 en Tokio, ¿cómo ha sido la experiencia?
Los primeros juegos no dejan de ser una novedad, una primera experiencia en la que no sabes lo que te encontrarás, los últimos ya iba con las ideas muy claras, ya sabía a lo que iba, muy centrada en la competición. Realmente no fueron tan diferentes, sin el Covid no sabemos qué tipo de juegos habrían sido los de Tokio y con la pandemia han pasado muy desapercibidos, se veían pero como si no se estuvieran haciendo. La sensación en Tokio era de una competición «normal», como un mundial o como unos europeos. Me estoy planteando ir a París también. Durante la pandemia no lo tenía claro porque he pasado un proceso complicado pero después de los resultados en Tokio que me han dejado un sabor agridulce, ahora tengo que aprovechar un nuevo ciclo hasta los próximos juegos. Luchar y entrenar para ver si en París lo conseguimos.
Desde que comenzaste, ¿crees que ha habido cambios para las mujeres en la práctica del deporte profesional?
Si, poco a poco hemos ido perdiendo el miedo a hacer y decir lo que pensamos cuando algo no lo creemos justo. En el mundo del remo el hecho de obtener buenos resultados ha hecho que la Federación haya puesto recursos y apueste por las categorías femeninas. Antes no se hacía y ahora cada vez más se va haciendo más reconocimiento y se invierten más recursos porque ven que hay potencial.
¿Cómo te planteas tu futuro deportivo?
Nosotros sobrevivimos de las becas ADO, mientras pueda obtenerlas y me permitan vivir mi día a día y pagando mis facturas yo seguiré remando y entrenando porque es algo que me gusta mucho. Ahora tengo como objetivo los juegos de París y me lo tomo con calma y paciencia porque es un cambio de ciclo, hay un cambio de equipo y tengo que ver las posibilidades que hay.
¿Crees que has alcanzado los retos que te has planteado?
De momento no. Tengo entre ceja y ceja conseguir una medalla olímpica. Pensaba que en Tokio lo conseguiríamos porque teníamos opciones pero no salió como tocaba. Lo tengo muy interiorizado, es algo que he tenido claro toda la vida y lucharé por conseguirlo.


