Anna Freixas, profesora universitaria jubilada e investigadora pionera en gerontología crítica feminista, es autora del libro Yo, vieja. Apuntes de supervivencia para seres libres (Capitán Swing), una obra que pretende transformar la mirada de la sociedad sobre la vejez y normalizar el hecho de que ser viejo o vieja forma parte de la vida. El libro es un recorrido por los derechos humanos en la vejez y, concretamente, por los derechos de las mujeres, sintetizados en tres principios que a Freixas le parecen fundamentales en esta etapa vital: la libertad, la justicia y la dignidad.
El libro, que ha sido prologado por Manuela Carmena, juez y ex alcaldesa de Madrid, realiza una reflexión sobre el tema a partir de situaciones de la vida cotidiana. La obra, que se construye a partir de una veintena de breves capítulos encabezados por una cita de una escritora o pensadora, formula al final de cada capítulo recomendaciones o sugerencias para vivir en y con plenitud esta etapa de la vida. Una etapa de la vida que, en base a la libertad y la dignidad, puede ser, y debe ser, tan plena y feliz como cualquier otra etapa de juventud o madurez. “Mi libro es una reivindicación, una normalización de la vejez para dar luz a ese período de la vida que ha sido oscurecido y que da pánico”, dice en una entrevista en el diario El País.
Freixas también intenta visibilizar determinados factores que consolidan los estereotipos que la sociedad tiene sobre las mujeres mayores. El libro pone el foco, pues, en situaciones de la vida cotidiana que creemos tan normales que no las consideramos importantes y que, sin embargo, constituyen el grueso de la discriminación y el rechazo social hacia las personas mayores, únicamente por serlo. En este sentido, la obra es un alegato reivindicativo sobre la vejez, que quiere ser una reflexión que permita a todas las generaciones prepararse para la vejez para poder vivir plenamente, en libertad y dignidad.
La obra es un alegato reivindicativo sobre la vejez, que quiere ser una reflexión que permita a todas las generaciones prepararse para la vejez para poder vivir plenamente, en libertad y dignidad.
En el libro, desde el humor y de sacar provecho de las molestias, indisposiciones o enfermedades propias de la edad, se lanza la idea de que conviene y no hace ningún daño reírse de una misma. Al mismo tiempo, se reivindican el papel y los derechos de las mujeres mayores como, por ejemplo, en relación con el cuidado de los nietos y nietas. Son muchas las abuelas que ayudan a sus hijos e hijas en el cuidado de los nietos y nietas haciendo un trabajo que, si no hicieran ellas, debería pagarse.
En la tesis central de libro, pues, las mujeres mayores están muy hartas de no ser visibles, que se las infantilice, que no se escuche ni respete y que nadie se preocupe por sus necesidades o intereses. Y como hay necesidades e intereses, estos deben reivindicarse, pero tal y como sostiene Freixas, no desde la amargura y la ira, sino de forma afirmativa, propositiva y elegante. Por eso el libro está lleno de recomendaciones y sugerencias para que las mujeres mayores puedan ser capaces de tener “una vida más ligera y un mundo mayor”, porque las mujeres mayores son el futuro. De ahí el subtítulo del libro, “Apuntes de supervivencia para seres libres”.


