
Llevamos años de trincheras, de luchas entre trincheras y dentro de la misma trinchera. Pero hace ya un tiempo que vemos evidencias de la voluntad y la necesidad de algunos de los partidos para salir de la trinchera en la que están situados.
En los primeros años de eso que llamamos Proceso independentista hay un primer momento en el que predominan aquellas luchas de trinchera a trincheras. El enfrentamiento entre quien se presenta como independentista, y al otro lado quien no lo es y está en contra. Hay quien no quiere estar en ninguna de las trincheras, pero también puede dar y recibir…
Una vez que las diferentes actuaciones que iban a llevar a construir la independencia de Catalunya ya se hizo evidente que no se resolverán con el éxito que se había anunciado, se entra en una nueva fase. Hay un segundo momento en el que las luchas entre trincheras no desaparecen, pero comienzan a ganar protagonismo los enfrentamientos dentro de la misma trinchera. La evolución de esta fase se ha mostrado con una agudización de las diferencias, tensiones, conflictos, principalmente entre Junts y ERC.
Ni las diferencias, ni las tensiones, ni los enfrentamientos, tampoco los ataques abiertos, son algo nuevo. Pero en esa fase han aumentado en cantidad y gravedad. ¿La convivencia en esta trinchera se ha hecho insostenible? Se hace difícil decir, pero parece que la convivencia se mantiene más por lo que dirán y por la dificultad de encontrar alternativas claras. Cuántas cosas se hacen por lo que dirán y porque se querría estar haciendo otra, pero no se sabe cómo hacerla…
Desde el PSC se ha insistido en su disponibilidad en pactar con una gran determinación. El PSC hace en Catalunya lo que el PSOE ya tuvo que hacer para llegar a gobernar en España, pero quiere ir más allá y buscan hacerlo saliendo de la trinchera. El presidente Aragonés fue claro y contundente declarando que no comparten modelo de país con el PSC.
Curiosamente, o no, desde hace ya un tiempo Junts ha ido reconsiderando su posición con el PSC. Y si bien, a diferencia de ERC, en Madrid la lucha seguía bien animada, en Catalunya se iban haciendo otro tipo de movimientos. Uno de los movimientos más sonados fue el acuerdo de Junts y PSC en la Diputació de Barcelona. Se explicó de diferentes formas, pero enviaban señales muy claras. Las señales aumentaron cuando en el inicio de este curso político el debate sobre la ampliación del Aeropuerto de El Prat centró el debate político e hizo emerger el eje ecologista. Junts, a favor de la ampliación, acordaba con PSOE/PSC y quedaba muy lejos de la CUP que coincidía con los Comuns. ERC estaba entre dos fuegos en la misma trinchera.
El debate sobre la ampliación del Aeropuerto de El Prat fue una clara evidencia de cómo el eje nacional empezaba a perder la capacidad de dominar el debate político por el retorno de otros ejes o por emergencia de nuevos. El eje nacional era insuficiente para resolver todo lo que era necesario tratar. Finalmente, en lo que respecta al Aeropuerto, a un lado quedaron Junts y el PSOE/PSC y en el otro ERC, CUP y Comuns. No son nuevas trincheras, son movimientos que muestran una necesidad de salir y construir nuevos espacios de encuentro que no han estado demasiado presentes en los últimos años…
La necesidad de aprobar nuevos presupuestos para el próximo año es mayor que en otros momentos en los que se ha optado por prorrogarlos. La llegada de nuevos recursos económicos que les permite aumentar considerablemente, es un argumento decisivo. En este escenario es posible que desde los diferentes partidos más directamente implicados exista una mayor determinación para negociar fuerte. Quizás cuesta entender qué separa las posiciones de Junts, ERC y CUP para no continuar con el voto conjunto que hizo posible la investidura. Pero no debería ser tan difícil si recordamos que la CUP nunca ha votado a favor de los presupuestos, sólo lo hicieron con una pequeña parte de su grupo parlamentario para asegurar el 1 de octubre de 2017.
Desde entonces hemos tenido presupuestos prorrogados o aprobados en 2020 con la abstención de los Comuns. La supuesta mayoría independentista nunca se ha trasladado a los presupuestos, ERC ha apoyado a Junts, y los Comuns ya contribuyeron el último año con la abstención. Para 2022 Junts apoya la presidencia de ERC, y los Comuns la hacen posible. Quizás esto debería ayudarnos a pensar en el relato de la mayoría independentista que se construye obviando demasiadas cosas…
Desde los Comuns hace tiempo que defienden la necesidad de hacer una política que supere los bloques, las trincheras. Lo han intentado desde el gobierno de Barcelona con acuerdos con el PSC y ERC. Lo hacen también con los presupuestos ahora. Esto tiene como contrapartida la aprobación de los presupuestos del Ayuntamiento que el grupo municipal de ERC en Barcelona no quería aprobar, y ahora no podemos evitar pensar en la convocatoria electoral de 2023.
¿ERC se suma a la política que supere bloques? Parece que sí. Junts también quisiera, pero su relación con el PSC parece todavía algo complicada. Salir de las trincheras, superar la política de bloques, debería ser una buena noticia. En una sociedad diversa y plural como la nuestra debería permitirnos poder afrontar los grandes retos que tenemos con menos limitaciones, con menos ataques, con una política menos destructiva. Nos debería llevar a una política que sea capaz de asumir los conflictos y tratarlos de formas constructivas. Pero tendremos que ver si verdaderamente abandonamos esta política de trincheras y bloques. Deberemos ver las secuelas que deja. Habrá que ver cómo el partidismo y otros males de la política siguen actuando. Quizás, quizás, si avanzamos en otras formas de hacer política lograremos también que graves problemas de nuestra sociedad sean abordados como todavía no se ha hecho. No deja de repetirse cada vez que tenemos nuevos presupuestos que son los más sociales de la historia, pero no olvidemos que la pobreza no deja de aumentar (desde antes de la pandemia).


