Stephanie Land tuvo que trabajar limpiando casas cuando de repente se vio sola y con una niña pequeña. Después de sobrevivir esa situación a duras penas, en condiciones de miseria y explotación, recibiendo ayudas insuficientes del estado, pudo salir de esa dinámica. Ahora lo cuenta en el prólogo del libro ‘Criada’ editado en castellano por Capitán Swing y versionado en serie para Netflix. En el libro, Land habla sobre la precariedad, sobre ser madre y rozar la pobreza y sobre la necesidad de regular y establecer políticas públicas que no condicionen esta situación.

Una situación si bien no igual que la de Land pero si paralela es la de Rafaela Pimentel. Original de Republicana Dominicana, se trasladó a Madrid hace 30 años y durante estos se ha dedicado a trabajar como empleada del hogar. Como mujer migrada, Pimentel ha sufrido la desigualdad que se vive en el sector del hogar y los cuidados y ha ido desarrollando una lucha contra la explotación. Así, los años de trabajo la han llevado a dar charlas, recoger firmas, entregar peticiones a las administraciones y hasta crear un colectivo llamado Territorio Doméstico que agrupa mujeres en su misma situación. Todo esto por el reconocimiento del trabajo de cuidados, para salir del régimen especial donde se encuentran, por conseguir el derecho a paro y por muchos derechos más que se deberán incluir en el estado español cuando se ratifique el Convenio 189 de la Organización Internacional del trabajo (OIT). Actualmente, es también Secretaria de Organización de SINTRAHOCU (Sindicato de trabajadoras del hogar y los cuidados).

¿Cómo te llegó la propuesta de escribir el prólogo de este libro?

Una periodista les habló de mi a la editorial y vieron cosas mías en las redes y me hicieron la propuesta. En un principio dije que no, que nunca había hecho ningún prólogo. Lo más cercano había sido un libro del colectivo pero hecho entre 4 compañeras y con las herramientas del colectivo y dije que no. Me contaron que allí quedaba reflejada la situación de las trabajadoras del hogar, tema que yo trataba en los debates, charlas, ponencias publicas, medios… Entonces me lo pensé y ya dije que sí. De hecho, la niña donde trabajo escuchó la conversación y me riñó. Como al final me dieron 2 días para pensármelo, pude decir que sí.

Cuando me mandaron el libro y lo empecé a leer realmente vi que tenía una conexión con la lucha nuestra y el trabajo que yo hago y fue impactante la verdad. Luego ya fue fácil empezar porqué tenía la primera frase pensada desde hace años: “las casas que limpiamos y que gestionamos pero en las que no podemos vivir”. Cuando venía camino de mi trabajo de la Rosa, Majadaonda, Carabaca… En todos los chalets había mujeres trabajando con los niños de aquellas familias. Empecé así y luego ya fue tal como ha salido y es súper potente porque la historia de Stephanie Land es como la historia de tantas compañeras que que formamos y acuden a diario al colectivo.

Para empezar nombrando uno de los problemas, hablas del gran choque de desigualdad que se vive en este trabajo. En concreto sobre el tipo de casas donde trabajáis sucede que no puedes aspirar a vivir mejor porque los precios de la vivienda y los salarios que se perciben lo impiden.

En el sistema en que vivimos, el tema de la vivienda es ridículo. Cada vez ganas menos y luego tienes que pagar 3 veces tu salario para poder vivir en una casa que no es habitable. Aún pagando más de lo que ganas, todavía no encuentras casas habitables. Es evidente que la vivienda no está garantizada como un derecho y en condiciones habitables. Ya conocemos la problemática de los desahucios… No queremos vivir en esas casas por lujo, aspiramos a tener una casa con un cuarto de baño calentito, como Land dice, y tener espacios en la casa que sean habitables. Que no tengas que estar tapando ventanas, sin calefacción, sin luz eléctrica… Servicios tan básicos que ahora no están a la disponibilidad de todo el mundo, pero debería ser normal vivir en una casa donde puedas sentirte cómodo. Si no tienes unos recursos o trabajos nunca podrás permitirte eso, pero lo que ella añade es que ni que lo tengas quizás podrás.

En los trabajos de empleo de hogar o de limpieza tienes que hacer varios trabajos al día para poder llegar a final de mes y no lo haces bien. Ella misma explica todas las casa que tenía y todavía no le salían las cuentas. No tenía un trabajo donde cobraba seguro, le garantizaban su cotización y poder tener vacaciones y unas pagas. Pero además, nosotras no tenemos un derecho al paro. Todos los trabajos tienen derecho al paro, pero no nosotras. Eso es un problema porque si te quedas sin trabajo, a ver que haces si las facturas siguen llegando y luego se te acumulan.

La gran cantidad de mujeres que trabajan sin regular no llegarán a tener una jubilación

No tenéis derecho al paro, pero para poder negociar tenerlo es imprescindible haber sido contratada. Cosa que no pasa a menudo…

Eso es otra cosa que no es la realidad. No todas estamos contratadas en estos tipos de trabajos y como la mayoría de mujeres están sin contratar, o no cotizan o tienen que cotizarse por ellas mismas. Y el problema que estamos teniendo ahora con las jubilaciones y las pensiones condiciona el final de la vida. En estos tipos de trabajo las mujeres, que somos las que nos hemos hecho cargo de los cuidados, sean remunerados o no, llegamos a los 70 años y no tenemos una jubilación porque nadie ha cotizado por nosotras. Hemos hecho trabajos que no han estado entendidos como trabajos y ahora tenemos este problema. Esto además se refiere a las mujeres que tienen documentación, pero hay que tener en cuenta que hay personas que no están regularizadas, personas migrantes que no tienen papeles y no están contratadas. La gran cantidad de mujeres que trabajan sin regular, sin tener una documentación es gente que se queda fuera también y que realmente no llegará a tener una jubilación. Ya de por si partimos que cuando una persona llega acá y se encarga de estos trabajos, debe estar 3 años para poder tener un documento en regla. El documento que exigen en España porque nosotras siempre decimos que tenemos un documento, el de nuestros países.

El colectivo Territorio Doméstico durante un 8 de marzo | Cedida

También se debe tener en cuenta que quizás es complicado llegar a esos tres años deduciendo que hay un contrato. Además, es el único trabajo donde existe la figura de desestimiento. ¿Qué implica?

Exacto, el único sector que tiene esta figura es el del trabajo del hogar y los cuidados. Estamos en un régimen especial o semiespecial porque en el 2011 pudimos conseguir algunas mejorías, una baja laboral que era a los 29 días, la conseguimos al tercer día, hay contrato escrito y cotización desde la primera hora pero hay montones de derechos que aun no están conseguidos. En este sistema que se llama especial de las trabajadoras de hogar esta es una figura que implica que tu llegas a tu trabajo y tu empleador te puede echar en cualquier momento. Hemos tenido que darle la vuelta a esa figura porque muchas compañeras son despedidas de manera improcedente.

La figura está ahí y es una de las cuestiones que exigimos, que se quite esa figura por lo menos hasta que entremos dentro del régimen general.

Que tiene relación con la ratificación o no del Convenio 189 de la OIT.

Sí, para que mejore la situación de las trabajadoras de hogar, pero hace ya 12 años y seguimos esperando que el gobierno español cumpla sus promesas. Cualquiera de ellos, que han pasado todos los colores habidos y por haber. El último nos dijo que cuando ellos entraran ya tendríamos la ratificación del convenio 189, pero todavía lo estamos esperando a pesar de todas las batallas que llevamos librando, visibilizando la situación de las trabajadoras del hogar haciendo una campaña en los medios de comunicación, incidencia política, recogida de más de 150.000 firmas en dos semanas, pero nada.

Muchos países lo han ratificado ya, pero también sabemos que hay países que lo han ratificado, se han hecho la foto pero no han implementado las medidas. Es evidente que para ratificar algo debe haber medidas que luego lo implementen. Si no es hacer una foto y ya está y nosotras no queremos fotos vacías. Pero no hay otra, este régimen especial se tiene que eliminar. A España, Europa le dijo en 2010 que tenía que tener eliminados estos regímenes de trabajos especiales donde sólo estamos nosotras y los jornaleros y jornaleras, pero no lo ha hecho.

Europa le dijo a España en 2010 que eliminara los régimenes de trabajo especiales donde solo estamos nosotras y los jornaleros y jornaleras, pero no lo ha hecho

¿Qué estáis haciendo ahora al respeto?

Ahora pedimos que nos digan en qué punto restá, que no nos digan que están en ello. En unas jornadas internacionales con la Plataforma Internacional de Trabajadoras del Hogar elevamos 10 propuestas a 5 ministerios que estaban online esos dos días. Una de ellas era un ultimátum hasta el 31 de diciembre para que se ratifique el convenio 189. Básicamente pedimos derecho al paro, ratificación del convenio 189, pensiones laborales, regularización de las personas migrantes que somos las que estamos sosteniendo el trabajo últimamente… Antes había mucha gente de España trabajando también, pero en los últimos años quienes hacemos esos trabajos somos las personas migrantes en su gran mayoría por toda la vulnerabilidad y las situaciones de precariedad que tiene ese trabajo que no todo el mundo lo quiere hacer.

Muchas compañeras se ven obligadas a hacer ese tipo de trabajo porque no tiene otra. Sabemos que es un trabajo que sostiene la vida, que garantiza que muchísima gente pueda salir a trabajar, estudiar o realizar su vida mientras nos quedamos en las casas pero la sociedad no lo reconoce. Es otra cosa que exigimos: un reconocimiento de este trabajo y una reorganización de los cuidados y de estos trabajos para que no seamos solamente las mujeres quienes realicemos estos trabajos. Y que el estado se haga responsable también de su parte: incrementando políticas publicas que puedan asegurar unos cuidados dignos para toda la población tengas o no recursos.

Debe haber una reorganización de los cuidados para que no seamos solamente las mujeres quienes realicemos estos trabajos

¿Creéis que el hecho de alargar tanto la ratificación tienen a ver a con el hecho de no poder asegurar contratos reales y dignos después? A parte, lo que comentas: ¿hasta donde puede llegar la perversión del patriarcado? Hay mujeres pobres que trabajan en varios sitios fuera de casa pero para hacerlo deben contratar a otra mujer seguramente racializada que sostenga los cuidados de algún familiar dependiente. Trabajan precariamente para contratar a otra persona de manera aún más precaria.

Las feministas tenemos aquí mucho por hacer. Las mujeres autóctonas consiguieron el derecho de salir a trabajar y salir a estudiar y eso es un derecho conseguido. Pero para sostener ese derecho, lo que dices, tenemos que hacer ese trabajo otras mujeres porque los hombres no se hacen cargo. Existe una discusión pendiente con los hombres para ese tipo de cosas. Lo hemos apartado. Pero salimos a trabajar, con trabajos súper precarios porque es lo que encontramos, hay la brecha salarial, que no llegas a instancias superiores y seguimos haciendo trabajo mientras los hombres siguen en la cúpula. Mujeres solas salen a trabajar mientras tienen que hacerse cargo de la familia y sin políticas que garanticen que pueden gestionar la vida de esa manera con apoyo. Es lo que le pasa a Stephanie Land, no hay guardería, no hay escuela… hemos de gestionarlo todo eso.

La que tiene pareja, no lo ha gestionado y sale al mercado público y tiene unos trabajos precarios, ¿si tiene una persona en casa cuidando a sus hijos como le va a pagar? Pues precariamente. O el caso de una persona mayor que necesita cuidados pero no tiene residencia ni el estado le garantiza unos cuidados… Con la pensión precaria que tenga pues buscará a otra que la cuide y lo hará precariamente. El estado ahí tendría que jugar su parte pero no lo hace.

Eso es precariedad con precariedad. Gente que tiene que pagar a otra persona con condiciones precarias para seguir trabajando.

También hay gente con dinero que se aprovecha de este marco

Hay gente con dinero suficiente para pagarle a una persona para que le mantenga la casa limpia y su familia cuidada pero no lo hace porque hay una desigualdad y una violación de derechos hacia estos sectores donde la mayoría somos mujeres. También somos las mujeres las que dejamos de trabajar y pasamos a hacer pocas horas para encargarse de los cuidados. Si pasas a trabajar 4 horas para cuidar, pierdes dinero… O el caso del embarazo, que somos las mujeres las que dejamos nuestros trabajas también para cuidar. Estamos en un sistema que nos atrapa y es necesario que los hombres se involucren. No pueden decir que hacen cosas cuando dicen que están ayudando.

No se responsabilizan como protagonistas.

Exacto. No es una cuestión de ayudar, es una cuestión de corresponsabilidad. Si ya los pocos hombres que entran a cuidar la mayoría dicen ‘yo estoy ayudando a mi madre’ o ‘estoy ayudando a mi hermana a cuidar a mis padre’s, pues ahí ya sabemos que no hay una consciencia de eso.

Primero reconocer que los cuidados son algo importante, que son un trabajo y que es lo que sostiene la sociedad. ¡Que el capitalismo se sostiene por todo el trabajo que hacemos las mujeres!

Es el poco valor que se le da al trabajo reproductivo en si. Si el capitalismo funciona es también gracias a la plusvalía de los trabajadores. Aquí la plusvalía se convierte en pagar menos porque ‘total, no me esta reportando beneficio, solo cuida a mi madre’.

Claro son trabajos desvalorizados. Dicen que poner una lavadora o hacer una lentejas no es nada. Desde que en la noche estoy pensando que voy a hacer al otro día, estoy echando horas. Luego, si soy responsable de buscar el producto en las mejores condiciones, eso también es tiempo. Y hacerlas. Cuando se pone una mesa no son las lentejas, son las horas, el trabajo, la carga mental. Pero no se valora.

Y como decía antes, son trabajos que hemos desempeñado las mujeres al largo de nuestras vidas. Mujeres que ya no dentro del ámbito remunerado, si no que en su casa se dedicaron a ello y ahora tienen 80 años y están sin una pensión porque nadie cotizó por ellas, nadie valoró ese trabajo y nadie les dijo que ese era un trabajo importante. Mujere por ahí tiradas o mujeres que murieron sin recibir nunca reconocimiento, como si lo hicieron sus maridos. Ellos si que tuvieron una distinción y se llevaron todos los titulares… Fíjate, cualquier escritor se sentaba horas enteras a escribir pero porque podía hacerlo: una mujer le llevaba el café, la comida, le ponía las zapatillas, le limpiaba toda la habitación… ¡así yo también escribo no un libro, sino 20!

Rafaela Pimentel en un acto del Observatorio Jeanneth Beltrán | Cedida

Como el tema de las internas, que no es de un día para otro, quizás es siempre ya que están allí.

Eso es super duro. No hay horarios establecidos. Hay compañeras que ni siquiera las llaman por su nombre. Es despersonalizar y humillar. En este trabajo te encuentras a muchísimas mujeres que ni siquiera les dan comida o tiempo para librar. En teoría tu has de tener dos horas diarias para librar si trabajas más de 8 horas y una si trabajas menos de 8 horas. Todo eso se ha conseguido. Las 36 horas continuadas para las internas de descanso y las vacaciones, pero muchas llevan años y años sin poder descansar.

O cuando van al medico han de pagar a otra compañera pata que la sustituyan. El otro día una compañeras decía que se había hecho una pequeña operación y tenía que estar 48 horas de descanso. La llamaron diciéndole que tenia que ir al trabajo o si no tenía que reponerlo. Ella tenía una baja laboral pero eso da igual porque hay compañeras a las que han echado estando de baja laboral. Se saltan todos los derechos en todos los ámbitos pero el caso de las internas es el más fuerte. En el caso del cuidado de niños, hay empleadores que ponen los bebes en la misma habitación de la trabajadora toda la noche. El trabajo que debería hacer un padre o una madre, lo hace la chica. Y encima muchas no tienen una habitación en condiciones, la del perro es mejor, así de claro. También tenemos compañeras que han cogido anemia porque no comen lo mismo que comen en la casa. Es una verdadera esclavitud moderna lo que esta existiendo. Montones de mujeres trabajan aquí porque no tienen otra opción y estamos mirando hacia otro lado… Hay algunas de nosotras que dice que se debería abolir este trabajo, otras dicen que si fuera en condiciones, sí que lo harían.

Condiciones como una mejora sustancial del sueldo que no está ni regulado, ¿por ejemplo?

No puede ser que haya familias con internas 24h y siete días a la semana que paguen 700 euros porque ni siquiera cumplen con las tablas salariales. Todavía estamos en la lucha de que la cumplan. Una interna tiene que ganar 1300 euros, tienen que darle sus pagas completas y sus vacaciones.

A parte de que muchas compañeras no ganan ni el salario mínimo, que ya es de broma, a muchas a parte les quitan el dinero de su salario si las cotizan. Cotizan los cabezas de familia así que ellos tienen unos incrementos por hacerlo, pero quien paga la cotización es la persona. Hay muchas personas que necesitan renovar una tarjeta, reagrupar a su familia… y sin esa tarjeta no eres nada y te ves abocada a sucumbir en ese tipo de fraude total y de abusos para poder hacer eso.

Muchas compañeras no cobran el salario mínima y a otras si las cotizan les quitan el dinero de su sueldo

Desde Territorio Doméstico queréis luchar para que todo esto cambie. ¿Cuál es tu valoración del trabajo hecho?

El colectivo nació en el 2006. Nos encontramos, empezamos a hablar de los cuidados y de las fronteras y hubo muchísima conexión entre mujeres que habían trabajado en el empleo de hogar y empezamos a hablar de lo que estaba pasando. Nos escuchamos y creamos ese espacio de confianza de relación, de cuidado y de lucha. Ahí nacimos para luchar por el régimen especial que era donde estábamos en eso momentos junto a mujeres feministas. El colectivo está compuesto por distintas nacionalidades y edades. Hacemos asamblea el segundo domingo de mes, que es cuando podemos reunirnos porque entre semana estamos trabajando. Es asambleario y horizontal.

A parte, vamos a los 8 de marzo para visibilizarnos. Hemos utilizado herramientas como la música. Hemos creado un disco con 10 canciones que son historias. Hemos hecho teatro, performance… todo para visibilizar y hacer llegar la información y que las compañera sepamos los derechos que tenemos y no sabemos. Teatralizamos los distintos modelos de trabajo que hay en el sector. También hemos hecho un documental y una radio novela…

A parte, hay la interterritorial donde hay colectivos de diferentes partes de España y estamos ahí articuladas. En 2016 hicimos el primer congreso de trabajadoras de hogar internacional… Estamos contentas. También hay muchas compañeras abogadas que nos apoyan en el tema de las denuncias y tenemos muchos juicios ganados. En general hacemos incidencia política y recogemos denuncias de compañeras que están realizando el trabajo de los cuidados y del hogar. De hecho, en el 2018 creamos para ello el Observatorio Jeanneth Beltrán sobre Derechos en Empleo de Hogar y de Cuidados, que fue una nicaragüense que murió por expulsión sanitaria.

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