Si el marqués de Robert, aristócrata catalán que vivió entre los siglos XIX y XX, financiero y diputado conservador para más señas, levantara la cabeza, vería que su residencia particular del Paseo de Gracia en Barcelona, hoy propiedad de la Generalitat, ha sido invadida desde el mes de junio de 2021 por la rebeldía. Dibujos, panfletos, fotografías y toda una serie de documentos que, de manera exhaustiva, conforman la exposición L’underground i la contracultura a la Catalunya dels 70: un reconeixement.
Comisariada por Pepe Ribas, incombustible agitador contracultural y fundador de la revista Ajoblanco, la exposición recorre una a una diversas luchas culturales y sociales que explotaron a partir de los años 70 en Barcelona y que rápidamente se extendieron al resto del país. Feminismo, libertad sexual, objeción de conciencia, ecologismo, fanzines, teatro o la lucha en las cárceles son algunos de las movimientos de los que esta exposición da buena cuenta.
Este torbellino de ideas libertarias nos recibe en una primera sala decorada como un antiguo salón. De sus paredes cuelgan imágenes de viajes a Oriente, comunas o el movimiento hippy en forma de antiguas fotos y recuerdos de los aires que vinieron de Norteamérica desde los años 60. Una vez que atravesamos el umbral a la contracultura, solo queda abandonarse al tiempo para asimilar y empaparse de todo lo que la muestra recoge, mientras los sonidos de entonces nos acompañan de sala en sala, en una exposición que también se extiende por el suelo, con publicaciones sobre noticias de la época.
Aquellos “experimentos de libertad”, no exentos de dura represión, en una sociedad cansada del franquismo gris, el silencio y el dogmatismo de algunas organizaciones clandestinas de izquierda, se nos muestran hoy como referencias para un futuro incierto, al que nos dirigimos desde un presente en constante repetición; como si de una maldición se tratara, en el que los debates vuelven una y otra vez desde redes sociales promocionadas por la industria omnipresente de la inmediatez, de la que parece que nada escapa a su panóptico control.
¿Hay espacio para nuevas rebeliones? En opinión de Pepe Ribas, “en la actualidad, sobran ideas y faltan hechos. Nosotros tuvimos hechos. La sociedad y en especial la juventud debería huir del narcisismo y recuperar los debates y las ideas de cooperación. Experiencias como el 15-M demuestran que todavía son posibles nuevas transgresiones”.
La exposición permanecerá en el Palau Robert hasta el próximo 6 de marzo. Mas tarde se prevé que viaje a Sevilla y Madrid.