
Con el objetivo de volver al país que su abuelo tuvo que abandonar por la guerra civil, Joaquín Andrés, venezolano de padres españoles, vino a Barcelona en el 2020 para buscar “una mejor calidad de vida para su familia”. Andrés encabezaba la lista de CCOO en las primeras elecciones celebradas en Glovo hace dos semanas, donde su sindicato se impuso con diez de los trece delegados. A pesar de no tener experiencia previa en el mundo sindical, afirma que el rechazo por las injusticias le ha hecho liderar el proceso sindical en la empresa y no busca una lucha sino una negociación para que “la empresa crezca con los trabajadores y no a costa nuestra”.
¿Cómo empezaste a trabajar en Glovo? ¿Fue una decisión o la única salida que contemplaste? ¿Tenías alguna experiencia previa trabajando como rider?
Yo no tenía ninguna experiencia. En Venezuela era gerente de hoteles. Finalmente, decidí venir aquí, aunque al llegar vi que no había ningún trabajo y tuve que trabajar una época en negro a pesar de tener la nacionalidad española, puesto que mis padres eran de aquí. Un primo mío me comentó que existía la opción de Glovo, y aunque no me inspiró mucha confianza me creé una cuenta y empecé a trabajar. En un inicio me hice autónomo, puesto que era la única opción.
Dices que eras autónomo antes de la regulación. ¿Has visto algún cambio desde la aplicación de la ley rider?
Me hice autónomo antes de la ley rider y ganaba bastante dinero, pero desde marzo del año pasado nos empezaron a reducir lo que ganábamos por servicio. Yo necesitaba un sueldo estable cada mes para poder pagar el alquiler porque al bajar lo que cobrábamos por servicio pasé a cobrar la mitad.
¿A qué se debió esta reducción de remuneración por servicio?
Glovo empezó a reducir las tarifas que pagaba a los autónomos. Los servicios ya no eran los mismos que durante la pandemia y lo repercutió en nosotros. A partir de abril yo empecé a trabajar para Glovo contratado por ETT, aunque con contratos mensuales.
Sabíamos que eran contratos precarios, pero al menos era un sueldo fijo.
¿Crees que la huelga organizada el pasado verano ayudó a mejorar tu situación laboral?
En un inicio paramos de forma espontánea, pero desde CCOO nos recomendaron que lo hiciéramos bien y volvimos a la actividad. Entonces hicimos la huelga con todas las de la ley con un seguimiento del sindicato.
¿Qué mejoras notaste con esta huelga?
Conseguimos acceso a un lavabo, a agua, un cobijo, porque en muchas ocasiones teníamos que estar mojándonos cuando esperábamos el servicio. No eran condiciones para tener a los trabajadores. Antes de la huelga, cuando queríamos ir al lavabo había una persona del bar o del restaurante que debía acompañarnos, como si temieran a lo que hiciéramos.
¿Obtuviste alguna mejora en la contratación?
Sí. En el proceso de huelga, el abogado de Glovo no nos reconocía como representantes de los trabajadores. Para acabar con la huelga, a los seis representantes nos ofrecieron contratos, pero no para el resto. Yo no lo acepté hasta que al mes y medio se le ofreció al resto de compañeros. Pero, aunque logramos un contrato, no se reconoció la antigüedad en la empresa a todos los trabajadores.
¿Cuál fue la reacción de la empresa a la huelga y a la ley rider?
La ley estaba vigente desde hacía más de un año, pero ellos nunca le han hecho caso a la ley. Hasta septiembre no empezaron a contratar después de la huelga de los trabajadores. Hasta el momento, tenían tres personas contratadas, según el propio abogado. Prometieron que contratarían a dos mil trabajadores y ahora mismo en plantilla estamos doscientos ochenta y siete.
Por tanto, ¿el resto de los trabajadores siguen como autónomos?
Sí. El resto de riders son aún autónomos. Los propietarios de la empresa desean hacerse millonarios vulnerando los derechos básicos de los trabajadores. Si quieren crecer, crezcamos juntos.
¿No ha habido ninguna inspección en torno a estas irregularidades?
Glovo tiene muchísimas multas. A mí no me interesa que tengan multas, sino que cumplan la ley y acepten el convenio colectivo. Que cubran el mantenimiento de los vehículos que utilizamos, que debemos poner los trabajadores, y que paguen la gasolina de la gente que utiliza motos para realizar los trayectos. Quieren que seamos autónomos y que todos los gastos los paguemos nosotros. Estamos expuestos a robos constantemente. Que busquen alternativas, que por algo controlan muchos negocios.
Has sido escogido representante sindical de CCOO en las primeras elecciones de Glovo. ¿Qué te motivó a iniciar este proceso?
No me gustan las injusticias. Yo vengo de pelearme mucho por eso. La mayoría de mis compañeros no son españoles y tienen situaciones muy difíciles. La gente no reclamaba por miedo a perder el trabajo. Cuando yo me quejaba de un funcionamiento ilegal, se me amenazaba con amonestaciones. Pero yo si era necesario que denunciara estaba dispuesto a hacerlo. Todo empezó así, con gente que no estaba satisfecha con el funcionamiento de la empresa y quería cambiar las cosas. Tuvimos que esperar seis meses, tal y como establece la ley, para poder conformar el comité de empresa y aquí estamos ahora. Muchos se fueron, pero otros han llegado y han visto la precariedad. No es tanto que la empresa sea mala, sino que tiene a personas inadecuadas en sitios puntuales. Si la empresa quiere crecer, debe ver las cualidades de cada trabajador para establecerlo en el lugar adecuado. A según quien le das un cargo de responsabilidad y lo ejercen de forma déspota. Un buen líder contribuye a que el grupo avance con un objetivo, que debería ser ofrecer un buen servicio. Tienen una mentalidad de presionar constantemente. La gente se cansa y muchos se van.
¿Por qué decidiste presentarte por la lista de CCOO?
Es una cuestión de fidelidad. Nunca nos presionaron, sino que siempre nos han ayudado y guiado, desde la organización de la huelga. Y, además, nos gustan sus ideales. Muchos ni se acercaron, pero ellos estuvieron allí. Si tu madre te cuida, no te vas con tu tío.
¿Cómo enfrentas la nueva etapa como presidente del comité de empresa?
Estoy muy ansioso. No para empezar a pelear sino para negociar y empezar a ver cambios en la empresa. En breve me empiezo a formar para poder enfrentar el proceso de negociación. Lo que queremos es sencillo, que la empresa crezca con nosotros y no a nuestra costa.
Consideras que trabajar en una empresa plataforma, ¿es más precario en cuanto a las condiciones laborales? ¿Crees que es necesario regularlas?
Creo que es necesario regular, pero siempre desde el consenso con los trabajadores. En muchas ocasiones se legisla sin consultar a las personas a las que les afectará. Se deben hacer leyes que tengan un impacto positivo en los trabajadores y no sólo en las empresas. Es necesario poner fin a la precariedad y ser muy asertivo con la legislación.
¿Qué medidas os planteáis pedir en el corto y medio plazo, ahora que tenéis más fuerza en la negociación colectiva?
Queremos enfrentar la negociación del convenio. Ahora mismo estamos regulados por el convenio del comercio y no es justo. También queremos que se nos facilite el material para poder hacer nuestro trabajo, las bicicletas, pagar la gasolina a quien utiliza motocicletas, garantizar su mantenimiento, dar móviles de empresa, que en muchas ocasiones se nos roban los nuestros… Garantizar que podemos hacer nuestro trabajo con dignidad, porque ahora mismo debemos responsabilizarnos de estos gastos los trabajadores.
Y en torno al convenio, ¿tenéis ya alguna demanda concreta?
No puede ser que cada empresa aplique el convenio que más le conviene y las instituciones no pueden hacer ojos ciegos con esto. No sólo debemos hacer las leyes, también debemos mirar cómo se aplican.
Tenemos unas cincuenta reclamaciones en el nuevo convenio: fijar un peso adecuado a la hora de realizar los servicios, pago del kilometraje, nocturnidad o por lluvia (que aunque se cobra al cliente no se nos paga a nosotros) … Los trabajadores contratados tenemos un sueldo donde entra todo y no hay ningún suplemento por ninguno de los servicios que ofrecemos. Será un proceso largo, pero, hacemos esto por los que se marcharon, por los que están ahora y por los que vendrán.

