| GettyImages

Éste es mi primer año como docente y mi primer año como docente de bachillerato y por tanto de alguna manera siento que se examinan ellos y me examino yo. Y quisiera pensar que esto con los años se irá esfumando, pero creo y me consta que esos nervios y esa presión la seguiré teniendo pasen los años que pasen.

Este curso los he preparado por historia del arte, mi asignatura predilecta, y creo que he conseguido que para muchos de ellos también lo sea, pero ahora, después de un curso entero haciendo una lista de obras interminable enseñándoles a mirar, a observar, a analizar, a relacionar y a entender, tendrán que enfrentarse a un examen donde no pueden expresarse, ni demostrar qué han aprendido, ni podrán hablar de los manifiestos de vanguardias que hemos leído, ni del debate que hemos tenido en clase sobre si el arte contemporáneo conecta o no con las clases trabajadoras. Ni siquiera podrán explicar las clases y lecturas que hemos realizado sobre mujeres pintoras o sobre estudiar historia con visión de género. Pero quiero pensar que esto se lo llevan por ellos a casa para toda la vida.

El examen de historia del arte es el último día en la última hora, y aunque a muchos durante el curso les ha ido bien y querían prepararse, por cosas absurdas del sistema la asignatura cada vez pondera menos y hace que menos alumnos se presenten. No es justo, pero pocas cosas en ese sistema lo son. Saber que Iker, Míriam o Manar entrarán en la carrera que quieren por décimas y por el azar es extraño e injusto.

Y como docente de bachillerato me hace cuestionarme si preparo a mis alumnos para sacar una nota concreta en un examen concreto de un día concreto (en plena ola de calor) o si mi trabajo es despertar interés, abrir nuevas ventanas, plantear nuevas preguntas y acompañar a mis (porque ya los siento míos) adolescentes en el proceso de aprender.

Me pregunto si mi trabajo es preparar a los alumnos para sacar una nota concreta en un examen concreto de un día concreto o es despertar interés, abrir nuevas ventanas, plantear nuevas preguntas y acompañarles en el proceso de aprender

A pesar de todos los pesares, sé que les irá bien, que lo harán bien, que sacarán nota y que confío en su capacidad de estar tranquilos y acertar respondiendo a lo que toca, y no a lo que han aprendido. Y si leen esto antes de que empiecen las PAU, que recuerden mis consejos: dormid bien, hidratados mucho, pensad antes de responder y sobre todo, sobre todo, sobre todo: un número nunca determinará quién sois ni como estudiantes ni como personas.

Y un abrazo y muy fuerte a todos los estudiantes de 2º A y 2º B del C.E Jaume Balmes. Y en todo el fantástico equipo de docentes de postobligatoria que han hecho de mi curso la mejor experiencia.

Share.
Leave A Reply