La Asamblea de Cooperación Por la Paz (ACPP) y Médicos del Mundo (MdM) han presentado en el centro LGTBI de Barcelona, un informe que concluye un trabajo de dos años realizado en tres institutos de Barcelona y que –en el marco de un proyecto que se ha llamado TRANSgredint la norma – tiene por objetivo hacer de los centros educativos espacios inclusivos y seguros para los alumnos LGTBIQ+. El trabajo lo han realizado, mediante el método de investigación participativa, comisiones de coeducación formadas por estudiantes de todos los cursos de ESO y bachillerato, docentes y familias (no muchos) de los institutos Flos y Calcat (Nou Barris), Emperador Carles (Sants-Montjuïc) y Vila de Gràcia (Gràcia). La idea es que con las conclusiones que cada uno ha sacado el próximo curso se implementen mejoras para alcanzar este objetivo.
¿Alguna vez te has planteado tu identidad u orientación sexual? ¿Has oído alguna vez que no puedes hablar abiertamente de tu identidad u orientación sexual? ¿Cuál es tu principal fuente de conocimiento sobre diversidad sexo-afectiva? ¿Formas parte del colectivo LGTBI? ¿Has escuchado comentarios negativos sobre la orientación y/o identidad sexual de las personas entre el personal que trabaja en el centro? Si formaras parte del colectivo LGTBI ¿lo podrías decir de manera pública tranquilamente? ¿Debería celebrarse un día del orgullo heterosexual? ¿Cuántas veces has hablado con tus hijos e hijas de diversidad sexo-afectiva?
Preguntas como éstas son las que tenían los distintos cuestionarios que se han pasado a alumnos, docentes y familias (cada comisión les ha adaptado a su gusto), y la principal conclusión, común en los tres casos, es que el trabajo ha sido muy motivador por quienes han participado voluntariamente en las comisiones, pero que en cambio ha sido un trabajo muy pesado conseguir la participación del resto de la comunidad. En especial de las familias pero también de un sector del profesorado y del alumnado, un factor que ha resultado mucho más inesperado. La prueba es que en ninguno de los institutos se ha llegado al 50% de respuestas sobre el total de alumnos.

“En todas las comisiones se ve a un profesorado muy implicado y un profesorado que no tiene tiempo ni de dedicar cinco minutos de una tutoría a pedir a su alumnado que conteste las preguntas de una encuesta”, explica Andrea Milán, técnica de intervención social en la ACPP. “Viendo la participación parecería que no hemos sido pesados, que no hemos insistido, pero ha sido todo lo contrario, y eso nos indica que existe un sector de la comunidad que no está suficientemente sensibilizada y sobre todo que hay un sector del profesorado que considera que no es un tema relevante y que la comunidad LGTBI está bien atendida en el centro y no necesita nada”, añade.
¿Existe un protocolo de actuación?
El resultado de las diferentes encuestas tiene un sesgo evidente, debido a que ha participado el alumnado y profesorado más motivado y sensibilizado (o que han participado sobre todo alumnos de los profesores más implicados), pero con todo no dejan de aportar algunos datos sorprendentes. Por ejemplo, casi la mitad del alumnado considera que no se puede expresar la identidad sexual en el aula con normalidad o que depende de quien da la clase, o que mientras que la mayor parte de familias dicen que actuarían con total normalidad si su hijo o hija expresara una identidad u orientación sexual distinta a la presupuesta en el caso de los alumnos la respuesta mayoritaria es que hablar de estos temas en casa es difícil o incluso no se puede. Otro punto de coincidencia en las diferentes investigaciones es el bajo conocimiento que demuestran tener los docentes en cuanto al protocolo de actuación en caso de acoso a una persona del colectivo LGTBIQ+. De hecho, algunos incluso ignoran que exista ese protocolo.
En esta línea de trabajo, algunas de las recomendaciones elaboradas por el alumnado, el profesorado y las familias son la creación de buzón de quejas o denuncias de acoso o conductas inapropiadas por parte del profesorado, alumnado u otras; hacer más formación y sensibilización al profesorado en cuestiones de diversidad sexo-afectiva; ejecutar actividades de sensibilización dentro del alumnado; o visibilizar mucho más el protocolo antiacoso, entre otros. Estos son los retos que tendrán que encarar estas comisiones de cara al próximo curso.
Formación básica urgente
“Una de las cosas que hay que hacer es formar al profesorado en conceptos tan básicos como la diferencia entre sexo y género, al respetar los pronombres de las personas o en el uso de un lenguaje inclusivo, existe un sector del profesorado que lo pide”, comenta Andrea Milán. “Y también es importante ofrecer formación en diversidad sexo-afectiva al alumnado en 1º y 2º de ESO, porque la mayor parte llega de primaria con muy poco conocimiento al respecto, y en cambio las personas comienzan a cuestionarse la su identidad de género a partir de los 12-13 años o incluso antes”.
Este curso el proyecto se ha enfocado mucho a realizar esta investigación participativa, que han ido elaborando las diferentes comisiones intergeneracionales aprovechando ratos de patio, de tardes o, en el mejor de los casos, de tutoría. Pero, en realidad, el proyecto TRANSgrediendo la normaarrancó en estos tres institutos en el curso 2020/21. Durante el primer año, la ACPP y Médicos del Mundo ofrecieron formación a los alumnos de 4º de ESO o 1º de bachillerato (en función del centro), a fin de que “todo el mundo partiera de un mismo nivel”, y van contar con talleres de entidades especializadas en derechos de las personas LGTIB+, como la Asociación Catalana por la Integración de Homosexuales, Bisexuales y Transexuales Inmigrantes (ACATHI); la compañía de teatro TiritiTransTrans; COMCAVIS Trans (organización que lucha por los derechos de las personas transexuales y de la comunidad LGTBI+ de El Salvador); y RENACOP, federación senegalesa de apoyo a las personas LGTBI+.


